El calor en México puede ser intenso, especialmente durante los meses de primavera y verano. Además de lidiar con las altas temperaturas, nuestra piel enfrenta retos como la deshidratación, la exposición constante al sol y los efectos del sudor. Para disfrutar de esta temporada sin sacrificar la salud de tu piel, es importante seguir cuidados sencillos pero efectivos que te ayudarán a mantenerla fresca, protegida y radiante.
Hidratarse desde adentro
Uno de los errores más comunes en las temporadas de calor es descuidar la hidratación. Las altas temperaturas y el sudor provocan que perdamos líquidos más rápido, lo que afecta directamente la salud de la piel. Por ello, se recomienda beber al menos 2 litros de agua al día para compensar la pérdida de líquidos. También puedes incluir alimentos ricos en agua como sandía, pepino y fresas.
De igual manera, se pueden usar cremas hidratantes ligeras que contengan ingredientes como vitamina E y aceite de almendras dulces, perfectos para restaurar la barrera cutánea sin sensación grasosa.
Protección solar: imprescindible
El uso del protector solar es imprescindible en las temporadas de calor, incluso si el día está nublado o estás mayormente en interiores. Los rayos UV pueden provocar quemaduras, manchas y envejecimiento prematuro.
Algo que puede ayudar, es usar un protector solar de amplio espectro con un SPF de al menos 30, aplicarlo 20 minutos antes de salir y volverlo a aplicar cada dos horas o después de nadar o sudar.
Limpieza y exfoliación suave
En los días calurosos, el sudor, la grasa y la contaminación pueden obstruir los poros, causando brotes y puntos negros. Una limpieza adecuada es esencial. Por ello, es importante lavar tu rostro dos veces al día con limpiadores suaves que contengan ácido salicílico para controlar el exceso de grasa sin dañar la piel.
De la mano, se puede exfoliar una o dos veces por semana con productos ligeros para eliminar células muertas y favorecer la renovación celular. Evita exfoliantes abrasivos que puedan irritar la piel.
Ropa ligera y protectora
La ropa adecuada es esencial para proteger tu piel del sol, especialmente durante las horas de mayor radiación, entre las 10 a.m. y las 4 p.m. Optar por prendas ligeras y de colores claros es clave, ya que los tejidos pesados y oscuros pueden atrapar el calor y aumentar la exposición al sol.
Si usas ropa ajustada o de materiales poco transpirables, tu piel no podrá respirar correctamente y quedará más vulnerable a quemaduras solares y a la acumulación de sudor, lo que puede ocasionar irritaciones y brotes.
