El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, convirtió su rendición de cuentas de este domingo en un mitin político, cargado de mensajes dirigidos tanto a sus seguidores como a sus opositores, en lo que podría ser su último día al frente del cargo.
La presentación, que se alejó del formato tradicional, se llevó a cabo en el anfiteatro del Parque de la Exposición, justo un día antes de que venciera el plazo para presentar su renuncia, en vista de las elecciones de 2026.
“Estoy muy emocionado, gracias por todo”, dijo al término del evento, que concluyó con fuegos artificiales. Durante su discurso, el burgomaestre criticó a sus rivales. “No les tengo miedo a esas mafias del mal, izquierda asesina y ladrona”, exclamó.
El acto también adoptó un tono claramente electoral, con la participación de niños y jóvenes que corearon consignas de apoyo como: “Estás más que capacitado para dirigir nuestro país”.
López Aliaga afirmó que la comuna capitalina cuenta, a la fecha, con una inversión de 1.000 millones de dólares gracias a su política de “austeridad absoluta” durante su mandato. Además, destacó que la municipalidad ha alcanzado un grado crediticio doble “A”.
Mencionó proyectos como el programa “Agua de Emergencia” y anunció que este lunes, aún “como alcalde de Lima”, lideraría un acto oficial. “Me dirigiré al puente Ñaña para tenerlo liberado con dos vías de ida y dos de vuelta. Son cuatro kilómetros en Ñaña y luego tres kilómetros más que llegan hasta Morón, donde también estamos construyendo un puente para contar con dos vías de ida y dos de vuelta”, dijo.
“Esto aliviará el sufrimiento de Lima Este, que no ha podido conectarse con la ciudad debido a la corrupción, que ha perjudicado a la gente más vulnerable”, agregó.