Rubén Rada y Agarrate Catalina: cómo se gestó la “juntada”, por qué es “obligatorio” reflejar la actualidad y de qué trata “Terapia de murga”

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Inexorablemente, la charla comienza con referencias a la ciudad de Montevideo. Rubén Rada y Yamandú Cardozo, uno de los fundadores y director de la murga Agarrate Catalina, se envalentonan recreando imágenes de esa orilla rioplatense tan diferente -y tan similar- a la del Buenos Aires querido.

“Montevideo es disfrutable. Hace cincuenta años se hicieron obras en diversos puntos de la ciudad para que pudieran ser utilizados como espacios públicos. Nuestra rambla es un lugar para que la gente se encuentre, es de uso colectivo, eso democratiza”, sostiene Yamandú.

“En Uruguay no hay metro, es una ciudad a escala humana y tenemos ese río que es ancho como un mar. Cuando llegás con el barco a Buenos Aires, te pegás un susto bárbaro, porque es muy grande”, reconoce Rada.

Hay química entre ambos. La charla con LA NACION se desarrolla en un hotel porteño y, entre mate y mate, no podía ser de otra manera, ambos artistas se comulgan admiración mutua. Esa misma que expondrán en Terapia de murga, el espectáculo que ofrecerán en Buenos Aires, Córdoba y Rosario en octubre.

Rubén Rada, Agarrate Catalina y los tambores, la amalgama perfecta para un espectáculo donde lo festivo sostiene a la palabra pensante

A su modo, y con muchos puntos vivenciales y de identidad artística en común, cada cual es referente de la cultura orillera, de tambores con mucho para decir. Insurrectos. El acervo del “Negro” Rada y de Agarrate Catalina atraviesa lo festivo con ideas muy claras en torno a qué decir. Fiesta y denuncia. Pararse de bruces contra aquello que no debe ser. Y de eso hay mucho.

Unidos en escena

-¿Qué es Terapia de murga?

Rubén Rada: -Es una canción que compuse hace largo tiempo. Mi mujer es psicóloga y cuando aún estudiaba en casa con sus amigas escuchaba todo lo que decía.

-¿Por ejemplo?

Rubén Rada: -Me quedaron frases como “los sueños son restos diurnos”. En la canción digo: “No vale proyectar mis culpas en los demás, no hay que ser tan pesimista”. Son todos conceptos psicológicos que el “Negrito” que viene del barrio las encajó en una canción. La mujer es psicóloga de por sí, analiza todo, no sé cómo se pudo colar (Sigmund) Freud en todo eso.

Yamandú Cardozo: -La canción de Ruben (acentúa la u) es emblemática, así que el nombre del espectáculo estaba cantado. Cuando él grabó ese tema, a la murga y el candombe le costaba mucho más que hoy hacerse un lugar. Eran tiempos donde no estaba habilitado hablar de amor, y ese tema lo hace.

-El concepto de “terapia” cuadra muy bien para enmarcar mucho de lo que ustedes dicen con sus repertorios.

Rubén Rada: -La murga tiene todo, investiga qué se dijo durante todo un año y se manda, incluso con actores de carnaval como puede ser Yamandú. Todos salimos del carnaval.

Yamandú Cardozo: -La murga es catártica.

El groove de Rubén Rada, tan auténtico y reconocible, se conjuga con el de “La Catalina”, el colectivo que pisó veinte países y cuyos textos han sido traducidos a más de diez idiomas.

Juntos ya agotaron tres funciones en el Auditorio Nacional del Sodre, un ícono cultural de Montevideo, y convocaron a una multitud en la Plaza de Toros de Colonia. Terapia de murga es la primera experiencia compartida sobre un mismo escenario.

La banda de Rubén Rada y los más de cuarenta integrantes de Agarrate Catalina le dan forma a una propuesta inusual y vistosa.

Yamandú Cardozo y Rubén Rada deconstruyeron la formalidad de la sala de reuniones de un hotel porteño

-¿Cómo dialoga la poética que esgrimen con el actual contexto del mundo?

Yamandú Cardozo: -El carnaval tiene un ejercicio empírico para dialogar con la realidad del mundo. Nuestra expresión artística tiene como condicionante dialogar con la realidad, incluso es algo que figura en los reglamentos.

-¿Qué implica?

Yamandú Cardozo: -Actualidad, caricatura. Estamos amasados con el barro de la realidad.

Rubén Rada: -Siempre fue así, por eso se trata de expresiones que nacen de la gente, del pueblo.

Yamandú Cardozo: -Los murguistas tenemos preparado el filtro de la caricatura para tratar la realidad desde ese lugar. Históricamente, al ser humano le ha sucedido que lo que viene es peor que lo que ya vino, se nos acaba el mapa de instrucciones y estamos parados frente a un mundo que desconocemos. Siempre nos enfrentamos a novedades que nos dan miedo y vértigo, pero el arte siempre estuvo al lado de esos momentos. La murga está pendiente de eso y es, de alguna forma, el editorial de la gente del pueblo. Y, por otra parte, no requiere de objetividad, la subjetividad está validada, es exigida.

-La murga fue y es la posibilidad del decir de la gente de a pie.

Yamandú Cardozo: -Sobre todo en tiempos sin redes sociales.

Terapia de murga se sostiene en la música, pero también en la participación multitudinaria y en una puesta en escena vistosa

La festividad del carnaval que se desarrolla a lo largo de 45 días es un hito en la agenda cultural y social de los uruguayos. En ese marco, las “llamadas” -el recorte afro y candombero del ritual- conforma un punto alto de cada año. “En todos los barrios suena candombe, sin embargo, en las radios, no se escucha esta música”, explica Rada, sin resignación.

-En Buenos Aires tampoco suena el tango en la dimensión en la que debería.

Yamandú Cardozo: -Algo sucede con nuestra música, con esa identidad y su posibilidad de reproducirse.

Cruces

Hablan con un entusiasmo contagioso. Cada tanto, la palabra deja lugar al canto. Algo de la música y su poética se filtra saludablemente en medio de la conversación. Incluso, Rada hasta se atreve a darle armonía murguera a un tema en inglés. Una delicia la session en la mañanita porteña.

“¿Por qué no llevar a la murga algo de Stevie Wonder o Diana Ross?”, se pregunta el charrúa de 82 años y reafirma: “En todos los barrios, la gente va por la calle repitiendo la carencia del candombe y de los tambores”.

“En la murga está la parte europea, andaluza y gaditana, pero también se presenta lo que llamamos ´tocá murga´, que es el ´candombeado´, la versión del candombe llevada a la batería. Tango más candombe es murga”, describe Cardozo, como enunciando una fórmula matemática.

Tratándose del

-Suena muy natural el encuentro entre Rubén Rada y Yamandú Cardozo.

Rubén Rada: -Somos pareja.

Así como la música, también el humor va y viene, entre cebada y cebada de mate. Los Cardozo son de Buceo, entre Malvín y Pocitos. El “Negro” Rada se crio tocando candombe en la calle Cuareim del barrio Sur de Montevideo.

-¿Padecieron manifestaciones prejuiciosas? ¿Lograron trascenderlo?

Rubén Rada: -Lo tuvimos que romper en la radio. Fue tarea de gente como (Hugo) Fattoruso o de Jaime (Roos), quien apareció con sus canciones maravillosas y copó todo; la murga también le tiene que agradecer mucho.

Yamandú Cardozo: -La murga tiene una cuna bohemia, arrabalera y orillera; y se le exige una política no partidaria de análisis y rebeldía. Hacia la interna de los barrios está validado. Es de gente común para gente común. En el carnaval se venden más tickets que lo que recauda el fútbol en todo un año y nunca estuvo prohibido, aunque sí censurado.

Yamandú Cardozo dirige Agarrate Catalina, espacio en el que convive con parte de su familia

Otra vez el canto y aparece “Mamita”, ese tema que grabó Rada en Nueva York en 1975. Un clásico. Cardozo se deleita con la improvisación del colega ilustre y trae a cuento que bandas como La Vela Puerca, No Te Va Gustar, Bersuit y Los Piojos han apelado a la murga y el candombe. “Ellos han llevado lo nuestro y eso hizo que no resultase tan ajeno”, reconoce.

Pensando en el cruce de géneros y estilos, su compañero de aventura sostiene: “Aprendí a cantar con Alberto Castillo” y lanza aquello de “No conoció su cuna y en la recova se hizo mayor; nunca tuvo fortuna, ni tuvo amigos, ni tuvo amor”, las recordadas estrofas de “Charol”. Sin dudarlo, rápidamente se suma Yamandú al dueto con “tamboriles tamboriles, tamboriles que ya suenan”. Una delicia escucharlos.

-En ambos casos, las familias acompañan.

Yamandú Cardozo: -Se entreveran los seres queridos en este arte bastante circense. En La Catalina están mi compañera y su hermana, mis hermanos. Hay gente que forma parte desde hace 24 años, cuando se formó el grupo.

Rubén Rada: -En mi caso, me subo al escenario con mis hijos Julieta, Lucila y Matías, además de toda la banda.

-¿Qué define a la cultura rioplatense?

Rubén Rada: -El mate, el tango, la pelea en torno a Carlos Gardel.

Yamandú Cardozo: -A Gardel, más allá de dónde haya nacido, lo sentimos por igual.

-¿Son diferentes los espectadores argentinos y uruguayos?

Rubén Rada: -El argentino es más bochinchero y expresivo, más libre. El uruguayo es más observador.

Yamandú Cardozo: -Somos más contemplativos y vergonzosos.

-¿Qué elogian del trabajo del otro?

Rubén Rada: -Admiro de los integrantes de La Catalina que hayan logrado que, desde la murga, se los reconociera como artistas y pudieran ingresar al “hit parade” de los grandes. Hoy, en la radio, podés escuchar a Tom Jones y a Agarrate Catalina. Encima dan vueltas por el mundo con la música uruguaya, eso es algo para agradecerles, ya que lo único nuestro es la murga, el candombe y el fútbol.

Yamandú Cardozo: -Rada es de los mejores cantantes que hemos escuchado. Con mis hermanos pensamos que cualquier canción, del artista que sea, en la voz de Rubén siempre queda mejor. Tuvo la valentía de meterse con todos los géneros y siempre lo hizo desde la autenticidad, desde la alegría de hacer música. Tiene dominio armónico y compositivo. Además, y no es poca cosa, mantiene al público prendido fuego durante dos horas. Es muy generoso y nos hace sentir de su misma estatura artística.

Termo y mate, imprescindibles en la charla con los uruguayos

Antes de la despedida, una última cebada, el golpeteo candombero de las manos sobre la mesa y la aseveración final.

“La alegría es trinchera de resistencia”, redondea Yamandú Cardozo. “La gente sale de nuestros shows cantando y bailando y eso es muy bueno para todos, sobre todo, en estos tiempos”, remata Rubén Rada. Y nadie puede desmentirlos.

Terapia de murga, Rubén Rada y Agarrate Catalina. Miércoles 1 de octubre, en el Movistar Arena. Viernes 3 de octubre, en el Estadio Atenas de Córdoba y sábado 4 de octubre, en el Anfiteatro Municipal de Rosario.

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