Reestrenan ‘Adiós, Sui Generis’, a medio siglo del momento en que Charly García surgió como ícono cultural argentino

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Las filas de adolescentes y jóvenes alrededor del Luna Park llamaron la atención en la gris Buenos Aires de septiembre de 1975, en tiempos de violencia política, vacío de poder y las réplicas del terremoto económico conocido como “Rodrigazo” ocurrido un par de meses antes. El fenómeno subterráneo que implicaban los shows de despedida de Sui Generis, un dúo de jóvenes músicos (un tal “Charlie” García, un tal “Nito” Mestre) egresados del Instituto Social-Militar Dámaso Centeno de Caballito se mostró en la superficie de la opinión pública porteña, a la vista de los medios masivos de la época que cubrieron aquella inusual convocatoria como una curiosidad cultural para la época. Apenas de hablaba de “rock nacional” y el prejuicio contra melenudos, barbudos o portadores de jeans y remeras batik, se mantenía inalterable para una sociedad temerosa de cualquier cosa que implicara salirse de la gomina y la oficina (Pedro y Pablo dixit).

Los recitales del 5 de septiembre de 1975 sucedieron con gran suceso de público y repercusión para el tamaño del “movimiento” de la época (los estadios de fútbol quedaban lejos y reunir unas 25 mil personas en dos funciones, era un verdadero e inesperado éxito). Sui Generis dejó de tocar en vivo como tal –Carlos Alberto García Moreno, el muchacho de pelo largo y barba de dos colores que tocaba el piano y monopolizaba el carisma del dúo, tenía otros planes- y nació la leyenda, bajo el título Adiós Sui Generis. Un disco doble y una película dirigida por Bebe Kamin con lo mejor de los dos shows, potenciaron el efecto masivo que adquirió el primer grupo de rock argentino en salir del gueto cultural.

El reestreno de la película

Pues bien, medio siglo después de aquel episodio fundacional -no hace falta aclarar el tamaño ni la relevancia que adquirió Charly García en las siguientes décadas y, felizmente, para la eternidad-, la película Adiós Sui Generis en versión digitalizada y con nueva mezcla de sonido acorde a los tiempos que corren, vuelve a los cines argentinos a partir del jueves 20 de noviembre en salas de AMBA, Mendoza, Córdoba, Rosario, Mar del Plata, Bahía Blanca, Tucumán, Río Cuarto, San Juan y varias ciudades más.

El reestreno de Adiós, Sui Generis representa a su manera un pequeño acontecimiento cultural que permitirá a unas cuantas generaciones de fans incondicionales y curiosos recién llegados, descubrir dónde nació la leyenda de Charly García y cómo era el rock argentino que hoy es parte relevante de la cultura argentina, pero “Cuando todo era nada, era nada el principio”. De hecho, algunas canciones interpretadas en aquellos shows, como “Nena” (luego “Eiti Leda”, un clásico de Seru Giran grabado en su primer disco), “Fabricante de mentiras” (que pasaría a formar parte del repertorio de Nito Mestre y Los Desconocidos de Siempre) y “Bubulina” (finalmente grabada en el primer disco de La Máquina de Hacer Pájaros), estaban destinadas a un cuarto álbum de Sui Generis que nunca se concretó y cobraron vida en los siguientes proyectos grupales de García y Mestre.

Charly García y Nito Mestre marcaron un hito en el rock nacional con dos funciones que reunieron a 25 mil personas

Signo de los tiempos, la película enfrentó obstáculos significativos durante la dictadura argentina: estuvo terminada en mayo de 1976 pero fue inicialmente prohibida por el Ente de Calificación Cinematográfica y solo pudo estrenarse el 15 de septiembre de 1976, más de un año después del concierto, con la restricción de ser apta únicamente para mayores de 18 años. Bebe Kamin relató que la censura resultó inesperada, ya que el público original del recital estaba compuesto en su mayoría por adolescentes. Tras gestiones del productor Leopoldo Torre Nilsson, Adiós Sui Generis se estrenó en el cine Plaza (donde hoy se encuentra el complejo Gaumont) y luego circuló en funciones trasnoche en el conurbano bonaerense, manteniéndose en cartel durante meses de manera semiclandestina.

La idea original de la película fue de Jorge Álvarez, un relevante gestor cultural que había “descubierto” a Sui Generis y tuvo activo rol en la gestión cultural de la época como editor literario (fundador de una editorial que llevaba su nombre y luego de Ediciones de la Flor junto a Daniel Divinsky) y productor musical (creador del sello Mandioca, que editó a Tanguito, Pappo’s Blues, Almendra, Miguel Abuelo, Moris, Manal, Vox Dei, Pescado Rabioso y por supuesto, Sui Generis).

Los recitales del 5 de septiembre de 1975 fueron publicados además, en un disco doble

Álvarez, también, fue quien también propuso la inclusión de las hermanas (estrellas de la revista porteña) Norma y Mimí Pons en escenas insertadas entre las canciones e inspiradas en el cine clásico de Hollywood. También, uno de los momentos destacados de la película es el solo de teclado de Charly García en “El hada y el cisne”, sincronizado con imágenes de la película Sombrero de copa (1935), protagonizada por Fred Astaire.

Un detalle final: la producción del film incluyó la participación como camarógrafo del documentalista Raymundo Gleyzer -militante político de la época, creador del grupo de Cine de la Base y figura clave del documentalismo en América Latina. Unos meses después de estos recitales, en mayo de 1976, Glazer fue detenido y desaparecido por la dictadura cívico-militar que gobernaba el país. Así lo recordó Bebe Kamin entrevistado por el periodista Fernando G. Varea en su blog Espacio Cine: “Además de ser una figura emblemática y representar al cineasta revolucionario, combativo, contestatario y demás, era muy buen cineasta. Tenía mucho criterio y era un camarógrafo excepcional. Yo lo convoqué porque había trabajado con él, con su cámara –maravillosa, una ARRI 16 mm– y fue muy generoso, siendo una sola jornada de filmación».

[Fotos: capturas de pantalla Adiós Sui Generis]

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