Kiev/Moscú, 18 abr (EFE).- Rusia atacó este viernes con misiles balísticos y drones suicidas las ciudades ucranianas de Járkov y Sumi, en el este y noreste del país, causando al menos dos muertos y decenas de heridos, mientras que EEUU amenazó con abandonar sus esfuerzos para lograr un alto el fuego si no ve en los próximos días que es posible.
El ataque de madrugada contra Járkov, fronteriza con la región rusa de Bélgorod, se cobró la vida de una persona y causó al menos 98 heridos, entre ellos siete niños, según el Servicio Estatal de Emergencias.
La Fiscalía Regional de Járkov afirmó que Rusia disparó tres misiles de crucero Iskander sobre la ciudad.
Según esta institución, ya se ha establecido que al menos un misil fue detonado en el aire «con el objetivo de causar el mayor daño posible a infraestructuras civiles».
De acuerdo con el alcalde de la ciudad, Ígor Terejov, en el ataque resultaron dañados 21 edificios de apartamentos, 40 viviendas particulares, dos escuelas, dos guarderías y un centro de arte infantil.
A su vez, la Administración Regional de Sumi informó de al menos un muerto y un herido en un ataque con drones suicidas iraníes Shahed, según el alcalde en funciones de la ciudad, Artem Kobzar.
En esta ciudad quedó dañada una fábrica de pan «corriente», que hacía los tradicionales ‘paska’, un bollo de Pascua.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, acusó a Rusia de haber comenzado el Viernes Santo, «con misiles balísticos, de crucero, Shahed, mutilando a nuestra gente y nuestras ciudades».
El ataque se produce un día después de que el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, el enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff, y el representante especial para Ucrania, Keith Kellogg, se reunieran en París con el ministro de Exteriores, Andrí Sibiga, y el ministro de Defensa, Rustem Umérov, y el jefe de gabinete de Zelenski, Andrí Yermak, así como con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y representantes de Alemania y el Reino Unido para buscar vías hacia la paz.
Rubio, que informó la víspera a su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, de las reuniones, señaló a los periodistas en el aeropuerto de París que ha trasladado a sus colegas europeos que la guerra en Ucrania es terrible pero «no es nuestra guerra».
Recordó que el presidente de EEUU, Donald Trump, ha pasado «87 días al más alto nivel de este Gobierno esforzándose repetidamente por poner fin a esta guerra, y que ahora «estamos llegando a un punto en el que debemos decidir y determinar si esto es siquiera posible pronto» y eso debe hacerse «en días, no en semanas».
«Si es posible, estamos dispuestos a hacer todo lo posible para facilitarlo y asegurarnos de que suceda, de que termine de forma duradera y justa. Si no es posible, si estamos tan distanciados que esto no va a suceder, creo que el presidente probablemente llegará a un punto en el que dirá, hemos terminado», afirmó Rubio.
Si no fuera posible un alto el fuego, entonces EEUU hará lo que pueda «en los márgenes» y a ayudar cuando las partes estén listas para la paz.
«Pero no vamos a continuar con este esfuerzo durante semanas ni meses», recalcó, porque al fin y al cabo EEUU también tiene otras prioridades en las que centrarse.
El vicepresidente de EEUU, JD Vance, dijo por su parte a su llegada este viernes a una reunión con la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, que tiene una «sensación positiva» sobre las negociaciones actuales para lograr un alto el fuego.
Ucrania ya ha dicho en varias ocasiones que está lista para una paz justa y ha aceptado un alto el fuego permanente hace un mes, algo que Rusia ha rechazado.
El Kremlin respondió este viernes a Rubio que ha habido «avances concretos» en las negociaciones con EEUU para un arreglo pacífico en Ucrania.
«Nosotros consideramos que se pueden constatar ciertos avances. Ese progreso está relacionado con la moratoria provisional que fue respetada por Rusia de no lanzar ataques contra la infraestructura energética», dijo Dmitri Peskov, portavoz presidencial, en su rueda de prensa telefónica diaria.
Al mismo tiempo, admitió que la tregua energética de 30 días «venció», después de que Rusia y Ucrania se acusaran mutuamente de violarla constantemente.
Lavrov dijo además a Rubio que Moscú está dispuesto a continuar el trabajo con Washington para eliminar «las causas originales» del conflicto ucraniano.
Mientras tanto, Witkoff, quien ha hablado con el presidente ruso, Vladímir Putin, volvió a sugerir que Ucrania, en aras de alcanzar un alto el fuego, debería quizás no preocuparse tanto de las cinco regiones que Rusia se ha anexionado ilegalmente -Jersón, Zaporiyia, Lugansk y Donetsk- porque «hablan más ruso allí». EFE
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