Las eliminaciones de Boca, Independiente y San Lorenzo, a manos de Atlético Tucumán, Belgrano y Tigre, respectivamente, hacían extremar las señales de alerta para el Racing de Gustavo Costas, que se enfocaba en el duelo con Deportivo Riestra, por los octavos de final de la Copa Argentina, con varios focos de preocupación: las ausencias de algunos pilares, el flojo nivel de juego exhibido en el último tiempo y, también, las complicaciones adicionales que siempre le implicaron toparse con aquellos equipos que le cedieron la pelota y retrocedieron para esperarlo.
Estudiantes, Barracas Central y Platense, los últimos tres rivales que lo habían vencido este año (todos 1-0 y en Avellaneda), habían ejecutado el mismo plan. Con los matices –y calidades de plantel- de cada caso, los tres conjuntos propusieron fricción en la zona del mediocampo, desdoblaron a sus delanteros para plegarse a la recuperación, achicaron espacios entre las líneas para reducir cualquier resquicio por el que la pelota se pudiera filtrar y se impusieron en el juego aéreo.
En aquellas circunstancias, la Academia había claudicado siempre. Los tropiezos, además, tuvieron un denominador común que se transformaba en un agravante: casi no pateó al arco en el acumulado de esos 270 minutos acumulados ante el Calamar, el Guapo y el Pincha. La falta de creatividad, convertida en un patrón, obligaba al campeón de la Copa Sudamericana y de la Recopa a cambiar la imagen –y reinventarse, en lo posible- ante Riestra, de resonante presente en esta temporada, en la que aspira a clasificarse a una copa internacional por primera vez en su historia.
En los tres compromisos citados en los que los dirigidos por Costas se habían marchado con las manos vacías y varios interrogantes, había tenido (y desaprovechado) en la formación inicial a su emblema: Adrián Martínez. Maravilla, expulsado en los dieciseisavos de final injustamente por Fernando Echenique, ante San Martín de San Juan, encabezaba la lista de bajas para el cruce con el Malevo. Gabriel Arias, Gastón Martirena y Bruno Zuculini, por sendos desgarros, completaban la amplia nómina de bajas. Además, Santiago Sosa salió por decisión de Costas, quien hizo debutar como líbero a Franco Pardo, refuerzo proveniente de Unión.
También fueron desde el inicio Tomás Conechny y Elías Torres, quienes habían tenido minutos con ingresos desde el banco, mientras que Agustín Almendra dejó atrás el pedido de marcharse a Vélez y acompañó a Juan Ignacio Nardoni.
Así, en La Fortaleza, debía lidiar con esas ausencias para robustecerse de cara a un mes determinante para sus aspiraciones. Y Racing lo logró: con una mejor actuación colectiva, goleó 3-0 al Blanquinegro y avanzó a los cuartos de final, instancia en la que se medirá con el vencedor de River-Unión. Si el Millonario supera el cruce con el Tatengue, habrá clásico justo después de un mercado de pases que desató el conflicto entre ambos clubes, por el pase de Maximiliano Salas de Avellaneda a Núñez.
Desde el inicio, Racing asumió con firmeza el rol protagónico del encuentro, con una versión punzante de Gabriel Rojas, quién lució la cinta de capitán y lideró las trepadas por el carril izquierdo, en el que se concibió la apertura del marcador: el lateral habilitó a Duván Vergara, quien adentro del área recibió una dura falta de Miño, por lo que Nazareno Arasa sancionó el penal que el colombiano anotó a los 7 minutos. Con la ventaja, el equipo de Costas siguió en el plan de buscar el arco rival, sin sufrir sobresaltos en el arco propio, pese a algunos errores de Nazareno Colombo y Marco Di Césare con la pelota en la salida.
🟥 ¡EL MALEVO QUEDÓ CON 10 JUGADORES!
A los 19′, Nazareno Arasa le mostró la tarjeta roja a Goitía por esta dura entrada. #CopaArgentinaEnTyCSports pic.twitter.com/CjNWSlXHsQ
— TyC Sports (@TyCSports) August 3, 2025
La tendencia favorable a la Academia se acentuó a los 19, cuando Jonatan Goitía le metió un planchazo a Rojas y fue expulsado, en otra decisión acertada de Arasa. Racing tuvo movilidad en Vergara y Conechny, quienes intercambiaban de costado y se ofrecían como opciones de pase para Facundo Mura y Rojas, incorporados a la zona ofensiva por derecha e izquierda, respectivamente. Lo ocurrido a los 25 dejó en claro el contraste de sensaciones que tenía la tarde para ambos equipos: Conechny abrió para Rojas, cuyo desborde y centro no fue empujado por Elías Torres, pero sí por Miguel Barbieri (ex Racing), quien en contra de su valla selló el 2-0.
La Academia se envalentonó y fue por más, no sólo para despejar cualquier eventual complicación contra un rival diezmado, sino para sumar confianza de cara a lo que viene. Un cabezazo de Elías Torres, quien ocupó el lugar de Maravilla Martínez, reventó el travesaño. No sería la única chance del ex Aldosivi, quien en el cierre de la primera mitad dilapidó una chance en la puerta del área chica, pero que igualmente entregó una actuación muy interesante por sus movimientos y la forma en la que ganó varios duelos contra sus marcadores.
Lo mejor del partido
El tercer gol fue, paradójicamente, el más gritado por la multitud que acompañó a Racing a La Fortaleza: Mura, desde afuera del área, le pegó con potencia y precisión con la zurda -pese a ser diestro- y puso la pelota en el ángulo del arco de Arce, quien voló para la foto.
La postal que entregó esta victoria fue la del regreso de la versión goleadora de la Academia de Costas, justo en la antesala de partidos decisivos para perfilar su temporada.