¿Quién era el muerto? Las preguntas detrás del velorio equivocado en Tucumán

admin

Un error de identificación derivó en una escena insólita en Tucumán: un joven de 22 años apareció en su propio velorio y dejó abierto el interrogante central del caso. ¿Quién era, entonces, el fallecido cuyo cuerpo fue entregado por la Justicia y despedido por una familia que no era la suya? La secuencia, tal como surge de los relatos aportados, combina un accidente vial, un reconocimiento basado en la vestimenta y rasgos físicos, y una cadena de decisiones que hoy están bajo la lupa.

El punto de partida fue el jueves pasado, cuando las autoridades recibieron el aviso de que un motociclista se había arrojado bajo las ruedas de un camión cerca del Puente Negro, en Alderetes. Aunque las primeras pericias señalaron un posible suicidio, el fiscal Carlos Sale caratuló el expediente como homicidio culposo y dispuso la autopsia. Al día siguiente, una mujer se presentó en una comisaría de Villa Carmela y dijo ser la madre del NN. Reconoció el cuerpo por la ropa y por algunas características físicas. Con ese acto, las autoridades entregaron los restos a la familia, que organizó el velorio para el fin de semana.

En plena ceremonia ocurrió el giro que volvió el caso noticia: el joven irrumpió en la casa y gritó “estoy vivo”. El impacto quedó reflejado en testimonios de vecinos que describieron llantos y confusión. La fiscalía entrevistó al muchacho, quien explicó que había pasado varios días en Alderetes consumiendo drogas y que no se había enterado de lo ocurrido en su hogar. La fotografía aportada lo muestra luego en la Comisaría de Alderetes junto a un efectivo, ya con la situación bajo control.

Tras la irrupción, el cuerpo que había sido despedido por error regresó a la Morgue Judicial provincial. En los días posteriores, los relatos presentan dos estados de situación: por un lado, que el cadáver permanecía sin identificar por más de tres días; por otro, que se logró dar con los familiares del NN que había sido velado por la familia equivocada. La coexistencia de ambas versiones, referidas a distintos momentos de la cronología, refleja la incertidumbre que signó el expediente en su etapa inicial.

Más allá del alivio de una familia que recuperó a su hijo, el caso expone fallas y preguntas concretas sobre el procedimiento que llevó a entregar un cuerpo basándose en un reconocimiento visual. La madre dijo haber identificado al fallecido por la vestimenta y por rasgos físicos; sin embargo, ese método es el más vulnerable cuando se trata de presuntos NN, sobre todo si la persona buscada se ausenta de su casa por lapsos prolongados. El hecho de que la investigación penal estuviera caratulada como homicidio culposo —y no como suicidio— no altera el núcleo del problema: la verificación de identidad previa a la entrega.

Las dudas que quedan planteadas son puntuales. ¿Qué controles documentales se realizaron en la morgue antes de la entrega? ¿Se tomaron huellas y fotografías del rostro y de señas particulares? ¿Se cruzó esa información con registros disponibles? ¿Bajo qué constancias y con qué alcance legal se asentó el reconocimiento familiar cuando no había documentación del supuesto fallecido? ¿Hubo una instancia de verificación adicional ante la ausencia de cotejos técnicos? La respuesta a estas preguntas permitirá distinguir si se trató de un error humano excepcional o de una falla de procedimiento.

El joven de 22 años que fue dado por muerto fue a la comisaría

Deja un comentario

Next Post

Estudiantes protestaron por las condiciones de sus clases: “Esto parece un ancianato”

Los estudiantes de la Institución Educativa Laureles de Ibagué, ubicada en la capital del Tolima, organizaron una protesta con el fin de exigir soluciones inmediatas a los problemas que afectan su formación. De acuerdo con la denuncia, decidieron manifestarse ante la ausencia de respuestas por parte de la Secretaría de […]
Estudiantes protestaron por las condiciones de sus clases: “Esto parece un ancianato”

NOTICIAS RELACIONADAS

error: Content is protected !!