En apenas una década, las marcas chinas pasaron de ser vistas con recelo en materia de seguridad a obtener resultados que rivalizan con los fabricantes tradicionales. Sin embargo, las pruebas de choque arrojan lecturas distintas según el organismo que las realiza: mientras que en la Euro NCAP predominan las calificaciones máximas, en la Latin NCAP el panorama es mucho más heterogéneo.
Ambas entidades comparten la misión de evaluar la seguridad de los autos nuevos, pero sus metodologías y exigencias difieren. En Europa, el programa pone gran peso en la presencia de asistentes avanzados a la conducción —como el frenado autónomo de emergencia o el mantenimiento de carril—, además de la protección estructural. En América Latina, en cambio, se prioriza que los vehículos tengan un equipamiento mínimo de airbags y control de estabilidad, adaptando los criterios a mercados con realidades regulatorias muy desiguales y diferentes bolsillos.
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El resultado es que un mismo modelo puede ser probado en ambas regiones con dotaciones diferentes y, en algunos casos, con variaciones en materiales y procesos de fabricación que afectan directamente su desempeño.
Los resultados más recientes en la región reflejan esas diferencias. El BYD Dolphin Plus, equipado con siete airbags, obtuvo las cinco estrellas, el máximo reconocimiento del programa. En el otro extremo, el JAC E-JS1 y la pickup Great Wall Wingle 5, ambos con apenas dos airbags, fueron calificados con cero estrellas, la nota más baja posible.
Estos contrastes muestran que, en el mercado latinoamericano, la seguridad aún depende en gran medida del nivel de equipamiento incluido en las versiones que llegan a cada país y con qué estándares de seguridad quieren ingresar.
En Europa, la foto es distinta. Desde 2020, prácticamente todas las marcas chinas sometidas a prueba conseguieron la máxima calificación. BYD logró cinco estrellas con el Dolphin, Tang, Seal y Atto 3, entre otros. NIO alcanzó idéntico resultado con sus modelos ET5, ET7, EL6, EL7 y ES8. También destacan XPeng (G6, G9, P7), Zeekr (001, X, 7X), Lynk & Co (01, 02, 08), Chery con los Omoda y Jaecoo, y GWM con la gama ORA y WEY.
Solo un puñado de modelos se quedó en las cuatro estrellas, entre ellos el MG3, el MG ZS Hybrid y los Chery Tiggo 7 y 8. El resto superó con holgura las exigencias europeas, confirmando que los fabricantes chinos ya juegan en las grandes ligas de la seguridad vehicular.
La clave de las diferencias entre mercados está en el equipamiento de serie y en las regulaciones que obligan a ofrecerlo. En la Unión Europea, las marcas deben cumplir estándares altos de manera uniforme en todos los países, lo que eleva el piso de seguridad. En América Latina, en cambio, las exigencias varían según cada mercado y eso se traduce en versiones con calificaciones diversas.