CÓRDOBA.- Cumplidos cinco años de que dos policías mataron a balazos al adolescente Blas Correas en un control vehicular, durante los primeros días de apertura parcial del aislamiento por la pandemia del coronavirus, el Tribunal Superior de Justicia de la provincia confirmó todas las condenas que habían sido dictadas el 31 de marzo del 2023.
La Cámara Octava del Crimen, a través del veredicto de un jurado popular, había condenado a 11 policías por su responsabilidad en el crimen. Los suboficiales Lucas Gómez y Javier Alarcón, sentenciados a prisión perpetua por homicidio calificado, apelaron ante el Tribunal Superior. El mismo camino habían seguido otros agentes condenados por encubrimiento y falsificación de pruebas a penas de entre dos años y medio y casi cinco años.
Correas fue asesinado la madrugada del 6 de agosto del 2020 cuando iba con cuatro amigos, también adolescentes, en un Fiat Argo; evadieron un control policial en la zona sur de la capital cordobesa, y dos efectivos dispararon contra el auto; uno de los proyectiles impactó en la espalda de Blas.
Sus amigos lo llevaron hasta una clínica privada donde no lo quisieron atender y los enviaron al hospital de Urgencias, pero la policía los detuvo en el centro, antes de llegar. El chico falleció en la calle.
Los jueces Marcelo Jaime (presidente), Juan Manuel Ugarte (autor del voto en representación del jurado) y Mario Centeno, integrantes de la Sala Penal del Tribunal Superior rechazaron todos y cada uno de los recursos de casación interpuestos por diez abogados defensores.
Por la causa ha una investigación abierta en el fuero Penal Económico (Anticorrupción) de Córdoba contra una veintena de personas, entre los que están el exministro de Seguridad de Córdoba Alfonso Mosquera; su exsecretario, Lucas Mezzano, y el excomisario mayor Gonzalo Cumplido.
El fiscal Franco Mondino acusó a Mosquera y a Mezzano por presunto ofrecimiento de dádivas, mientras que a Cumplido lo señaló por haber presuntamente recibido esas supuestas dádivas.
El planteo es que un auto Toyota Corolla fue supuestamente otorgado por la Provincia a Cumplido para que saliera a hacer declaraciones a los periodistas a poco del crimen, cuando ya había trascendido que los policías habían “plantado” un arma para desviar la investigación.
La agente Wanda Esquivel, que estuvo en el control vehicular que evadieron Correas y sus amigos, declaró cómo intentaron perjudicar a los jóvenes. Iba en el móvil policial con su compañero Alarcón y él sacó un revólver de su chaleco y le dijo que lo tirara por la ventana en un lugar puntual.
A las pocas horas del hecho, los policías sostuvieron que un testigo –a quien no identificaron porque, como ya se sabe, no existía– había visto cómo desde el auto en el que iban Correas y sus amigos “descartaban” un arma de fuego.