La reedición de Ofrendas de verano (Minotauro), la novela de Robert Marasco que sentó las bases del terror psicológico moderno, devuelve a la actualidad una obra que no solo anticipó el auge de las casas encantadas en la literatura y el cine, sino que también influyó de manera decisiva en títulos tan emblemáticos como El resplandor o, más recientemente, Hereditary.
Publicada originalmente en 1973 (El resplandor apareció en 1977), esta historia de una familia que busca escapar de la rutina urbana para encontrar, en cambio, una amenaza insidiosa en el corazón de una mansión campestre, ha sido reconocida tanto por la crítica como por figuras centrales del género, entre ellas Stephen King, quien calificó la novela como “brillante… un relato inquietante, y uno que recomiendo no solo a los aficionados del género, sino también al lector general”.
Una casa que manipula y se alimenta de sus habitantes
La trama de Ofrendas de verano se centra en los Rolfe, una familia de clase media de Nueva York compuesta por Marian, Ben, su hijo David y la tía Elizabeth, quienes alquilan una casa de veraneo en el remoto North Fork de Long Island. El precio sorprendentemente bajo del alquiler y la única condición impuesta por los propietarios (cuidar de la anciana madre de los Allardyce, confinada en una habitación del piso superior) parecen una oportunidad inmejorable para unas vacaciones idílicas. Sin embargo, la aparente hospitalidad de la mansión pronto se revela como una trampa: cada miembro de la familia comienza a experimentar cambios de personalidad, episodios de deterioro físico y psicológico, y una creciente sensación de amenaza que emana de la propia casa.
El proceso de transformación es sutil y progresivo. Marian desarrolla una obsesión enfermiza por la limpieza y el cuidado de la casa, hasta el punto de anteponer el bienestar de la mansión al de su propia familia. Ben, por su parte, sufre episodios de violencia y confusión mental, mientras que Elizabeth, inicialmente enérgica, se debilita de manera inexplicable. La casa, en paralelo, parece regenerarse y cobrar vida a medida que los Rolfe se desmoronan. Este mecanismo de intercambio (la vitalidad de los inquilinos a cambio de la restauración del inmueble) constituye el núcleo del horror en la novela.
La crítica contemporánea reconoció el impacto de la obra. The New York Times afirmó que la novela “aterroriza incluso a la luz del día”, destacando un estilo narrativo que mantiene al lector en constante duda sobre la naturaleza real o imaginaria de los sucesos.
Precursora de ‘El resplandor’
La adaptación cinematográfica de 1976, titulada Pesadilla diabólica, dirigida por Dan Curtis y protagonizada por Karen Black, Oliver Reed y Bette Davis, trasladó fielmente la atmósfera opresiva y el crescendo de terror psicológico de la novela a la pantalla, aunque la versión literaria conserva una frialdad y una crudeza que la distinguen dentro del género.
El contexto social y económico de los años 70, marcado por la inflación, el desempleo y la crisis energética, se refleja en la estructura de la novela. Según el análisis de Grady Hendrix en Reactor, el auge de las historias de casas encantadas en esa década responde a la ansiedad de la clase media estadounidense ante la inestabilidad económica y el deseo de ascenso social.
En Ofrendas de verano, la familia Rolfe representa a quienes, impulsados por la esperanza de una vida mejor, aceptan ofertas que parecen demasiado buenas para ser verdad, solo para descubrir que el precio real es mucho más alto de lo que imaginaban. Hendrix subraya que “Marasco fue el primer escritor estadounidense en situar las ansiedades sobre clase, hipotecas y patrimonio en el centro de la novela de casas encantadas”, abriendo el camino para obras posteriores como El resplandor y Horror en Amityville, que también se publicó en 1977 y estaba basada en los asesinatos de la familia DeFeo.
La influencia de Ofrendas de verano en el género es indiscutible. Tanto Stephen King como otros autores han reconocido la deuda de sus propias obras con la novela de Marasco. El propio King la considera una referencia obligada para quienes buscan comprender los mecanismos del terror psicológico en la literatura contemporánea. La novela, reeditada en 2015, ha recuperado su lugar como un clásico que, lejos de haber perdido vigencia, sigue interrogando los miedos más profundos asociados al hogar, la familia y el deseo de ascenso social.
Quién fue Robert Marasco
Robert Marasco nació en el Bronx en 1936 y fue profesor de latín y griego en la Regis High School de Manhattan antes de dedicarse a la escritura. Su primera gran obra, Child’s Play (1970), un thriller psicológico ambientado en un colegio católico, fue aclamada por la crítica y adaptada al cine en 1972 bajo la dirección de Sidney Lumet y se tituló en España Perversión en las aulas. Sin embargo, con Ofrendas de verano alcanzó un culto hacia su figura y dejó una huella indeleble en el género. Marasco falleció en 1998, dejando tras de sí una obra tan breve como fundamental.
La reedición de Ofrendas de verano por Minotauro permite redescubrir una novela que, con su prosa precisa y su atmósfera asfixiante, redefine el terror doméstico y revela hasta qué punto el verdadero horror puede residir en los deseos y debilidades más íntimos de sus protagonistas.