PARÍS.- Tras una despedida pública de su mujer, Carla Bruni, su familia y seguidores que lo esperaron afuera de su casa, Nicolas Sarkozy se presentó este martes en la prisión parisina de La Santé, donde quedó detenido para cumplir una condena de cinco años por asociación ilícita y se convirtió así en el primer expresidente de la historia moderna de Francia en estar preso.
El exmandatario de 70 años fue condenado el mes pasado a cinco años de prisión con “ejecución provisional” por asociación ilícita en el caso sobre la presunta financiación ilegal de su campaña electoral de 2007 por parte del fallecido líder libio, Muammar Khadafy.
Sarkozy salió de su residencia acompañado de su esposa, la cantante y actriz italiana Carla Bruni, donde lo esperaban familiares y seguidores. De allí se trasladó a la cárcel parisina de La Santé.
La Santé es una histórica prisión que alguna vez alojó al militante de izquierda Ilich Ramírez Sánchez, también conocido por el alias “Carlos el Chacal”, y al exdictador panameño Manuel Noriega.
Sébastien Cauwel, director del sistema penitenciario francés, había anticipado que el expresidente estará aislado.
“Podrá acceder al patio de ejercicios, solo, dos veces al día, tendrá acceso a una sala de actividades mientras esté solo y estará solo cuando esté dentro de su celda”, dijo Cauwel a RTL Radio.
El módulo de aislamiento de Sarkozy en la prisión parisina de La Santé se caracteriza por alojar a los reclusos en celdas individuales y mantenerlos separados durante las actividades al aire libre por razones de seguridad.
Las condiciones de detención son similares a las del resto de la prisión: las celdas miden entre 9 y 12 metros cuadrados y, tras las reformas, ahora incluyen duchas privadas. Sarkozy tendrá acceso a una televisión, por una cuota mensual de 14 euros (16 dólares), y a un teléfono fijo.
Según la prensa francesa, Sarkozy ocupará una celda de 11 metros cuadrados con una ventana sellada y sin acceso a un teléfono celular.
Sarkozy podrá recibir la visita de su familia tres veces por semana, igual que todos los reclusos de La Santé, precisó su abogado Christophe Ingrain. La mayor parte del tiempo estará en su celda, donde podrá leer hasta tres libros por semana y planea escribir sobre esta “experiencia tan difícil”, agregó.
También podrá usar utensilios como cuchillo y tenedor de punta redondeada, cocinar en una pequeña hornalla y comprar comida de un catálogo especial.
El expresidente conservador aseguró el domingo al diario Le Figaro que entraría a la prisión “con la cabeza alta”, con una biografía de Jesús y con El Conde de Montecristo, de Alejandro Dumas, el inocente injustamente condenado más famoso de la literatura francesa, que escapa de una prisión en una isla antes de buscar venganza. Sus abogados dijeron que empacó una bolsa con algunos sweaters porque hace frío en la prisión y tapones para los oídos porque es muy ruidosa.
Sarkozy fue condenado por permitir que allegados suyos se acercaran a la Libia de Muammar Khadafy, fallecido en 2011, para obtener fondos para financiar ilegalmente su victoriosa campaña de 2007. Aunque el proceso no permitió demostrar que el dinero se utilizó en “última instancia”, el tribunal subrayó que sí salió de Libia, por lo que lo condenó por asociación ilícita y por la “excepcional gravedad de los hechos”.
Sin embargo, el expresidente podría permanecer solo unas semanas en la cárcel. Sus abogados ya solicitaron su libertad condicional, como la legislación permite a los presos que ya tienen 70 años una vez pisan la cárcel. La justicia tiene dos meses para resolver.
La Santé
La Santé “es la prisión más adecuada para recibir a alguien de su perfil”, dijo Wilfried Fonck, representante del sindicato de guardias penitenciarios.
El sindicalista afirmó que La Santé cuenta con un ala para “personas vulnerables”, las llamadas “dependencias VIP”, donde en el pasado han estado encarceladas destacadas figuras políticas, incluido Claude Guéant, exasesor de Sarkozy, quien estuvo entre los condenados el jueves.
Los reclusos del ala VIP están en celdas individuales, a diferencia de las unidades habituales de tres personas, y permanecen solos durante las actividades al aire libre por razones de seguridad.
Julien Fischmeister, de la sección francesa del Observatorio Internacional de Prisiones, señaló que La Santé fue renovada recientemente y, por lo tanto, ofrece mejores condiciones que muchas otras cárceles.
“No le deseamos la cárcel a nadie, pero lo que podemos destacar es que, por una vez, se trata de una personalidad que representa un círculo social que generalmente evita la prisión”, afirmó Fischmeister.
Como muchas cárceles en Francia, La Santé está superpoblada. Según datos del Ministerio de Justicia, en agosto había 1243 reclusos en una prisión diseñada para albergar a 657.
Uno de los protegidos políticos de Sarkozy, el actual ministro de Justicia Gérald Darmanin, ha sido clave en el impulso del gobierno para endurecer las condiciones carcelarias para los internos peligrosos.
La policía afirma que los presos manejan sus negocios de drogas a través de teléfonos celulares de contrabando, que también utilizan para ordenar ataques contra rivales. Incluso pueden pedir comida árabe y sushi, entregados a sus celdas mediante drones, según videos publicados en línea y funcionarios penitenciarios.
A principios de este año se registró una serie de ataques a cárceles en todo el país. Las autoridades sostienen que fueron orquestados por miembros de un grupo de Telegram que se hacía llamar Derechos de los Prisioneros Franceses y que buscaba destacar las terribles condiciones que enfrentan los reclusos en Francia.
Agencias Reuters, AFP y ANSA