
Cada vez los avances en la psicología nos sorprende más. Sobre todo el psicoanálisis. Que apunta rasgos de nuestra personalidad que pasamos siempre por alto. Gestos involuntarios que revelan casi más de nosotros que esos que hacemos conscientemente y que creemos que nos definen.
La psicología del lenguaje corporal ha ido poniendo nombres a rasgos que participan de nuestro estado anímico, traumas, autoestima o hasta genética. Un conjunto de matices que pueden ayudarte a etiquetar aspectos que quizá debes mejorar o tratar con especialistas.
Este campo de la psicología es una parte crucial de la comunicación que puede complementar o contradecir el mensaje verbal, y su interpretación requiere observar un conjunto de señales coherentes, teniendo en cuenta factores ambientales y culturales. Por ejemplo, los brazos cruzados pueden indicar una actitud defensiva, mientras que las sonrisas naturales y los movimientos calmados sugieren apertura y confianza.
¿Cuál es el significado real?
Caminar mirando el suelo puede parecer algo común y sin importancia pero todo tiene un porqué detrás. Los especialistas no han dudado en apuntar todos los datos que puedes conocer de alguien que lo hace o de ti mismo. La realidad es que hay cuatro aspectos clave que analizar en torno a esto. El principal y más mayoritario es inseguridad o baja autoestima. Es un signo que refleja como se evita el contacto visual para evitar el juicio o la atención.
El miedo a ser juzgado o evaluado puede hacer que alguien evite el contacto visual como mecanismo de autodefensa ante la incomodidad. En ciertas culturas, mirar a los ojos podría considerarse desafiante o inapropiado.
El segundo rasgo tiene más que ver con el estado de ánimo ya que otro significado es la tristeza. Puede ser causa de desánimo o procesamiento emocional: la postura encorvada junto con la mirada al suelo pueden marcar un momento interno de retirada. La tercera hipótesis es la introspección o distracción: no siempre es negativo; a veces la persona está inmersa en sus pensamientos y evita mirar adelante.
Por último, una de las cosas que más hay que tener en consideración es el contexto cultural y personal: en algunos entornos mirar al suelo se interpreta como modestia o respeto, en otros como desconexión. Así que si, puede reflejar falta de autoestima, tu timidez, estado anímico o igual solamente hay que analizar el contexto de alguien.

¿En qué casos hay que actuar?
Aunque parezca algo inofensivo y sin más trascendencia, muchas veces es un signo que alerta de graves problemas y es importante actuar. A veces este tipo de señales son solo la punta del iceberg de problemas según los especialistas. Entonces, ¿Qué hacer si lo observamos o lo hacemos nosotros mismos de forma frecuente?
Lo más importante es saber si no solo sucede eso, si esto va acompañado de señales parecidas y reiteradas debes estar alerta. Lo crucial es observar si va acompañado de otros signos como aislamiento, cambios de humor o baja energía. Los expertos dicen que en tal caso, puede ser útil consultar. Si es ocasional, probablemente sea una reacción circunstancial o algo social sin más importancia que un hábito.