Rusia rechazó este viernes la idea de garantías de seguridad occidentales para Ucrania, luego de que más de dos docenas de países se comprometieran a desplegar una fuerza de “reaseguro” en el país devastado por la guerra tras un eventual acuerdo de paz con Moscú.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, afirmó a la agencia estatal RIA Novosti: “¿Pueden los contingentes militares extranjeros, especialmente europeos y estadounidenses, proporcionar y garantizar la seguridad a Ucrania? Definitivamente no, no pueden».
La iniciativa busca disuadir a Rusia de atacar nuevamente a Ucrania y constituye un pilar clave del respaldo de seguridad que los países europeos planean ofrecer si el conflicto termina mediante un acuerdo de paz o un alto el fuego.
Peskov también acusó a los países europeos de “obstaculizar” la resolución del conflicto. En una entrevista con el diario ruso Izvestia, aseguró: “Los europeos obstruyen la resolución en Ucrania. No contribuyen a ello”, y agregó que continúan sus intentos de convertir a Ucrania en “el centro de todo lo antirruso”.
El plan fue impulsado en la cumbre de París por el presidente francés, Emmanuel Macron, y contó con la participación presencial de Ucrania, representada por el presidente Volodimir Zelensky, mientras líderes como el británico Keir Starmer participaron de manera remota.
Macron subrayó la independencia europea: “Tenemos hoy 26 países que se han comprometido formalmente —algunos otros no han tomado aún una posición— a desplegar como ‘fuerza de reaseguro’ tropas en Ucrania, o estar presentes en tierra, mar o aire”.
Zelensky celebró la medida y la calificó como un avance concreto: “Creo que hoy, por primera vez en mucho tiempo, este es el primer paso concreto serio”.
Macron agregó que las tropas no se desplegarán “en la línea del frente”, sino que su misión será “prevenir cualquier nueva agresión importante”. Otro pilar es la regeneración del ejército ucraniano, que permitirá “no solo resistir un nuevo ataque, sino disuadir a Rusia de una nueva agresión”, según Macron.
El alcance de la participación estadounidense sigue siendo incierto. Tras la cumbre, el presidente Donald Trump mantuvo una videollamada con líderes europeos y señaló que hablará pronto con Putin. El enviado especial estadounidense Steve Witkoff representó a Washington en la cumbre y se reunió también con Zelensky.
No obstante, existen divisiones dentro de la coalición. La Alemania del canciller Friedrich Merz mantiene cautela sobre el despliegue de tropas y afirmó que decidirá su implicación militar “en el momento apropiado, una vez que se aclaren las condiciones marco”.
La Italia de la primera ministra Giorgia Meloni reiteró que no enviará tropas, aunque podría ayudar a monitorear un eventual acuerdo de paz.
La cumbre se produce en medio de crecientes señales de que Vladimir Putin no busca un acuerdo de paz, tras su visita a China esta semana y su encuentro con Trump en Estados Unidos el mes pasado.
Macron advirtió que, si Rusia continúa rechazando un pacto, se coordinarán “sanciones adicionales” con Estados Unidos. El francés acusó a Moscú de “hacer nada más que intentar ganar tiempo” y de intensificar ataques contra civiles.
Zelensky dijo que su conversación con Trump abordó sanciones a Rusia y la protección del espacio aéreo ucraniano: “Discutimos diferentes opciones, y lo más importante es usar medidas fuertes, particularmente económicas, para forzar el fin de la guerra”. La Casa Blanca instó a los países europeos a detener la compra de petróleo ruso “que financia la guerra”.
(Con información de AFP)