PARÍS (Enviado especial).- Como si ya no tuviera suficientes galardones para ser encumbrado como el mejor doblista argentino de la historia, Horacio Zeballos escribió un capítulo dorado en esta ciudad, el más valioso de su longeva carrera. Con 40 años y en pareja con el español Marcel Granollers, de 39, conquistaron por primera vez un trofeo de Grand Slam. Sobre el polvo de ladrillo de Roland Garros, el segundo grande de la temporada, derrotaron a los británicos Joe Salisbury y Neal Skupski por 6-0, 6-7 (5-7) y 7-5, en 2h22m. Cebolla es el primer argentino en lograr un título de major en dobles masculinos.
Enrique Morea en 1946 (con el ecuatoriano Pancho Segura Cano) y Eduardo Schwank en 2011 (con el colombiano Juan Sebastián Cabal) habían sido los únicos argentinos presentes en finales del Bois de Boulogne; Javier Frana, con el mexicano Leonardo Lavalle, había caído en la definición de Wimbledon 1991. Sin embargo, Zeballos, nacido en Mar del Plata (la ciudad en la que se crio Guillermo Vilas) y formado en el Edison Lawn Tenis (el club construido por su papá, Horacio), derramó todo su talento en el Philippe-Chatrier, el court central del Abierto francés. Y con Granollers se hicieron invencibles.
En apenas tres minutos, Zeballos y Granollers, quintos preclasificados en el torneo, le marcaron la cancha a los británicos, cruzándose en forma oportuna y rompiéndole el saque a Skupski. A continuación, sirvió el zurdo Zeballos y no corrió riesgos (2-0). “Vamos”, “es acá”, “ahora”, “es tuya”; el marplatense y el catalán, súper concentrados, se dieron ánimo todo el tiempo ante una pareja que pareció sentir la presión desde el inicio. Es más, sacó Salisbury y cedió el servicio en cero (3-0). Zeballos y Granollers continuaron con efervescencia y, una vez más, hicieron añicos el saque de Skupski, nacido en Liverpool y campeón de Wimbledon 2023 con el neerlandés Wesley Koolhof, derrotando a… Granollers/Zeballos en la final. Con el reloj marcando apenas 24 minutos, Zeballos sirvió para set y lo cerró.
Los británicos, octavos preclasificados, levantaron una chance de quiebre en el primer game del segundo set y finalmente se despojaron del mareo anotando el primer juego (1-0). Intentaron revertir la situación, pero Granollers y Zeballos sostuvieron la efectividad en el saque; además, cada vez que les tocó devolver lo hicieron con mucha atención, sabiendo leer la dirección de los servicios. Los puntos fueron cortos y frenéticos. Con el techo retráctil del Philippe-Chatrier cerrado debido a la lluvia, el londinense Salisbury sacó bajo presión, 15-40 y 4-4, pero los británicos se escaparon de las dos chances de quiebre y se pusieron en ventaja, 5-4. Zeballos sacó sin margen de error y logró defender su turno (5-5). Los británicos volvieron a ganar el saque (6-5) y Granollers sacó sin tener que fallar, pero comenzó dubitativo, con una doble falta; pero mostró personalidad para revertir pronto ese momento de dudas (6-6) y llegaron al tie-break.
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Con el score 3-3, Granollers falló un smash y los británicos recuperaron el servicio (4-3). El español falló una volea (5-3) y Salisbury conectó un gran saque (6-3). Granollers se lució ganando los dos puntos siguientes (6-5), pero le tocó sacar a Skupski y los británicos se llevaron el parcial por 7-6 (7-5).
Zeballos y Granollers sintieron el impacto. Comenzó el tercer set y el bonaerense perdió su saque en cero. Los nervios empezaron a apretar. Salisbury sacó 0-40, salvó el primer punto de quiebre mas no el segundo, tras una ajustada devolución de drive invertido de Zeballos. Salisbury, con el marcador 3-2 abajo, no calibró el servicio de la mejor manera, pero Granollers falló una volea sencilla y los británicos igualaron el score (3-3). Con Granollers sacando 15-40, Zeballos ganó un punto mágico, haciendo pasar la pelota rasante entre el poste de la red y el cajón (por encima de la placa colocada el primer día en homenaje a Rafa Nadal). Skupski sirvió 4-3 abajo, pero no le pesó (4-4). A Zeballos, a esa altura el mejor de la pareja, tampoco (5-4). Salisbury volvió a sentir sudor frío por la espalda, sacando 30 iguales, pero Granollers siguió sin colaborar con la causa (5-5). El argentino y el español caminaron por la cornisa, los británicos tuvieron un break-point que no supieron concretar y Granollers sostuvo el saque (6-5). Y fue Skupski, el mismo que había cedido el primer game del partido, el que volvió a fallar para que Zeballos y Granollers hicieran historia grande.
EL PUNTAZO QUE GANÓ HORACIO ZEBALLOS. 🤯#RolandGarros pic.twitter.com/u0tI82lINL
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Zeballos dejó de jugar singles en enero de 2019, tras alcanzar el puesto número 39 y conseguir la victoria más resonante de su carrera sobre Rafael Nadal (era 5°), para ganar el título del ATP de Viña del Mar en 2013. Este sábado se convirtió en el primer campeón sudamericano de dobles masculino de Roland Garros desde el brasileño Marcelo Melo en 2015 (con el croata Ivan Dodig).
Con 40 años y un mes, Zeballos es sólo el quinto tenista de la historia en la Era Abierta en obtener un título de dobles de Grand Slam teniendo cuatro décadas en el documento. Zeballos y Granollers tuvieron buena química desde el primer torneo que jugaron juntos, en agosto de 2019, en Montreal, ganando el Masters 1000 canadiense. Son una de las parejas más duraderas en el circuito de dobles, con más de cinco temporadas. Desde que comenzaron a competir como pareja obtuvieron, al menos, un trofeo por año: atesoran doce títulos, incluyendo ocho Masters 1000, la categoría más alta después de los Grand Slams. En mayo del año pasado llegaron al número 1: Zeballos, así, fue el primer argentino en alcanzar la cima en el ATP Tour. Pese a ello, atravesó momentos incómodos al no ser incorporado por Guillermo Coria al equipo de Copa Davis y, en consecuencia, no actuar en los Juegos Olímpicos de París 2024 (regresó al equipo en enero pasado, con la conducción de Javier Frana).
El zurdo argentino entrenado por Alejandro Lombardo y el diestro español se perdieron el último Abierto de Australia, en enero, por una lesión en el pectoral del catalán, cuando ya se encontraban en Melbourne para jugar. Pero más allá de la desilusión del momento, no se apesadumbraron, se reincorporaron en marzo en Indian Wells y ganaron los títulos en el Challenger de Phoenix, en el ATP 250 de Bucarest y en el Masters 1000 de Madrid. Se les negaba el título de Grand Slam: habían trastabillado dos veces en el último escalón de Wimbledon y una en el US Open. Pero fueron tenaces, como indica el cartel del Philippe-Chatrier. Este trofeo grande en París los coloca en otra dimensión.