El precio del euro en Colombia cerró la jornada del 4 de diciembre de 2025 en un promedio de $4.386,81, lo que representó una caída de 22,17 frente al día anterior, equivalente a una variación diaria de -0,50%. Durante la sesión, la divisa europea alcanzó un máximo de $4.439,48 y un mínimo de $4.363,85, reflejando una volatilidad moderada en el cruce EUR/COP.
Si bien no se registraron máximos históricos, el alza en su valor responde a una combinación de factores internacionales, como las expectativas sobre la política monetaria en Estados Unidos y la inestabilidad en los mercados globales, junto con elementos locales que influyen en la oferta y demanda de divisas. En las casas de cambio, el euro se cotizó en un rango de $4.360 para la compra y $4.530 para la venta.
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Si consideramos los datos de la última semana, el euro acumula una subida 3,56%, por lo que desde hace un año mantiene aún un ascenso del 0,78%.
En cuanto a las variaciones de este día con respecto a días previos, encadenó tres fechas sucesivas en cifras positivas. La volatilidad referente a estos siete días fue visiblemente superior a la acumulada en el último año, por lo tanto está presentando un comportamiento más inestable.
Narrativa del mercado
El comportamiento reciente del euro vuelve a colocar a la moneda europea en el centro de la discusión global, no solo por su repunte moderado frente a sus pares, sino porque los datos económicos de la eurozona ofrecen un contraste llamativo respecto a la incertidumbre que domina otros mercados. El PMI Compuesto Hcob avanzó hasta 52.8 en noviembre, el nivel más alto en dos años y medio, impulsado sobre todo por los servicios. Aunque los precios de producción industrial encadenaron su tercer mes a la baja con una variación de –0,5% interanual, los costos de insumos sorprendieron con un repunte que alcanzó su máximo en ocho meses.
Esta combinación, crecimiento sostenido, inflación contenida y presiones de costos incipientes, mantiene al euro respaldado por una narrativa de resiliencia, incluso mientras el mercado especula sobre el calendario del Banco Central Europeo para suavizar las tasas, algo que no se anticipa antes de 2026.
La situación en el Reino Unido añade un matiz paralelo, el PMI Compuesto revisado al alza hasta 51,2 señala siete meses consecutivos de expansión, pero la expectativa de un recorte de 25 puntos básicos por parte del Banco de Inglaterra en diciembre limita el margen de apreciación de la libra. Esta lectura también influye en la dinámica del euro, pues confirma que Europa se mantiene en un ciclo económico menos frágil que el de economías que ya contemplan relajación monetaria inmediata.

Mientras tanto, en América Latina el peso colombiano navega un entorno marcado por tensiones externas y desafíos domésticos. La composición de la deuda del Gobierno nacional muestra un incremento en la participación de obligaciones en moneda extranjera, que alcanzan 30,68% del total, alineándose con la meta oficial de llevar el financiamiento externo al 32% durante 2025.
Este mayor peso de deuda denominada en divisas añade sensibilidad al comportamiento del COP frente a los movimientos globales y fortalece la importancia de un manejo fiscal prudente. En paralelo, la agenda regulatoria avanza con una resolución de la Creg que busca mejorar la eficiencia de la red eléctrica, mientras toma forma una propuesta de reforma tributaria centrada en procesos de normalización con el fin de elevar la capacidad de recaudo.
A nivel global, el apetito por riesgo se movió de forma irregular. En Estados Unidos, los futuros accionarios registran avances moderados apoyados en el impulso tecnológico y en la expectativa de un posible repunte estacional al cierre del año. El mercado asigna cerca de un 89% de probabilidad a un recorte de tasas de 25 puntos básicos en la reunión del 10 de diciembre, con proyecciones de flexibilización acumulada cercanas a 90 puntos básicos para 2026. Será determinante la publicación del informe ADP y del indicador de inflación preferido por la Reserva Federal, en un contexto donde los consumidores de ingresos bajos siguen mostrando vulnerabilidad.

Asia, por su parte, presenta una imagen fragmentada. China profundiza su corrección, afectada por un PMI Compuesto que cae a 51,2 y un sector inmobiliario bajo presión, mientras Japón se mueve con cautela ante la posibilidad de que el Banco de Japón eleve tasas. En México y Brasil, los indicadores manufactureros reflejan desaceleración, aunque con algunas señales de estabilización en Brasil.
