El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue el primer líder de alto nivel en la UE que denunció el “genocidio” en Israel sobre la población de Gaza y en los últimos meses sus esfuerzos diplomáticos han conseguido que muchos países sigan la estela de España -Francia y Reino Unido, por ejemplo, se preparan para reconocer el Estado Palestino-. Pero el balance a nivel europeo, reconoce, es muy negativo, y la inacción del bloque pone en peligro la credibilidad de Occidente como actor internacional.
“Es un fracaso. Totalmente”, ha afirmado en una entrevista publicada este miércoles por el diario británico The Guardian antes de su encuentro que mantendrá con el primer ministro británico Keir Starmer en Londres. La percepción de Europa en el escenario internacional, ha señalado, se encuentra en entredicho, y la respuesta de Israel en Gaza tras los ataques de Hamás constituye “uno de los episodios más oscuros de las relaciones internacionales en el siglo XXI”.
Sánchez se ha referido a la división interna entre los Estados miembros sobre cómo influir en Israel. Mientras países como España presionan para adoptar sanciones, entre ellas, la suspensión de la asociación estratégica con Israel y medidas económicas contra ese país; otros pesos pesados de la UE como Alemania, Italia y Hungría han bloqueado todo intento de emprender una respuesta a nivel europeo. A su juicio, esta falta de unidad resulta inaceptable y pone en riesgo la credibilidad europea ante otras crisis, como la de Ucrania.
El mandatario español ha subrayado a este diario que, aunque las raíces de ambos conflictos son distintas, la comunidad internacional observa a la UE y a Occidente y se pregunta por qué se aplican los dobles raseros.
Critica el aislamiento de EEUU y reafirma a España como un “socio fiable” de la OTAN
El dirigente socialista también ha hablado de la relación transatlántica y la política exterior de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump. Sánchez, que ha mantenido desacuerdos con Trump por la negativa de España a destinar el 5% del PIB a defensa, ha insistido de nuevo en que España es un “socio fiable” en la OTAN y ha expresado su voluntad de mantener “la mejor relación posible” con este país, independientemente de quién ocupe la Casa Blanca.
No obstante, ha criticado el enfoque aislacionista de Trump y ha cagado contra la retirada estadounidense del Acuerdo de París y la reducción de aportes a programas de ayuda y a la Organización Mundial de la Salud. “La realidad más impactante que enfrentamos es que el principal arquitecto del orden internacional –Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial– ahora está debilitando ese orden, y eso no será positivo ni para la sociedad estadounidense ni para el resto del mundo, especialmente para los países occidentales”, advirtió Sánchez.
Carga de nuevo contra los jueces que están haciendo política
El presidente del Gobierno también ha hablado de los casos de corrupción que salpican a su entorno familiar y su administración en los últimos meses. Sobre el caso Begoña Gómez, ha sostenido que su esposa “es víctima de una campaña judicial impulsada por la derecha y la extrema derecha”.
Al igual que lo hizo en la entrevista para TVE, Sánchez ha vuelto a cargar contra «algunos jueces que están haciendo política“, y esa es una realidad que a su juicio “enfrentamos no solo en España, sino también en muchas otras democracias, especialmente cuando se trata de fuerzas o gobiernos progresistas”. A pesar de las dificultades, Sánchez ha defendido la gestión de su gobierno minoritario, tanto en el ámbito económico como social, y ha asegurado que continuará en esa línea.
Sánchez ha reconocido que los escándalos de corrupción han sido difíciles de aceptar, pero subrayó que el proyecto político es más amplio. “El mensaje más importante que quiero transmitir a mis ciudadanos es que la dirección del país que iniciamos hace siete años es la correcta, y no es una cuestión abstracta”, ha afirmado. Según Sánchez, la oposición no ofrece una alternativa real, sino “una regresión”, y consideró que lo que se observa en España es el colapso político del partido tradicional, tanto en el fondo como en la forma, al adoptar los postulados de la extrema derecha.