KIEV.- La filtración de un controvertido plan de paz de 28 puntos para Ucrania —respaldado por el presidente estadounidense Donald Trump— desató esta semana una fuerte ola de críticas dentro y fuera de Europa. Según revelaron The New York Times y Axios, el borrador habría sido elaborado en coordinación con emisarios rusos e incluiría concesiones territoriales y un severo recorte de las capacidades militares ucranianas. Para varias capitales europeas, las condiciones equivalen a una “capitulación” impuesta a Kiev.
Aunque el documento no fue publicado oficialmente, las filtraciones de ambos medios estadounidenses bastaron para encender las alarmas diplomáticas. Axios detalló que la propuesta establece límites estrictos sobre el tamaño y el armamento del Ejército ucraniano, mientras que The New York Times señaló que el plan contempla ajustes fronterizos favorables a Moscú.
Las reacciones fueron inmediatas. En Bruselas, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea advirtieron que no respaldarán ningún acuerdo que restrinja la capacidad de Ucrania para defenderse ni que pueda interpretarse como un premio a la agresión rusa. Francia, Polonia y Estonia fueron particularmente explícitos al recordar que “la paz no puede ser una rendición” y que Kiev debe preservar tanto su soberanía como sus instrumentos de disuasión. En paralelo, causó sorpresa que las conversaciones entre Washington y Moscú se desarrollaran de forma discreta y sin consulta formal a los aliados europeos.
All night long, our rescuers worked in Ternopil, and search-and-rescue operations are still ongoing. 22 people are still missing – the effort to find them continues. More than 230 first responders from nine regions of Ukraine have been deployed. In some areas, work can only be… pic.twitter.com/3wrrdwIiNd
— Volodymyr Zelenskyy / Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) November 20, 2025
En Kiev, el impacto político fue igual de fuerte. El presidente Volodimir Zelensky convocó de urgencia a una delegación del Pentágono —que llegó tras un ataque ruso que dejó al menos 26 muertos— para evaluar el frente militar y reforzar la posición ucraniana antes de cualquier presión negociadora. El gobierno respondió con desconfianza al borrador filtrado, especialmente después de que el enviado de Trump cancelara una reunión prevista con Zelensky en Turquía. Funcionarios ucranianos calificaron los términos divulgados como “inaceptables” y denunciaron que equivalen a imponer un marco diseñado a medida del Kremlin sin participación real de Ucrania.
¿Qué dice el plan de paz de 28 puntos?
El plan es una propuesta diplomática elaborada por altos funcionarios de la administración Trump para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania. Fue desarrollado de manera discreta durante semanas y ya cuenta con el visto bueno del presidente estadounidense.
Aunque no se publicó oficialmente, las filtraciones indican que incluye compromisos territoriales, militares y políticos que buscan establecer una paz inmediata, pero en términos que favorecen ampliamente a Moscú. Por su contenido y por el modo de elaboración —sin consultas plenas a Kiev ni a los aliados europeos—, generó preocupación y críticas en varias capitales.
El plan exige a Ucrania renunciar a una parte significativa de su territorio, incluyendo toda la región del Donbass -Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Kherson- e incluso zonas que Rusia todavía no controla. A esto se suma el reconocimiento formal de Crimea como territorio ruso.
El borrador filtrado también contempla una reducción drástica de las Fuerzas Armadas ucranianas. Según las fuentes citadas, el Ejército debería quedar limitado a unos 400.000 efectivos, es decir, menos de la mitad de su tamaño actual, y además renunciar a sus capacidades de ataque de largo alcance. El texto prohibiría asimismo el despliegue de tropas extranjeras en territorio ucraniano tras un eventual alto el fuego, lo que bloquearía cualquier apoyo militar europeo directo.
Para Kiev, estos puntos no sólo vulneran su soberanía, sino que consolidan los objetivos estratégicos de Vladimir Putin, al dejar al país más expuesto y con un margen mínimo de disuasión frente a nuevas agresiones rusas.
¿Quiénes participaron en la elaboración?
La iniciativa surgió del enviado especial Steve Witkoff, quien mantuvo contactos directos con Kirill Dmitriev, uno de los operadores diplomáticos del Kremlin. También participaron figuras clave del círculo de Trump: el vicepresidente J.D. Vance, el secretario de Estado Marco Rubio y Jared Kushner.
Según fuentes ucranianas, Kiev fue informado tardíamente y no tuvo la posibilidad de influir en los contenidos. Este proceso bilateral entre Washington y Moscú dejó al margen tanto a Ucrania como a la Unión Europea, lo que alimentó la percepción de que se trató de un diseño impuesto desde arriba.
La UE cuestionó no haber sido incluida en la discusión, pese a que la guerra afecta directamente la seguridad del continente. Para Bruselas, cualquier solución debe ser consensuada con Ucrania y no impuesta desde Washington o Moscú.
¿Qué dice la Casa Blanca?
La Casa Blanca se ha mantenido en silencio sobre los detalles del plan. Stephen Miller, subjefe de gabinete, afirmó que no tenía comentarios ni anuncios sobre el tema, lo que indica que la administración evalúa el impacto político de las filtraciones antes de pronunciarse.
En cambio, Rubio —uno de los arquitectos del texto— reconoció que se está trabajando en “ideas serias y realistas” y que cualquier acuerdo requerirá “concesiones difíciles” de ambas partes. Este mensaje fue interpretado como la confirmación implícita de que Washington contempla cambios profundos en la postura que sostuvo hasta ahora.
¿Cuáles son las posturas de Rusia y Ucrania?
Oficialmente, Rusia niega haber recibido el plan por canales diplomáticos formales. Sin embargo, el contenido filtrado coincide punto por punto con las exigencias que el Kremlin planteó desde el inicio de la invasión: cesión territorial, desmilitarización de Ucrania y garantías de que no habrá tropas occidentales cerca de sus fronteras.
Aunque Moscú no valida explícitamente el borrador, tampoco lo rechaza, lo que sugiere que lo observa con interés y que podría aprovecharlo como una oportunidad para presionar aún más a Kiev.
El gobierno de Zelensky considera el plan absolutamente inaceptable. Funcionarios de alto nivel afirmaron que Kiev fue informado demasiado tarde y que los términos equivalen a una imposición diseñada según los deseos de Moscú.
A esto se suma la preocupación por el momento político: Ucrania enfrenta un frente militar debilitado y un escándalo de corrupción que erosionó la autoridad del gobierno. Para muchos en Kiev, aceptar el plan sería firmar una capitulación formal que dejaría al país sin margen de maniobra futuro y vulnerable a una nueva ofensiva rusa.
Por su parte, la Unión Europea rechazó de manera contundente cualquier iniciativa que limite la capacidad defensiva de Ucrania o que legitime la toma de territorios por la fuerza. Francia, Polonia, Estonia y otros Estados miembro expresaron públicamente que una paz sostenible no puede construirse sobre bases punitivas para Kiev.
¿Por qué ahora?
El momento elegido responde a una combinación de factores. En el terreno militar, Rusia avanza lentamente pero de forma constante, mientras que Ucrania enfrenta falta de tropas y recursos.
A nivel político, el gobierno de Zelensky está debilitado por denuncias internas de corrupción. Y desde Washington, la administración Trump busca cerrar la guerra para mostrar pragmatismo diplomático y reorganizar la relación con Rusia bajo sus propios términos. Este contexto crea una ventana de oportunidad para que Moscú presione por concesiones mayores y para que Estados Unidos explore una salida rápida.
Por ahora, la viabilidad del plan es baja. Ucrania lo rechaza de manera categórica, Europa lo considera contrario a sus principios de seguridad, y Rusia no ha dado señales formales de aceptación. Sin embargo, el borrador marca un cambio significativo: muestra que la Casa Blanca está dispuesta a considerar acuerdos que incorporan demandas centrales del Kremlin. Aunque el plan no prospere en su forma actual, podría modelar el marco de negociaciones futuras y alterar el equilibrio diplomático que sostuvo la guerra desde 2022.
Agencias AFP, ANSA y Reuters y diario The New York times
