“Lo viejo funciona, Juan”. La frase que Alfredo Favalli le dice a Juan Salvo en una de las escenas más icónicas de la serie El Eternauta se ha vuelto viral atada al presente de River. Hoy los viejos héroes siguen respondiendo. Y se lucen con su despliegue en el mediocampo, al punto que se han asentado como piezas titulares. Enzo Pérez e Ignacio Fernández anoche se retiraron ovacionados del Monumental después de otra gran actuación en el 3-0 a Barracas Central para avanzar a cuartos de final. Dos referentes históricos que representan el crecimiento de un equipo que tiene su juego y su ánimo en alza.
Desde que volvió en enero, Enzo Pérez siempre fue una pieza fija del entrenador Marcelo Gallardo: lleva 20 partidos jugados (18 como titular) de los 23 de la temporada, en los que suma 1410 minutos, con un promedio de más de 70’ por juego. Y aunque su rendimiento ha ido de menor a mayor hasta transformarse en uno de los puntos más regulares del equipo, lidera un ranking que marca su trascendencia: es el jugador con más minutos acumulados y más titularidades en el año, detrás de Franco Armani, dueño del arco millonario.
“Se que tengo 39 años, estoy grande, pero sigo disfrutando de esto. El fútbol es mi pasión. Por eso lo vivo así y cuando no me salen las cosas, me enojo. Todavía tengo esa adrenalina que me sigue corriendo por el cuerpo. He sido así durante toda mi carrera y hasta el día que me retire lo voy a seguir siendo. Trato de enfocarme en lo mío, trabajar desde donde me toque y cuando me toque jugar hacerlo de la mejor manera posible para ayudar al equipo”, destacó Enzo tras la victoria. “Todo triunfo hace que el equipo y el grupo agarre confianza. Lo dije después del partido con Gimnasia que habíamos hablado que con ese partido, más Independiente del Valle y después venía Boca, teníamos una semana de pocos días que era importante para nosotros para las aspiraciones que teníamos como grupo”.
No parece casual que el crecimiento de Pérez aparezca de la mano de la consolidación de Kevin Castaño en el equipo de inicio. Desde que llegó en marzo tras una larga operación que se cerró en unos 13 millones de dólares, el volante colombiano jugó 11 partidos (9 como titular) con 823 minutos (75’ de promedio) y demostró las condiciones por las que el Muñeco tanto insistió en el mercado: es polifuncional, juega y hace jugar, tiene dinámica, buen pase, llegada y se complementa a la perfección con Enzo. Ante Barracas, el colombiano fue líder en toques (120), eficacia en pases (93%), pases a campo rival (65), pases completados (95/1029) y segundo en duelos ganados (10/13).
“No es fácil llegar a River, ponerte la camiseta y jugar como él. Eso habla de su jerarquía, bienvenido sea”, dijo el Muñeco. “Las buenas individualidades hacen que el equipo crezca, y eso hace que el equipo juegue como estos últimos partidos. Cuando cada individualidad mejora, el equipo mejora. Eso nos pone en una intención de mejora permanente. No me gusta tener un once definido. Yo trato de armar el mejor equipo posible con los jugadores que me lo permiten. El funcionamiento es lo que avala o no el trabajo. Lo importante es que no se resienta la estructura, la idea, y que nos sostenga sobre nuestra idea de jugar”.
Al lado de ambos volantes centrales, sin tanta continuidad pero con un presente prometedor, se afirma partido a partido Ignacio Fernández en un mes de mayo que lo tiene como protagonista exclusivo: marcó y asistió contra Vélez; asistió contra Barcelona de Guayaquil; y convirtió anoche frente a Barracas. Cuatro participaciones en goles en los últimos tres partidos consecutivos como titular. Nacho sólo había sido titular en dos partidos durante los primeros cuatro meses del año: el 20/3 por Copa Argentina ante Ciudad de Bolívar (2-0) y el 6/4 contra Sarmiento (1-1) en Junín, partido en el que fue sustituido en el entretiempo. Por eso su explosión es muy marcada.
A los 35 años, para Fernández esta continuidad significó un cambio radical de lo que venía siendo su 2025: entre enero y marzo en los primeros 10 juegos del año solo había sumado 26 minutos desde el banco en la tercera fecha del Torneo Apertura. Luego, ingresó 2’ contra Deportivo Riestra (0-0), jugó 45’ con Sarmiento y entró 15’ contra Talleres (1-1) en el Monumental y 32’ con Gimnasia (3-0) en La Plata. Ese partido en el Bosque empezó a marcar la remontada del equipo, pero sus 31’ con Independiente del Valle en Quito para cambiar el ritmo del equipo y lograr el importante 2-2 tras ir 0-2 fue el inicio de su despegue.
Aunque no entró con Boca en el Monumental, los últimos tres partidos fue desde el arranque: 90’ con Vélez (4-1), 69’ con Barcelona (3-2) y 62’ con Barracas (3-0), con dos goles y dos asistencias. Así, en total suma 442’, repartidos en 10 partidos (5 de titular), con la particularidad que la mitad de esos minutos fueron en este mayo positivo. “A uno nunca le gusta estar afuera, pero lo tomé con tranquilidad, con ganas de seguir mejorando y en el momento que me toca tratar de aportar mi granito de arena. El técnico me dio la oportunidad y siempre trato de aprovechar los momentos“, dijo Nacho.
Tanto Pérez como Fernández tienen contrato hasta diciembre, pero hoy no van más allá y no piensan en el futuro lejano. Se afianzan al presente de un equipo en notorio crecimiento que los necesita, mientras el técnico Gallardo los aprovecha dentro y fuera de la cancha. River que tiene con qué ampararse en sus no tan viejos referentes.