Robert Pattinson atraviesa una etapa de transformación personal y profesional, marcada por nuevas rutinas y desafíos creativos derivados de la llegada de su primer hijo con Suki Waterhouse.
El actor británico, reconocido por sus papeles en Crepúsculo y The Batman, reconoció que la paternidad le permitió descubrir facetas que no había imaginado. “Nunca fui un gran amante de los niños”, afirmó entre risas.
“Ahora tengo mucha más paciencia. En realidad, ni siquiera se trata de paciencia: realmente disfruto pasar tiempo con los bebés. Es algo que me sorprendió a mí mismo”, expresó Pattinson a ICON (Italy).

Esta etapa coincide con su participación en la película Matate, amor, dirigida por Lynne Ramsay y protagonizada junto a Jennifer Lawrence.
El actor relató que grabar con dos gemelos que daban vida a su hijo en la ficción resultó especialmente divertido y que, desde su reciente experiencia como padre, empezó a involucrarse en conversaciones frecuentes sobre guarderías y escuelas.
Desafíos actorales y nuevas colaboraciones
Al hablar sobre su trabajo en Matate, amor, Pattinson resaltó la dificultad de interpretar a un hombre común frente a situaciones emocionales intensas. “Me gusta interpretar personajes muy reactivos, pero también me atrae el reto de encarnar a hombres absolutamente ordinarios, personas que no tienen las herramientas para afrontar los trastornos dentro de una relación”, explicó el actor.

Aclaró que, aunque siente una inclinación natural hacia personajes excéntricos, este papel le permitió explorar la complejidad de representar a alguien absolutamente normal, lo que consideró más exigente de lo previsto para quienes suelen interpretar papeles fuera de lo habitual.
Sobre su trabajo junto a Lynne Ramsay, Pattinson recordó que la conoció en 2012 y siempre deseó colaborar en alguno de sus filmes. Describió el enfoque de la directora como una mezcla de humor y oscuridad, capaz de combinar lo dramático y lo cómico en sus historias.
“A veces, cuando atraviesas un periodo psicológicamente complicado, todo puede parecer surrealista. Solo después, cuando la tormenta pasó, te das cuenta de lo ridículo que fue todo”, reflexionó, citando la frase: “tragedia más tiempo es igual a comedia”.
Evolución en la industria y vida personal
Durante los últimos años, la carrera de Pattinson dio un giro hacia la producción cinematográfica. Contó a ICON (Italy) que, después de consolidar su nombre en Hollywood, decidió involucrarse directamente en el desarrollo de proyectos.
“Acabamos de terminar nuestra primera producción construida desde cero, y fue una experiencia completamente diferente”, relató el actor. Explicó que, durante el rodaje en Nueva Orleans, permaneció concentrado en el trabajo, con la única excepción de acompañar a su hijo al Mardi Gras.
Sobre la elección de sus proyectos, el actor mencionó que prefiere dejarse llevar por el deseo de trabajar con ciertos actores o por la originalidad de los guiones.

Recordó una escena de Matate, amor en la que, durante una crisis familiar, su personaje decide llevar a casa un perro con problemas de comportamiento, lo que desata situaciones absurdas y discusiones cómicas con el papel de Jennifer Lawrence.
La moda también fue parte de su carrera reciente. Confesó a ICON (Italy) que, aunque procede del sector audiovisual y está habituado a largas jornadas de trabajo, le sorprendió la intensidad de la vida de los diseñadores.
“Tienen la agenda más apretada que vi en mi vida. Hace falta el físico de Superman para soportar ese ritmo”, comentó el actor, mostrando su admiración por el compromiso y esfuerzo del mundo de la moda.

Al reflexionar sobre los cambios que le trajo la paternidad, Pattinson reconoció que comenzó a adoptar costumbres y conversaciones propias de los padres primerizos.
Según relató, la vida familiar ejerce una influencia que lo arrastra hacia nuevas rutinas, estilos y conversaciones, como si existiera una fuerza invisible que lo guiara hacia la rutina de los padres modernos.
