
Tras ingresar en un sendero alcista desde mayo, los principales analistas estimaron que la inflación recién perforaría el umbral del 2% mensual a partir de comienzos del año que viene. Para que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) tenga un uno por delante, será clave que se mantenga la estabilidad cambiaria y aumente la demanda genuina de dinero en los próximos meses, coincidieron los economistas consultados por Infobae.
El último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) elaborado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) arrojó que la dinámica inflacionaria esperada para noviembre alcanza 2,3%, un alza de 0,4 puntos porcentuales respecto al informe anterior. El grupo de analistas denominado “Top 10”, que suele obtener las mejores aproximaciones, prevé el mismo porcentaje, con una variación de 0,3 puntos frente al relevamiento previo.

Las consultoras relevadas por el Central pronostican para diciembre de 2025 muestra una inflación general de 2,1%, solo 0,1 puntos por encima del valor anterior. Desde ese punto, el informe anticipa que la trayectoria continuaría en baja y que la variación del IPC caería por debajo del 2% en enero de 2026, con estimaciones de 1,5% para mayo, sin variaciones relevantes en los meses intermedios. Estas proyecciones anticipan un escenario de menor aceleración en los precios.
El REM del BCRA anticipa que la variación del IPC caería a 1,5% para mayo, sin variaciones relevantes en los meses previos
El foco de los economistas se centra tanto en factores técnicos como estacionales.
Lorenzo Sigaut Gravina, director de Análisis Macroeconómico de la consultora Equilibra, destacó el peso de la estacionalidad: “Para que la inflación perfore el 2%, se necesita primero que ayude un poco la estacionalidad. A fin de año y especialmente en enero, hay algunos precios que suben de manera puntual. Pero creo que las condiciones están dadas para febrero; me parece que reúne esas condiciones”.

Sigaut Gravina subrayó que “enero y marzo suelen ser meses malos en términos de estacionalidad. Por eso, creo que en el segundo mes del año la inflación debería perforar el 2%”. A la vez, advirtió sobre el comportamiento de los precios regulados, que presionan especialmente en el cierre del ejercicio anual y complican la baja antes de 2026.
Añadió: “La pregunta es cuándo podría bajar sostenidamente por debajo del 2%. Como mencioné, febrero es el candidato a perforar nuevamente el 2%. Puede haber alguna sorpresa en diciembre o tal vez en enero, pero no lo creo. Marzo suele ser muy complejo por el tema de Educación, que sube fuerte. En abril, mayo y junio, seguro mejora. Pienso que para el segundo trimestre, la inflación, sobre todo si se mantiene el esquema cambiario actual y el dólar no sube mucho, debería ubicarse por debajo del 2%. Si el Gobierno sigue ordenado en lo fiscal, cambiario y monetario, las condiciones estarán dadas para que eso suceda”.
Para lograr una continua y permanente baja de la inflación, lo que se necesita es que la depreciación de la moneda baje permanentemente, o sea, que cada vez sea más pequeña (Abram)
Por su parte, Aldo Abram, director ejecutivo de Libertad y Progreso, sostuvo que la raíz de el factor que pospuso la reducción inflacionaria se encuentra en el plano monetario y no en factores específicos: “La resistencia a la baja es un fenómeno monetario, no tiene otros factores, aunque de origen los tuvo. Para lograr una continua y permanente baja de la inflación, lo que se necesita es que la depreciación de la moneda baje permanentemente, o sea, que cada vez sea más pequeña. La clave es disminuir la emisión”.
Abram afirmó que la acción del Banco Central resulta determinante, ya que “ha recuperado mayor capacidad de manejo de la política monetaria porque la demanda de pesos viene aumentando”. Eso, explicó, “le otorga más posibilidad y capacidad para estabilizar el valor de la moneda y eso va a impactar en los precios. Seguramente, en los primeros meses de 2026, la inflación se ubicará por debajo del 2%”. Incluso, anticipó: “De continuar esta tendencia, en el segundo semestre del año próximo, podrá perforar el 1%, siempre aue persista la estabilidad de la moneda”.

Desde la perspectiva de José María Segura, economista jefe de PwC Argentina, en el corto plazo, es “probable que la inflación mensual permanezca algunos meses más por encima del 1%”. Aclaró que la tendencia a la baja será consistente en la medida en que continúe recomponiéndose la demanda de dinero -que hoy se ubica en niveles históricamente bajos- y se convalide con una política monetaria prudente con relación a la emisión.
Según LCG, las expectativas de depreciación descendieron en el corto plazo y alejaron la cotización del dólar mayorista del techo de la banda cambiaria. Esta situación alivió las presiones de costos e impacto en los precios. Además, planteó que el curso de la actividad económica y la apertura de las importaciones actúan como mecanismos de freno a los aumentos, incluso a costa de los márgenes en el sector minorista.
La tendencia a la baja será consistente en la medida en que continúe recomponiéndose la demanda de dinero -que hoy se ubica en niveles históricamente bajos- (Segura)
A mediano plazo, LCG enfatizó las dificultades para que el nivel de inflación converja a tasas de un dígito anual en el corto plazo. La inercia inflacionaria se mantiene como un desafío, sumada a la necesidad de ajustar precios relativos y el riesgo de que mayor dinámica de la actividad genere presión por mejoras salariales y pujas distributivas.
Un informe de JP Morgan anticipó que para 2026, el IPC se reducirá a 1,5% en el primer semestre y a 1,1% en el segundo. La estimación asume estabilidad del tipo de cambio real y un avance de las reformas tras el resultado electoral. Bajo la proyección del banco estadounidense, este comportamiento llevaría la inflación de fin de año a 17%.
Por otra parte, un reporte de Fundación Capital aseguró que la inflación “no quebrará la barrera del 2% mensual en el último bimestre del año, quedando este desafío pendiente para el 2026”. Para noviembre, los precios de la carne y los regulados establecen un piso elevado para el IPC, que según la consultora cerró en torno a 2,5%, con el tercer mes consecutivo de aceleración. En la previsión anual, calculó que 2025 mostrará una inflación de 30,8%, el menor registro en ocho años.
Entre los condicionantes para la trayectoria inflacionaria descendente en el corto plazo, se ubican:
- la calma cambiaria,
- la estabilidad financiera,
- el sostenimiento del ancla fiscal,
- sumados a la debilidad de la demanda interna.
“La inercia inflacionaria empezaría a mostrar un nuevo camino de moderación”, concluyeron los analistas de Fundación Capital.
