Representantes diplomáticos de Rusia, China e Irán remarcaron que la expiración de la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU representa un punto de inflexión en el tratamiento global del programa nuclear iraní. De acuerdo con una carta conjunta dirigida al secretario general António Guterres y al presidente rotatorio del Consejo de Seguridad, Samuel Zbogar, los embajadores de los tres países manifestaron que activar mecanismos punitivos sin consenso multilateral, como el denominado “snapback” para restablecer sanciones previas, carece de sustento jurídico y amenaza la estabilidad regional. El texto fue difundido por la misión iraní ante Naciones Unidas y publicado por la fuente original.
Según detalló el medio fuente, China, Rusia e Irán enfatizaron en la misiva que la conclusión de la resolución 2231 eliminó la base formal para imponer o mantener restricciones internacionales sobre el programa nuclear de Teherán. Subrayaron que cualquier intento unilateral de reintroducir sanciones, tal como ha sugerido el grupo E3 (Alemania, Francia y el Reino Unido), bloquearía oportunidades de diálogo y agravaría tensiones existentes. Los diplomáticos defienden que restablecer medidas coercitivas sin aval del Consejo de Seguridad constituye una vulneración de los principios de cooperación internacional consagrados por Naciones Unidas.
El documento enviado por las misiones diplomáticas reafirma la valoración de la vía diplomática y el diálogo como únicas alternativas posibles para abordar el expediente nuclear iraní. Insisten en que deben preservarse los canales políticos de consulta y evitarse nuevas restricciones que bloqueen el entendimiento. Según reportó la fuente original, en la carta se advierte que recurrir al “snapback” en el nuevo contexto legal tras la expiración de la resolución resulta inviable jurídicamente, y que su aplicación sólo agudizaría la polarización entre las partes. Para los firmantes, la utilización automática de mecanismos sancionadores distraería los esfuerzos enfocados en relanzar negociaciones y pondría en riesgo el equilibrio regional.
El medio fuente señaló que la misiva recupera antecedentes de cartas previas, como la enviada en septiembre, en la que ya se recogía una postura compartida respecto a las llamadas “medidas correctivas” ejecutadas por Irán tras el retiro unilateral de Estados Unidos del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA). Estas acciones de Teherán incluían la suspensión de algunos compromisos nucleares adoptados en 2015 y fueron justificadas por los países firmantes como consecuencia directa de incumplimientos estadounidenses, diferenciando las mismas de iniciativas provocadoras.
De acuerdo con la información publicada, el grupo E3 consideró en reiteradas ocasiones activar el mecanismo de “snapback” como herramienta de presión. Sin embargo, la carta precisa que esa vía carece de soporte legal, técnico y jurídico suficiente según la evaluación realizada por China, Rusia e Irán. Los diplomáticos advirtieron que impulsar sanciones fuera de los procedimientos multilaterales aumentaría el riesgo de desestabilización nuclear en la región.
Poco antes de difundirse el documento, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araqchi, acusó tanto a Estados Unidos como a los tres países europeos de obstaculizar avances que se habían alcanzado en septiembre junto al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Tras una exigencia de la Junta de Gobernadores del OIEA para que Irán brindara información adicional sobre sus existencias de uranio enriquecido y explicaciones acerca de ataques a instalaciones nucleares, el gobierno de Irán puso fin a su cooperación previa con la agencia internacional. Según reportó el medio fuente, Teherán atribuyó esos ataques a Estados Unidos e Israel.
La carta conjunta divulgada por la misión iraní coincide con un periodo de alta presión diplomática derivado del vencimiento de la resolución 2231, marco que definía los parámetros jurídicos para supervisión internacional y sanciones sobre el programa nuclear iraní. El texto señala posibles consecuencias negativas de medidas unilaterales, tales como nuevas sanciones o amenazas de uso de fuerza, sobre la estabilidad de la región y la credibilidad del sistema internacional apoyado en Naciones Unidas.
Información citada por la prensa indica que los embajadores de Rusia, China e Irán sostienen que las iniciativas sancionatorias externas al marco multilateral debilitan la legitimidad del Consejo de Seguridad y obstaculizan intentos de negociación, al afianzar posiciones encontradas y entorpecer el avance de las conversaciones. En la misma línea, la carta exhorta a gobiernos y organismos internacionales a favorecer estrategias integradoras, capaces de revitalizar la búsqueda de soluciones pacíficas al caso nuclear iraní. Cualquier respuesta coercitiva sin respaldo mayoritario reduce el espacio de maniobra diplomática y el margen para construir acuerdos sostenibles en materia de seguridad nuclear, sostiene el texto difundido por la fuente original.
Los firmantes manifiestan inquietud ante posibles intentos de algunos estados de emplear mecanismos del JCPOA en contextos para los que ya no existe base legal, dado el fin de la resolución 2231. Según informaron las misiones diplomáticas, consideran necesario que todas las partes involucradas respeten los marcos multilaterales de negociación, evitando cursos de acción que puedan derivar en espirales de sanciones sin consenso internacional.
El medio fuente destacó que los embajadores plantean que el camino adecuado, tras el término de la resolución que sustentaba el sistema de sanciones y verificación, consiste en priorizar el diálogo y la consulta entre Irán, los países signatarios originales del JCPOA y los miembros permanentes del Consejo de Seguridad. El objetivo, según los diplomáticos, debe ser reactivar procesos de negociación que apunten a un arreglo equilibrado, considerando las posiciones y preocupaciones formuladas por todas las partes.
La misiva revisa el proceso desde la firma del Plan de Acción Integral Conjunto, suscrito por Irán, Francia, Reino Unido, Alemania, la Unión Europea, China, Rusia y otros miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Se detalla que las denominadas “medidas correctivas” de Irán respondieron a parámetros fijados en el propio texto del acuerdo de 2015, por lo que no resultan equiparables a actos provocadores según la valoración de los representantes rusos, chinos e iraníes.
Según publicó la fuente original, la carta advierte que nuevas sanciones impulsadas sin respaldo internacional incrementarán la polarización y prolongarán la falta de avances en las negociaciones sobre el programa nuclear. Los países firmantes reiteran la importancia de la adhesión a la diplomacia y a la concertación multilateral, dejando a un lado soluciones unilaterales que intensifiquen los desacuerdos y afecten tanto la agenda nuclear como el desarrollo espacial de Irán.
Finalmente, la carta firmada por los representantes de China, Rusia e Irán señala la necesidad urgente de establecer canales de comunicación directos entre todas las partes implicadas, desestimando decisiones punitivas adoptadas unilateralmente, que a su juicio afectan la legitimidad del derecho internacional. El futuro de la relación internacional sobre el programa nuclear iraní, insisten los diplomáticos, depende de la voluntad de las naciones para mantener la consulta permanente y abandonar medidas sancionatorias tomadas fuera de los marcos avalados por Naciones Unidas y el Organismo Internacional de Energía Atómica.
