El año hidrológico 2024-2025 en el Perú estuvo marcado por eventos extremos que impactaron de manera significativa en varias regiones, alcanzando en algunos casos niveles históricos de incremento de caudales. Así lo informó el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), organismo técnico especializado adscrito al Ministerio del Ambiente.
En el norte del país, el río Tumbes alcanzó un caudal de 1278.42 m³/s en la estación El Tigre, el 28 de febrero de 2025, superando ampliamente el umbral rojo. Este comportamiento generó inundaciones que afectaron viviendas, instituciones educativas y extensas áreas de cultivo, dejando severos daños en la economía de familias rurales y urbanas de la región.
En la costa centro, el río Santa también superó niveles críticos. El 3 de marzo de 2025, en la estación Condorcerro, se registró un caudal de 544.91 m³/s, lo que representó el cruce del umbral naranja. Como consecuencia, se reportaron pérdidas importantes en áreas agrícolas, principalmente en cultivos de panllevar y productos destinados al mercado local.
En la sierra sur, el río Apurímac registró un caudal de 2125.6 m³/s en la estación Puente Cunyac, lo que significó superar el umbral rojo. Este comportamiento hidrológico afectó directamente a comunidades asentadas en la cuenca del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), zona donde los afluentes Pampas y Pachachaca también presentaron niveles elevados, intensificando los riesgos de desborde e inundación.
El Senamhi precisó que estos episodios se encuentran asociados a fenómenos climáticos estacionales y a la variabilidad hidrológica que caracteriza a las cuencas del país. Sin embargo, la magnitud de los caudales alcanzados en el periodo 2024-2025 refleja la necesidad de reforzar las medidas de prevención y gestión del riesgo en comunidades vulnerables.
Déficits hídricos sin precedentes y pronóstico 2025-2026
Además de los picos extremos de caudales, el año hidrológico estuvo marcado por déficits hídricos históricos en varias regiones. En la selva, el río Amazonas alcanzó el 23 de setiembre de 2024 apenas 108.08 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.) en la estación Tamshiyacu, considerado uno de los niveles más bajos en la historia de este afluente. La situación complicó el transporte fluvial, principal medio de conexión de comunidades amazónicas, y afectó el abastecimiento de productos de primera necesidad en diversas localidades.
En el altiplano, el lago Titicaca descendió 1.46 metros por debajo de su nivel normal, con un registro tomado el 3 de marzo de 2025. Este déficit impactó directamente en la actividad turística y pesquera de las comunidades que dependen de este recurso natural, considerado uno de los lagos navegables más altos del mundo.
Otro caso crítico se presentó en el río Chira, en la región Piura, donde se reportó una crisis hídrica que afectó al sistema de riego agrícola. Los embalses de Poechos y San Lorenzo registraron niveles preocupantes, generando limitaciones en el abastecimiento de agua para cultivos de exportación y consumo local.
Frente a este panorama, los especialistas del Senamhi señalaron que el nuevo año hidrológico 2025-2026, iniciado el 1 de septiembre, presentaría en promedio caudales normales en la región hidrográfica del Pacífico, aunque con la posibilidad de variaciones entre valores “muy por debajo de lo normal” y “sobre lo normal” durante el mes de setiembre.
En la región del Titicaca, se prevé que predominen caudales normales, con la excepción del río Ilave, donde podrían registrarse niveles bajos. En tanto, en la región amazónica, los caudales oscilarían entre “normal” y “sobre lo normal”, dependiendo de las condiciones climáticas y la ocurrencia de lluvias en los próximos meses.