La primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, aseguró este viernes que llevará la relación bilateral con Estados Unidos “a nuevas alturas” durante la visita del presidente estadounidense, Donald Trump, a Tokio entre el 27 y el 29 de octubre.
“Me reuniré personalmente con el presidente Trump durante su visita a Japón, construyendo una relación de confianza entre nuestros líderes y elevando la relación Japón-EEUU a nuevas alturas”, afirmó Takaichi en su primer discurso de política ante el Parlamento.
En su intervención, la mandataria prometió acelerar el gasto militar y la modernización de las Fuerzas de Autodefensa, así como completar una revisión anticipada de la estrategia de seguridad nacional, originalmente prevista para 2027. Según Takaichi, su gobierno alcanzará un gasto militar equivalente al 2% del Producto Interno Bruto (PIB) antes de marzo, frente al objetivo inicial de 2027, y presentará la nueva estrategia de defensa antes de fines de 2026.
Takaichi justificó estas medidas por el “violento cambio en el equilibrio de poder y la intensificación de la competencia geopolítica”, citando la invasión rusa de Ucrania y el conflicto en Oriente Medio como factores que alteran la estabilidad internacional.
Además, señaló que la actividad militar de China, Corea del Norte y Rusia genera preocupaciones graves en la región, lo que requiere que Japón “impulse de manera proactiva su fortalecimiento fundamental de la capacidad de defensa”.
La cumbre con Trump representa un examen diplomático crucial para Takaichi, quien deberá enfrentar exigencias estadounidenses sobre un mayor gasto en defensa y la adquisición de costosos armamentos norteamericanos.
La primera ministra también destacó la necesidad de mantener una relación constructiva y estable con China, aunque reconoció “preocupaciones de seguridad” entre ambos países. Analistas advierten que sus posturas nacionalistas, incluyendo visitas regulares al Santuario Yasukuni y opiniones sobre la historia de la guerra, podrían tensionar aún más las relaciones con Beijing.
El fortalecimiento de la estrategia de seguridad podría incluir roles militares más ofensivos para las Fuerzas de Autodefensa, flexibilización de las restricciones a la exportación de armas y aumento del gasto militar, aunque Takaichi no detalló cómo financiará estas iniciativas. Para avanzar con sus propuestas, su gobierno minoritario necesitará el apoyo de la oposición.
En el ámbito interno, Takaichi enfrenta el reto de controlar la inflación y el estancamiento salarial, además de recuperar respaldo entre los conservadores. Su nuevo bloque de gobierno, formado por el Partido Liberal Democrático y el Partido de Innovación de Japón, ha generado preocupación sobre un giro hacia políticas más de derecha.
En materia migratoria, Takaichi sostuvo que Japón requiere trabajadores extranjeros para cubrir la escasez laboral, pero solo quienes cumplan con las normas.
“Es un hecho que actividades ilícitas y violaciones de reglas por algunos extranjeros generan sensación de inseguridad e injusticia entre los japoneses. El gobierno responderá de manera decisiva a estas acciones. No se trata de xenofobia”, declaró.
Para ello, designó a la ministra de Seguridad Económica, Kimi Onoda, para reforzar regulaciones sobre extranjeros y estudiar limitaciones a la compra de tierras por no japoneses, principalmente chinos.
Estas medidas buscan atender a sectores nacionales que respaldan plataformas populistas de “Japón Primero” promovidas por el partido ultraderechista Sanseito, mientras el país enfrenta un aumento récord de extranjeros necesarios para sostener una fuerza laboral en declive. Según estadísticas oficiales, la tasa de criminalidad entre extranjeros ha disminuido, aunque su población continúa creciendo rápidamente.
(Con información de AFP y The Associated Press)
