Racing jugó como pocas veces en el año, eliminó a Vélez y está en las semifinales de la Libertadores

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Racing es semifinalista de la Copa Libertadores. En el campo de juego del Cilindro de Avellaneda festejan, eufóricos, los jugadores y el cuerpo técnico que encabeza Gustavo Costas, el primero en creer en que devolver a la Academia a los primeros planos internacionales no era una utopía. Para Racing, la conquista del certamen más importante de Sudamérica es un sueño mayúsculo. Y también, ahora, una firme posibilidad. El campeón de la Sudamericana y de la Recopa está a dos partidos de llegar a Lima, donde en esta temporada se disputará la final. Y lo hizo a lo grande, con una exhibición en la que el 1-0 ante Vélez quedó chico para explicar la abrumadora diferencia que estableció el local desde el primer minuto.

Costas, el hombre que volvió al club de su vida para renovar el prestigio y la gloria a nivel internacional, sumó otro hito a este ciclo marcado por las enormes alegrías en el ámbito regional: después de 28 años, cruzó el Rubicón y vuelve al terreno de los cuatro mejores de la Libertadores. Quien mejor que Costas, un hincha de toda la vida que ha pasado por los roles de mascota, futbolista y –ahora- entrenador para celebrar y valorar lo conseguido. Quién mejor que él para liderar la campaña de la conquista de América, que ya incluyó en su mapa las gestas de Asunción y Río de Janeiro, donde alzó con total autoridad la Sudamericana y la Recopa, trofeos que brillan en las actualizadas vitrinas de una institución a la que –como siempre dice- anhela “llevar a lo más alto”.

Gustavo Costas, el DT de Racing que quiere devolver a la Academia a la cima de América, como cuando era la mascota del campeón

Su siguiente destino, en el propósito de llegar a Lima para liberar un grito contenido desde hace 58 años -cuando era un nene que salía en los brazos de los jugadores del Equipo de José-, será Río de Janeiro o La Plata. Flamengo o Estudiantes, que este jueves definirán su serie en la capital bonaerense (los brasileños están 2-1 arriba), se convertirá en uno de los pesos pesados que aparecerá en la hoja de ruta del Racing de Costas. Y justo para encarar ese octubre que desvela al entrenador, sus jugadores y todo el mundo académico, el equipo mostró su mejor versión. Racing jugó uno de sus mejores partidos del año y, probablemente, también del ciclo que comenzó en enero de 2024, cuando el técnico dijo “en Racing no hay que competir, hay que ganar”.

La Academia dio una lección de fútbol y de tenacidad. Salió a jugar sin especular, con la absoluta determinación de que la mejor forma de defender la ventaja lograda en Liniers, donde había sufrido durante la mayor parte de la etapa inicial, sería mediante el ataque. Tras aquella victoria en el José Amalfitani, Costas había sido autocrítico respecto a la producción de su equipo. Y en esta revancha en la que argumentó con creces el sello de su pasaporte a la próxima instancia, ratificó la tendencia de sacar a jugadores con apellidos pesados dentro del plantel.

Tal como había sucedido tres partidos atrás, cuando dispuso el ingreso de Facundo Cambeses por Gabriel Arias en el arco, confirmó la salida de Gastón Martirena, cuyos rendimientos habían bajado notoriamente en los encuentros previos. Con esa variante, que significó el respaldo a Facundo Mura como lateral derecho (ya había jugado el duelo inicial de la serie, con Martirena más adelantado), Tomás Conechny apareció como reemplazante del uruguayo.

Santiago Solari (28) celebra con Franco Pardo el gol y la clasificación de Racing a las semifinales de la Copa Libertadores tras otro 1-0 sobre Vélez

“Yo soy toro en mi rodeo y torazo en rodeo ajeno”, había enfatizado Guillermo Barros Schelotto, con la referencia al Martín Fierro, para advertir que su Vélez iría por todo en Avellaneda. Sin embargo, aquella cita de una de las obras más célebres de la literatura nacional se hizo trizas a la hora de escribir en el campo de juego: el Fortín no tuvo enjundia en ningún momento y fue superado durante los 90 minutos. Además, extrañó en demasía a Braian Romero, que ingresó para los últimos 25 minutos, pero en evidente falta de ritmo, todavía sin estar a pleno por una dolencia que lo había marginado de la ida. En Racing, en cambio, los jugadores tuvieron fiereza y se impusieron en las divididas y, sobre todo, en el juego.

Plantado con cuatro defensores, la Academia disfrutó de una versión colosal de Santiago Sosa como mediocampista central. El ex River, uno de los jugadores más inteligentes del plantel, leyó con certeza cada movimiento de los rivales, descifró cuándo y cómo ir a cortar, se ofreció de manera permanente para ser opción de pase y lideró a una línea que se comió a los rivales. Agustín Almendra, que en el último mercado de pases había amagado con irse a Vélez, tuvo un aporte muy importante también, ya que su movilidad fue clave para conectar con el resto de sus compañeros. Y Juan Ignacio Nardoni, que tuvo que salir a los 25 minutos por una molestia muscular, fue reemplazado de gran manera por Bruno Zuculini, cuyo partido también fue brillante.

Antes del primer cuarto de hora, Tomás Marchiori ya había evitado tres veces que Almendra, Santiago Solari y Franco Pardo abrieran el marcador, a la vez que otro vendaval racinguista –desatado antes del cierre del primer tiempo- también puso contra las cuerdas a un visitante tan inexpresivo como aturdido.

Lo mejor de Racing – Vélez

El único susto de la revancha ocurrió a los 17 minutos del complemento, cuando un remate de Imanol Machuca se escurrió por debajo del cuerpo de Facundo Cambeses, quien se arrojó sobre el balón y lo contuvo en la línea. Esteban Ostojich había cobrado gol, pero desde el VAR le advirtieron correctamente que la pelota no había cruzado en su totalidad la línea.

Luego de ese sofocón, las cosas no cambiaron: Racing fue una tromba y llegó al tan merecido gol, con una jugada estupenda de Gabriel Rojas: trepó por izquierda como un lateral brasileño y le sirvió el gol a Solari, que coronó una gran noche al empujar la pelota a la red.

Avellaneda, de fiesta, gritó por el sueño de ganar la Libertadores. También, pidió ganar el clásico del domingo, ante Independiente. Así, Racing tiene motivos para creer en la gloria eterna.

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