El fútbol está hecho de muletillas. Se dice, se escucha y se repite que la experiencia es un factor de valor. Porque el tiempo hace mejores a las futbolistas, porque el recorrido implica acumular saberes en momentos clave: la toma de decisiones, cómo y cuánto correr, administrar las tensiones, dominar las emociones. La frescura, la juventud, se ubican en la otra punta de la mesa. Aporta sorpresa, ansiedad, la pulsión de vida de un purasangre. Es como el río que crece y todo lo lleva, el viento que arrasa. Ahora que la selección femenina argentina le pone primera a una nueva edición de la Copa América, todos estos supuestos se ponen en juego -juntos- porque el plantel afrontará su primer desafío serio con un recambio de nombres.
Hay algunas históricas, pero también otras que empiezan a escribir sus primeras líneas con la Selección. Este martes contra Uruguay (desde las 18, por DSports) será el debut en Quito, después de haber tenido la primera fecha libre en la cita ecuatoriana. El promedio de edad del equipo de Germán Portanova es de poco más de 24 años.
Cuando Florencia Bonsegundo, de 31, empezó a jugar en las selecciones juveniles todavía no tenía redes sociales. No sabía lo que era una selfie. La llamaron y ni siquiera conocía que existía una selección femenina. Tiempo después, cuando se consagró campeona con UAI Urquiza, una nena vestida con la ropa de Platense se le acercó a pedirle una foto. Era Milagros Martin, hoy de 18 años, ahora compañera en Argentina y además ya dos veces campeona en Newell’s, su nuevo club. Mili creció viendo eso que Bonsegundo desconocía: a mujeres jugando al fútbol. En Ecuador son parte del mismo plantel, una muestra del mix que delineó el cuerpo técnico para afrontar su segundo proceso al frente del equipo.
Estefanía Banini, la arquera Vanina Correa y Miriam Mayorga son apenas tres nombres de experimentadas que ya no son parte de las citaciones. Portanova ya lo había adelantado después de quedar afuera en la primera ronda del Mundial de Australia-Nueva Zelanda: “Tenemos que reinventarnos, sobre todo con jovencitas que rondan los 15, 16 y 17 años. Vamos a tener que acelerar los tiempos para que las más chicas puedan competir en la Selección mayor”. El momento llegó.
Solana Pereyra (San Lorenzo, 26 años), se inclina para tomar la posta bajo los tres palos, y Abigail Chávez (Universidad de Chile, 28) pelea el puesto. En la defensa Aldana Cometti (Madrid CFF, 29) es referencia y voz de mando, mientras que Yamila Rodríguez (Gremio, 27) es otra de las experimentadas en la delantera. Fue la goleadora de la última Copa América, con seis goles.
El álbum de caras nuevas incluye a Milagros Martin, que a los 14 debutó en Platense y a los 15 en la Selección, y también a Kishi Núñez (delantera de Boca, 19), Sofía Domínguez (mediocampista de Newell’s, 19), Catalina Roggerone (defensora del CSU Bakersfield de Estados Unidos, 22), Paulina Gramaglia (delantera de Bragantino de Brasil, 22), Margarita Giménez (mediocampista de Ferro, 20) y Francisca Algelt (delantera de River, 19). Las más antiguas coincidieron en mensajes positivos sobre el nuevo plantel. “Las jóvenes tienen mucha alegría y nos hacen crecer a nosotras”, le dijo Cometti al sitio Estamos en Offside. Bonsegundo contó que en la convivencia toman mate, escuchan música y juegan al ping pong, juegos de mesa o al truco. Allí los equipos marcan el mix. El que integran la cordobesa junto a Solana Pereyra y Maricel Pereyra (mediocampista de San Lorenzo, 23) se atribuye ser invencible. El GPS de la Selección incluye otros tres partidos por el Grupo A. Después de Uruguay -que antes del inicio del certamen amenazó con no viajar en reclamo por mejores condiciones salariales y de entrenamiento- , Argentina enfrentará a Chile (viernes 18 de julio, a las 21), Perú (lunes 21 de julio, a las 18) y Ecuador (jueves 24 de julio, a las 21). Los primeros y segundos de cada grupo avanzarán a las semifinales.
La #SelecciónFemenina posó para las fotos oficiales de @CONMEBOL 📸😁
¡Vamos que falta poco para el debut en la @CopaAmerica! 🇦🇷 pic.twitter.com/7Zns09DpS0
— 🇦🇷 Selección Argentina ⭐⭐⭐ (@Argentina) July 14, 2025
La novedad de esta Copa es que no dará la clasificación para la Copa del Mundo como antes, porque a partir de este año habrá Eliminatorias. El desafío es conseguir uno de los dos boletos que dará para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, ampliados a 16 participantes. El campeón y el subcampeón se quedarán con ese logro, mientras que habrá tres cupos -el tercero, cuarto y quinto- para los Juegos Panamericanos de Lima 2027 (si Perú se clasifica, como será organizador libera una plaza y avanzará entonces el sexto). Además, el campeón representará al continente en una Finalissima 2026 frente al ganador de la Eurocopa Femenina 2025, que se juega en paralelo a la Copa América.
Esta mezcla de frescura y experiencia viene de algunos buenos resultados en 2025. El más destacado fue en abril, cuando Argentina le ganó por primera vez a una campeona olímpica: fue 1 a 0 contra Canadá, con un gol de Yamila Rodríguez. En Quito, la sede de la Copa América, hay que agregar un atenuante: los estadios están a 2850 metros sobre el nivel del mar. Y la Selección no llega como candidata pese a la confianza de sus futbolistas, porque en el continente, Brasil y Colombia son las que más crecieron. Con Marta como estandarte, las brasileñas ya ganaron este torneo en ocho de las nueve realizaciones anteriores. Colombia, finalista en la última edición, se hace fuerte con el paso del tiempo y jugadoras que surgen, como Linda Caicedo (delantera del Real Madrid, 20 años) y Mayra Ramírez (adquirida por el Chelsea, 26).
#SelecciónFemenina El plantel de Germán Portanova realizó hoy su primer entrenamiento futbolístico en la ciudad de Quito. #TodosConEllas 💪🏼🩵 pic.twitter.com/Sagm0k7krH
— 🇦🇷 Selección Argentina ⭐⭐⭐ (@Argentina) July 13, 2025
Argentina tiene en su cuenta un título, en 2006, en una Copa América casi olvidada. Las propias futbolistas de aquel plantel cuentan que en Mar del Plata, donde se jugó, sólo sus familiares fueron a verlas aquel día, cuando les ganaron la final a Brasil. Casi veinte años después saldrá a la cancha a demostrar que frescura y experiencia no son características antagónicas. Que una histórica puede refrescar el juego. O que una pibita puede definir como si hubiera pateado cien veces contra esa arquera en otras Copas América. Y por qué no, también, revelar que a veces algunas muletillas son puro cuento.