Roger Federer regresó a Wimbledon. Acompañado de su esposa Mirka Vavrinec, el legendario tenista se vistió de gala para asistir al encuentro entre Novak Djokovic y Alex de Miñaur en el court central.
“Todo está en orden en el court central: Roger Federer está de regreso”, afirmó la cuenta oficial de Wimbledon, un circuito que el suizo conoce a la perfección: salió campeón en ocho oportunidades (2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2009, 2012 y 2017).
Además de la logística ideada para la llegada de Djokovic a la cancha, en Wimbledon estuvieron atentos a cada detalle del arribo de Federer y Mirka, quienes deslumbraron con su look formal, a la altura de lo que demanda un torneo de tal magnitud.
Vestido con un traje azul marino, una camisa blanca, sumado a una corbata elegante y unas gafas para la ocasión, Federer se tomó cada minuto para saludar a los presentes y recibió una ovación por parte del público que, en varias oportunidades, lo vio levantar el trofeo de campeón.
Con un gran equipo de fotógrafos listos para la ocasión, la leyenda suiza se sentó en una platea preferencial del recinto para observar, detenidamente, el desempeño de Djokovic, un jugador con el que compitió durante toda su carrera y hoy lo mira desde afuera.
El serbio, de 38 años, número 6 del mundo en el ránking de la ATP, superó a Müller, Evans y Kecmanovic hasta llegar a la instancia de los octavos de final, donde deberá superar un duro escollo como lo es el australiano De Miñaur.