El pasado 26 de junio de 2025, un osteópata fue juzgado por el Tribunal Penal de Saint-Malo, en Francia, por presunto ejercicio ilegal de la medicina, apropiación indebida de título y lesiones involuntarias. Al menos seis mujeres acusan al profesional, encargado de reducir la tensión muscular, mejorar la alineación de la columna vertebral y restaurar el equilibrio en los tejidos blandos, de haberles administrado inyecciones de manera ilegal.
Según las declaraciones de las pacientes, padecieron graves complicaciones médicas, incluyendo abscesos que requirieron cirugía y largos periodos de baja laboral. El caso, tratado en los juzgados franceses, se remonta a marzo de 2022, cuando un especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Universitario de Rennes detectó un patrón común entre varios pacientes que acudían con infecciones cutáneas atípicas.
“No existe un diploma reconocido por el estado para esta práctica”
Todos los que acudieron a su consulta presentaban inflamación del tejido caracterizada por la hinchazón y la acumulación de pus en zonas del cuerpo donde, según afirmaron, habían recibido inyecciones para aliviar dolores musculares. La mayoría de los pacientes eran mujeres que habían asistido a una consulta de osteopatía en Quévert, en la región bretona de Côtes-d’Armor.
Según las conclusiones preliminares, el profesional, sin estar autorizado para ejercer como médico, ofrecía a sus pacientes tratamientos de mesoterapia, una técnica que consiste en la administración intradérmica de sustancias homeopáticas mediante microinyecciones múltiples. Además, el Ministerio de Salud francés ha asegurado que “actualmente no existe validación científica para la mesoterapia”. En el mismo texto señalan igualmente que “no existe un diploma reconocido por el estado para esta práctica”, por lo que solo los médicos están autorizados a utilizarla.
Tras la investigación de los hechos se ha descubierto que durante el año 2021, el acusado habría administrado estas inyecciones sin control sanitario ni formación acreditada. En los días posteriores al tratamiento, los pacientes comenzaban a aparecer abscesos en los lugares de inyección, algunos de los cuales evolucionaron a infecciones graves. Incluso, una de las afectadas tuvo que ser sometida a cirugía y permaneció 130 días incapacitada para trabajar.
Frédéric Birrien, abogado de dos de las víctimas, ha cuestionado con firmeza durante el juicio la versión del acusado. “Dice que les inyectó suero fisiológico… No lo entiendo”, señala el letrado. “¿Qué pretendía tratar con eso? No tiene sentido y, de hecho, plantea interrogantes. ¿Qué les inyectó? ¿Qué tipo de aguja usó? ¿Los limpió?”, añade, según lo recogido en La Dépêche.
Las autoridades sanitarias confirmaron que el hombre se había formado en el método Poyet, una técnica de osteopatía considerada suave y personalizada, aplicada principalmente para tratar dolores musculares. Sin embargo, la introducción de tratamientos invasivos como la mesoterapia no se encuentra entre las competencias legales de un osteópata, y su aplicación sin supervisión médica vulnera la normativa sanitaria.
Estos hechos han generado inquietud entre los profesionales de la salud por la facilidad con la que tratamientos invasivos pueden ser ofrecidos por personas sin cualificación médica. Sin embargo, el acusado se enfrenta a una posible pena de hasta tres años de prisión y una multa de 45.000 euros. La causa sigue abierta mientras se revisan las prácticas del consultorio y se analizan otras posibles víctimas que no hayan denunciado.
