Ramón Maddoni, histórico cazatalentos y formador de futbolistas argentinos, falleció este viernes a los 83 años. Referente del club Parque, por sus ojos desfilaron figuras de la talla de Juan Román Riquelme, Carlos Tevez, Fernando Gago, Juan Pablo Sorín, Diego Placente, Esteban Cambiasso, Leandro Paredes y Alexis Mac Allister mucho antes de que fueran jugadores consagrados. Cuando apenas eran niños y soñaban con forjarse una carrera profesional.
El Club Social y Deportivo Parque, su casa de toda la vida, lo despidió a través de una historia en su perfil de Instagram. La publicación lleva por título “Adiós Maestro”, y lo recuerda así: “Maestro de sueños y forjador de talentos. Formador incansable y referente del fútbol argentino. Tu pasión, entrega y visión dejaron huella en generaciones de jugadores y en todos los que tuvimos el privilegio de conocerte. Gracias por enseñarnos que el verdadero legado no está sólo en los títulos, sino en las personas que ayudamos a crecer. Adiós, querido Ramón. QEPD”.
Leandro Paredes, Esteban Cambiasso y Juan Pablo Sorín se sumaron a la despedida a través de sus perfiles de Instagram. “Gracias por todo maestro. Descansa en paz”, escribió el actual 5 de Boca. “Entre todas las enseñanzas, momentos y recuerdos con vos me voy a quedar con tu frase que mas me marcó mientras yo me lamentaba siendo un nene porque me gritabas siempre…tus palabras fueron “Te exijo porque sé que podés, preocupate el dia que no te grite” y eso me hizo aprender de vos y de todos los entrenadores que vinieron después y me corrigieron cosas. Gracias x todo MAESTRO! QEPD Querido Ramón“, le dedicó por su parte el Cuchu. “Ramón, siempre estarás con nosotros”, lo despidió Sorín, en un posteo que incluye fotos suyas con la camiseta de Parque y de Argentinos Juniors.
Maddoni, quien podría haber sido el primer ojeador de futbolistas mucho antes de que ese puesto apareciera en el organigrama de los clubes, se dedicó a esa tarea luego de que lo convenciera el padre de Fernando y Sergio “Checho” Batista. Hasta ese momento, tenía dos carnicerías y un camión: “Él me convenció. Dejé todo y me dediqué a esto que es hermoso”, dijo Maddoni en una entrevista con TyC Sports.
Una de las últimas fotos de Maddoni lo muestra con Leandro Paredes, justo después del título conseguido por la selección en Qatar 2022. El mediocampista, descubierto por Maddoni y formado en Boca, aprovechó sus vacaciones de entonces para visitar al cazatalentos y compartir un almuerzo con él en el club Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque.
Los socios del club, que en 2022 cumplió 100 años, lo reconocieron enseguida y se acercaron a posar junto a él y a pedirle autógrafos. Con muy buena predisposición y consciente de lo que se había generado en el país por la coronación en suelo árabe, el chico surgido en Boca satisfizo el pedido de cada uno e incluso posó con todos los trabajadores del comedor, los mozos y los empleados de la cocina.
La revista El Gráfico bautizó a Maddoni como “el ojo clínico” por su talento para darse cuenta con pocos minutos si un futbolista tenía talento suficiente para llegar al a primera división. Desde su club Parque, Maddoni proveyó diamantes en bruto a Argentinos Juniors y Boca, los dos clubes porteño con los que tuvo mayor relación.
“No hay muchos secretos, se trata de mirar mucho, analizar, comentar, comparar. Con el tiempo, si a uno le gusta –y a mí me encanta– se desarrolla un olfato especial para seleccionar chicos que pueden llegar a Primera. ¿El ojo clínico? Sí, puede ser. Difícilmente, después de tantos años de trabajo, uno pueda equivocarse. Ahora, vale aclararlo, el pibe que deslumbra puede no llegar por muchísimos motivos ajenos a sus propias condiciones. Depende de muchas otras circunstancias“, dijo en una entrevista de 2007.
En la misma charla, Maddoni redefinió la palabra “crack”, tan en boga en el fútbol argentino. “[Un crack] nace pero también se hace. Estoy convencido. Acá les enseñamos a patear con las dos piernas, a pararse correctamente, a poner bien el cuerpo, a cabecear con los dos parietales. ¿Ves?, de esa horca que controla mi hermano Raúl cuelga una pelota que los pibes cabecean de ida y vuelta. Eso les da a los chicos seguridad a la hora de defender y también en el momento de atacar si son delanteros. Ese es sólo uno de los movimientos que proponemos en cada jornada de entrenamiento».
Más acá en el tiempo, Maddoni habló con TyC Sports: “Yo no sabía que sabía, yo laburaba. No sabía qué era sacar jugadores. Los conos, la horca, saltar a cabecear, recibir la pelota de espalda a la raya porque te pega en el pecho y queda dentro de la cancha y además tenes todo de frente, ves todo el panorama. ¿Quién me dijo eso a mi? No sé, yo no sabía que sabía“, contó sobre su trabajo, que hasta ese entonces no tenía nombre. Ni título. ¿Cazatalentos? ¿Scout? ¿Reclutador? ¿Formador? ¿O, simplemente, maestro de futbolistas?
¿Y su secreto? “Yo veo correr a un pibe, lo veo patear, hacer un poco de fundamento y técnica y lo saco más rápido. Miro cómo corre y ya por la pinta me doy cuenta. El que corre como sobrando, ese juega bien. Es como si hubiese nacido para esto. Alguien me puso todo este conocimiento, como diciendo yo te voy a sacar algo que querés mucho pero te voy a dar algo que amás”, contó Maddoni en aquella entrevista. Se refería a la separación de su mujer y a su hija, que en aquel momento tenía cinco años. Maddoni enjuagó sus penas con el fútbol; con los chicos. Muchos de ellos, hoy adultos, ya consagrados, lo despiden con tristeza.