Demostrando que el tiempo no pasa por él y que sigue siendo uno de los hombres más apuestos del panorama nacional, Quique Sánchez-Flores vivía este fin de semana uno de los momentos más especiales de su vida con la boda de su hija, Paty Sánchez-Flores, y Javier Millet.
Con una sonrisa de oreja a oreja, el exfutbolista y entrenador español llegaba a la Parroquia de San Bartolomé de Jávea en el mismo vehículo que su hija y entraba en el interior acompañándola en este gran día para toda la familia.
Tras la ceremonia religiosa, Quique atendía a la prensa haciendo gala de su simpatía y se mostraba orgulloso del enlace: «Ha sido muy emocionante, es la única niña, la primera y la verdad que es emocionante».
El exfutbolista reconocía que «nos hemos esforzado mucho para que se hagan las cosas bien, hemos pasado la primera parte con la iglesia, muy ceremonial todo, y a partir de ahora he intentado darlo todo», explicaba deseando de poder disfrutar de la celebración.
En cuanto a la relación de su hija con Javier, Quique comentaba que «llevan siete años y ocho años de relación y realmente nos conocemos bien», tanto es así que no dudaba en afirmar que «somos familia antes de casarse».