Pablo Ovando sabía lo que hacía el pasado martes cuando se embarcó junto a su hijo menor, Agustín, en un día de pesca. El plan había sido pensado con motivo de celebración del natalicio del niño, que recién había cumplido sus 4 años y que, al igual que él, era fanático de la navegación. Sin embargo, a causa de un inesperado accidente, el programa terminó en una tragedia: cuatro días después, ambos fueron encontrados muertos en el agua.
El hombre de 44 años no era un arriesgado. Por el contrario, se lo conocía por ser un guía experimentado, un conocedor nato del río y un referente de la actividad turística pesquera en Reconquista, en Santa Fe. Por eso, la noticia de su repentina desaparición junto a su hijo y posterior hallazgo de los dos sin vida conmocionó a gran parte de la ciudad.
Ovando tenía una larga historia en la localidad santafesina. Era amante del río, participaba de competencias de motonáutica -que muchas veces ganaba- y era el propietario de Pirayú Excursiones, donde ofrecía diferentes actividades a los turistas. Generalmente, él las lideraba. Pero también contaba con un grupo de guías con embarcaciones, especialmente para la pesca deportiva. El hombre, además, era dueño de un complejo hotelero en Puerto Reconquista.
Más allá de su vida profesional, Pablo siempre se hacía el tiempo para su familia. Estaba en pareja desde hace varios años y tenía dos hijos: Emanuel, de 9, y Agustín, de 4 años recién cumplidos, quien resultó víctima de la misma tragedia. Son un grupo familiar muy querido por los vecinos de la ciudad, quienes en las últimas horas expresaron sus condolencias en las redes sociales por la triste noticia.
La principal hipótesis
Fuentes de la investigación señalaron que la principal sospecha es que tanto Pablo como Agustín se hayan ahogado durante un incidente a bordo en la embarcación. La hipótesis se basa en algunas cuestiones puntuales, pero particularmente en los elementos que encontraron a bordo de su yate WALLY I, que fue encontrado días antes que los cuerpos.
En la navegación estaban los chalecos salvavidas de los dos (un hecho llamativo porque, según testigos, él tenía la costumbre de corroborar que todos lo tuvieran puesto) y un mate recién hecho, al cual, según describieron, le habría sido cebado muy pocas veces. Estaba intacto.
Por estas razones es que la principal línea investigativa se centra en que el niño se haya caído al agua y él lo haya intentado socorrer. Lo que pasó luego no se sabe con certeza, pero lo que es seguro es que en algún momento de ese auxilio la situación se habría complicado y los dos se ahogaron. No hubo indicios de que hayan sido víctimas de algún ilícito.
El hallazgo de los cuerpos
Esta madrugada, alrededor de las 3:30, se confirmó el hallazgo del cuerpo de Pablo Ovando. El menor también fue encontrado sin vida el día anterior, mientras ambos navegaban en las aguas del río Paraná, en la provincia de Santa Fe. Personal especializado de la Prefectura Naval Argentina los buscaban desde el miércoles, cuando se denunció su desaparición.
“Una embarcación privada lo avistó a la madrugada, y luego se realizó el traslado para su reconocimiento y revisión médica”, dijo el fiscal Norberto Ríos, del Ministerio Público de la Acusación de Santa Fe, en diálogo con TN, acerca del hallazgo del adulto. Estaba en las inmediaciones de Puerto Reconquista, a solo 3 kilómetros de la aparición del cuerpo del menor.
Pablo Ovando y su hijo habían salido a navegar el martes desde Puerto Reconquista a bordo de una embarcación identificada con la matrícula REY-020999 y bautizada como “WALLY”. El destino del paseo era la zona ribereña conocida como El Palma, con la intención de regresar al día siguiente. Sin embargo, ese regreso nunca ocurrió.
El operativo de búsqueda comenzó esa misma jornada y se intensificó con el correr de las horas. Prefectura desplegó buzos, embarcaciones, drones y sumó la participación de amigos, conocidos y colegas de Ovando. También colaboraron funcionarios locales, como el intendente de Reconquista, Amadeo Enrique Vallejos, quien recorrió el área en su propia lancha.
