El ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha hablado en cuestión de días con sus homólogos de Marruecos, Naser Burita, y de Argelia, Ahmed Attaf, dos actores clave para la potencial resolución del conflicto sobre el Sáhara Occidental y a los que Moscú ha trasladado que, si bien aceptará cualquier acuerdo pactado entre las partes, el punto de referencia pasa por ahora por la «autodeterminación» del pueblo saharaui.
Rusia ejerce en octubre la presidencia de turno del Consejo de Seguridad de la ONU, un órgano que debe votar la próxima semana una resolución destinada a prorrogar el mandato de la misión internacional para el Sáhara Occidental (MINURSO), en un momento marcado por el estancamiento del diálogo y la inmovilidad de posiciones tanto de Marruecos como del Frente Polisario.
Lavrov recibió a Burita el pasado día 16 en Moscú y, tal como confirmaron ambos, la cuestión del Sáhara Occidental figuró en la agenda. En una comparecencia posterior, el jefe de la diplomacia marroquí volvió a reivindicar el «impulso» que estarían ganando en la escala internacional las tesis de Rabat, entendiendo como tales el plan de autonomía esbozado en 2007 por el rey Mohamed VI.
«Estamos de acuerdo en que las soluciones deben ser acordes a Derecho y a los principios internacionales y que esos mismos principios no pueden ser explotados o interpretados de forma que obstaculice el avance hacia las soluciones», alegó Burita, que describió a Rusia como un «actor esencial».
Lavrov, sin embargo, apeló al papel de la ONU como responsable último del proceso negociador y a las resoluciones ya aprobadas, sin concesiones por tanto en cuanto a la autonomía que concibe Rabat para la antigua colonia española y que países como España sí consideran ahora el pilar sobre el que negociar.
«Nuestra posición es muy clara», dijo Lavrov en otra comparecencia reciente en la que aludió a las resoluciones de la ONU y a la necesidad de resolver las disputas mediante la «autodeterminación». En este sentido, recordó que en su día se planeó la opción del referéndum y que incluso la posibilidad de la votación se contempló «al detalle».
«Sabemos que Marruecos no ha abandonado el principio de la autodeterminación, pero cree que debería aplicarse en forma de autonomía. Para nosotros, cualquier solución entre todas las partes sería satisfactoria», añadió.
La ronda de contactos de Rusia prosiguió este martes con una llamada entre Lavrov y Attaf de la que ambos ministerios dieron cuenta en escuetos comunicados. El Gobierno argelino confirmó que los dos ministros habían hablado de la «descolonización» pendiente, mientras que la parte rusa se limitó a aludir a la «especial atención» prestada al Sáhara Occidental.