La diputada nacional de Unión por la Patria, Florencia Carignano, protagonizó una fuerte discusión con tres legisladores oficialistas, en medio de la sesión especial que se celebró ayer en la Cámara de Diputados, para tratar la sanción de los proyectos de aumento de las jubilaciones y declarar la emergencia en materia de discapacidad. Con insultos y descalificaciones, trató a Gerardo Milman, del PRO, de haber estado “dopado con fármacos” en el último tiempo, tras recordar su vínculo en la causa por el intento de magnicidio de Cristina Kirchner, y catalogó a las libertarias Nadia Márquez, de «gato», y a Lilia Lemoine, de “loca”, mientras se discutían las cuestiones de privilegio.
La intervención enérgica de la legisladora de La Cámpora tuvo una importante repercusión pública y causó revuelo en las redes sociales. No es la primera vez que sus declaraciones altisonantes tienen rebote. No le escapa al debate con conductores de radio o de televisión, lo que hizo subir su perfil mediático en los últimos años. Tuvo otros entredichos con diputados del PRO, como Cristian Ritondo y Fernando Iglesias.
La responsabilidad institucional más alta que tuvo Carignano fue en el gobierno anterior del presidente Alberto Fernández, cuando asumió como Directora Nacional de Migraciones. La santafesina, licenciada en Relaciones Internacionales, estuvo a cargo de la custodia de las fronteras argentinas, en un contexto de emergencia como la pandemia de coronavirus. Ocupó un rol central en la aplicación de las restricciones por la para el ingreso y salida del país, y su posterior flexibilización.
En ese contexto, fue una pieza clave del ministerio del Interior, que estaba a cargo de Eduardo “Wado” De Pedro. Ambos provienen de La Cámpora. Pero Flor, como le dicen sus allegados, había ocupado algunos cargos públicos en el último tramo del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
En el segundo mandato de CFK, la nombraron como Subsecretaria de Acceso a la Justicia, en 2010. Julio Alak estaba al frente del ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. El subsecretario de Alak era el actual intendente de Lanús, Julián Alvarez, quien fue el que impulsó para que llegue a su cargo. Cuando en esa cartera empezaron algunas disputas, Carignano siguió fielmente a Alvarez, con quien militaban juntos. Mariano Recalde, por entonces presidente de Aerolíneas Argentinas (AA) y con fuerte presencia dentro de la línea interna que lidera Máximo Kirchner, también influyó en su desembarco en ese ministerio.
Tuvo otros roles institucionales. En 2015, representó al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación ante el Consejo Federal para la lucha contra la trata y explotación de personas y para la protección y asistencia a las víctimas. En el mismo Ministerio se desempeñó como Jefa de Gabinete de Asesores de la Secretaría de Justicia. Desde 2008 a 2009 se desempeñó como Coordinadora de Proyectos de la Secretaría de Seguridad Interior, y como asesora.
En sus perfiles en redes sociales, Carignano destaca que obtuvo un Magíster en Relaciones Internacionales en la Universidad de San Andrés (UDESA), y que es Hincha de Colón de Santa Fe. La Cámpora, y otras cuentas alternativas del kirchnerismo, suelen replicar sus declaraciones.
Florencia forma parte de un linaje peronista: su padre es Raúl Carignano, un histórico referente del Partido Justicialista de Santa Fe. “El Gringo” fue diputado nacional y secretario de Asuntos Latinoamericanos cuando Carlos Menem ejercía su segundo mandato como presidente argentino.
A su gestión, le imprimió un perfil firme, con declaraciones vehementes. Si bien no llegó al punto de su última intervención en la Cámara de Diputados, se mostró inflexible con los controles de migraciones por el COVID-19. “El problema es la pandemia, no los que van a vacunarse a Miami”, subrayó, en una de las polémicas del momento. “Si no hubiéramos hecho esos controles hoy nos estarían acusando de porqué el Estado no hace controles para que las personas se mantengan aisladas”, dijo en una entrevista de entonces a Infobae.
Qué significa “Callate gato”
En el intenso intercambio en la Cámara de Diputados, la legisladora kirchnerista pidió a Lemoine que guardara silencio, con una descalificante apreciación: “Callate loca”. Con el mismo tono, luego se dirigió a Márquez, de La Libertad Avanza, quien le estaba interrumpiendo a los gritos desde otra banca.
“Callate la boca vos, gato”, le apuntó Carignano a Márquez, al insinuar que la legisladora libertaria llegó al puesto en la Cámara baja por algún vínculo sentimental con un integrante de LLA.
Con el mismo tenor se había expresado hace meses Elisa “Lilita” Carrió, de la Coalición Cívica, quien ya había mostrado su inquietud sobre la carencia de trayectoria política de algunas diputadas en el Congreso. “Ahora veo gatos sentados… O sea, no tengo ningún problema, porque antes eran gatos, acompañantes; después fueron asesoras, y ahora están sentadas en las bancas. ¿Yo no digo que no estén porque uno puede educarse, no?, pero bueno, por lo menos que se formen… Esa es la impresión que tengo hoy, los gatos nos invadieron”, comentó en un streaming con Rosendo Grobo, hijo del empresario agropecuario Gustavo Gobocopatel.
La respuesta de Márquez hacia Carignano fue firme: “No tengo huevos, pero me los inflaron”. La legisladora libertaria se mostró indignada y recordó que cada vez que una mujer de su partido habla, siempre se la descalifica por su apariencia o su manera de expresarse. Y sostuvo que no consentirá que se denigre a Lemoine ni a ninguna otra diputada en la cámara. “Déjense de joder loco. Ustedes hablaban de feminismo”, protestó.
Lilia Lemoine tampoco se quedó atrás con los reproches. Desde su cuenta de X (ex Twitter), exigió una sanción a Carignano por su actitud.