
El plátano es una de las frutas más consumidas en México y en el mundo. Su sabor dulce, textura suave y facilidad para integrarse en desayunos lo convierten en una opción popular al comenzar el día.
Sin embargo, diversos especialistas en nutrición han advertido que comerlo en ayunas podría no ser tan beneficioso como se piensa, especialmente si se consume solo y sin acompañamiento.
Esta fruta aporta potasio, magnesio, fibra y azúcares naturales, lo que la convierte en una fuente rápida de energía. Pero precisamente por su alto contenido de azúcares simples, puede provocar un aumento abrupto en los niveles de glucosa en sangre si se ingiere sin otros alimentos que modulen su impacto.
Este pico de energía suele ir seguido de una caída rápida, lo que puede generar sensación de fatiga, hambre prematura o incluso irritabilidad.

Además, algunos expertos señalan que el plátano tiene un perfil ácido que, en personas con estómago sensible, podría causar molestias digestivas como acidez o inflamación si se consume al despertar, cuando el sistema digestivo aún no ha recibido otros alimentos que amortigüen su efecto.
Aunque no se trata de un alimento dañino, su consumo aislado en ese momento del día puede generar desequilibrios que afectan el bienestar general.
La recomendación más extendida entre nutriólogos es integrarlo dentro de un desayuno completo, acompañado de proteínas o grasas saludables.
Por ejemplo, combinarlo con yogur natural, avena, nueces o pan integral permite que el cuerpo absorba sus nutrientes de forma más equilibrada, evitando los efectos adversos del azúcar y favoreciendo una digestión más estable.
Esta estrategia también ayuda a prolongar la sensación de saciedad y a mantener niveles de energía constantes durante la mañana.

Cabe destacar que los efectos del plátano en ayunas pueden variar según el metabolismo, el estado de salud y los hábitos alimenticios de cada persona.
En individuos con actividad física intensa o requerimientos energéticos elevados, su consumo puede ser útil si se acompaña adecuadamente.
En cambio, quienes buscan controlar el peso, reducir la inflamación o mejorar la digestión podrían beneficiarse más al consumirlo como parte de una comida balanceada.
En resumen, el plátano es una fruta nutritiva y versátil, pero su ingesta en ayunas debe evaluarse con criterio. No se trata de eliminarlo de la dieta, sino de entender cómo y cuándo consumirlo para aprovechar sus beneficios sin comprometer el equilibrio metabólico.
Consultar con profesionales de la salud y observar las reacciones del cuerpo son claves para tomar decisiones informadas sobre su inclusión en la rutina diaria.
