Madrid, 7 may (EFE).- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha manifestado su preocupación por la dependencia tecnológica de las Fuerzas Armadas y de Seguridad con países como Israel y ha confiado en que el plan de defensa, que prevé una inversión de 10.471 millones de euros, contribuya a terminar con esa vinculación.
Así lo ha manifestado este miércoles en el Pleno del Congreso, donde ha comparecido para explicar este plan, y, en repuesta a los grupos, ha reiterado que España ha cumplido su compromiso de no vender ni comprar armas a Israel desde el 7 de octubre de 2023, inicio de la invasión de Israel a Gaza.
Sánchez ha lamentado que haya grupos parlamentarios, en alusión a Sumar, que critiquen el aumento del presupuesto en tecnología de seguridad y defensa y, a la vez, también la dependencia tecnológica respecto de determinados países.
En este sentido, ha precisado que algunos vehículos y buques incorporan sistemas y componentes cuya operatividad depende del mantenimiento y la tecnología suministrada por empresas de Israel.
«Y esta es una realidad preocupante que evidentemente no puede perpetuarse», ha asegurado Sánchez, que ha destacado la importancia de que el plan de seguridad y defensa esté enfocado a desarrollar capacidades industriales en suelo español que permitan poner fin a esa dependencia tecnológica «de países que han cambiado radical y drásticamente su política exterior, ya sea en el otro lado del Atlántico o en Oriente Medio».
Sánchez ha aprovechado su intervención para clarificar «medias verdades» e «insinuaciones» que han contaminado el debate público respecto a los contratos de España con Israel, y ha asegurado que todos ellos son adquisiciones que no implican armamento de munición como, por ejemplo, elementos de iluminación para cascos de la Guardia Civil o chalecos antibalas.
También se trata de componentes «absolutamente imprescindibles» para el funcionamiento y seguridad de equipamientos de las Fuerzas Armadas, como inhibidores de frecuencia antibombas o escáneres de explosivos, cuya función es proteger a los españoles o a los militares desplegados en misiones de paz, ha dicho.
Un tercer bloque, ha precisado Sánchez, son contratos adjudicados a empresas con sede y producción en España, sobre las que la normativa vigente impide adoptar esas medidas restrictivas.
La única excepción, según ha recordado, fue una licitación de la Guardia Civil iniciada antes de la invasión de Gaza, que posteriormente fue adjudicada a una empresa israelí, un «lamentable error» que se subsanó rescindiendo el contrato.
Sánchez ha considerado también imprecisos los datos que ha hecho públicos este miércoles el Centro Delàs, según los cuales España ha realizado 134 operaciones de compraventas de armas con Israel desde el 7 de octubre de 2023, 46 contratos adjudicados a industrias israelíes y 88 envíos a Israel desde España de material de armas y municiones.
Según el presidente, son exportaciones temporales para reparar equipamientos de las Fuerzas Armadas que no se pueden realizar en España y, que por tanto, son piezas que no se usan por parte del Ejército israelí ni del Estado de Israel.
En respuesta al líder popular, Alberto Núñez Feijóo, ha puesto de relieve que el PP llega al absurdo de reprochar al Gobierno que cumpla el compromiso de alcanzar el 2 % del PIB en inversión en defensa cuando fue un Gobierno de este partido el que selló ese acuerdo en 2014.
También se ha referido a las «perspectivas diferentes» que mantiene con sus socios de gobierno sobre cómo disuadir y proteger a nuestro país y a Europa, pero ha resaltado que «ahí están los resultados de nuestra gestión».
Al portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que ha ironizado sobre la coincidencia de la presentación del plan con la muerte del papa Francisco, el jefe del Ejecutivo le ha dicho que «no tenía planeado que falleciera» el Pontífice y que ya tenía previsto hacerlo público por los plazos que había establecido la Unión Europea. EFE
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