Este 19 de junio se dictó como sentencia 50 años de prisión contra Lenin Jonathan Canchola Martínez, según reportó el diario La Jornada. Se trata de un caso de suma importancia porque es, presuntamente, el líder de una célula delictiva.
Un Tribunal de Enjuiciamiento con sede en el Reclusorio Oriente encontró responsable a Canchola Martínez, líder de los Malcriados 3AD, de secuestro agravado y asociación delictuosa, después de un proceso legal que reunió pruebas provenientes de diversos hechos criminales, según reportó La Jornada.
El proceso penal contra Canchola Martínez derivó de su actividad como presunto dirigente de una célula delictiva dedicada al secuestro, extorsión y narcomenudeo en varias alcaldías del poniente de la ciudad.
La organización, conocida como Malcriados 3AD y como Tercera Acción Destructiva, desplegaba operaciones principalmente en Cuajimalpa, Álvaro Obregón y Magdalena Contreras.
Un aspecto documentado en las pesquisas consta en el uso de dispositivos GPS por parte de miembros del grupo para rastrear y localizar a sus víctimas. La red bajo el mando de Canchola Martínez estuvo considerada una de las más relevantes en el ámbito delincuencial de la capital durante varios años.
El caso cobró notoriedad pública por la relación de algunos de sus miembros con funcionarios de la alcaldía Cuajimalpa. Las autoridades consignaron la participación de Flor Leticia “N”, entonces jefa de Unidad Departamental de Vía Pública y, supuestamente, también operadora de finanzas de la organización delictiva.
La trayectoria de Lenin Canchola se remonta a sus primeros años como integrante de otras agrupaciones criminales, principalmente los Claudios, organización que operaba en invasión de predios y extorsión a locatarios. En ese entorno estableció contacto con la Unión Tepito a través de Pedro Ramírez (“el Jamón”), figura también detenida más tarde.
De acuerdo con investigaciones, Canchola Martínez se caracteriza por tener un temperamento irascible y predispuesto a la violencia. Castigaba a sus aliados manteniéndolos encadenados y, además, los obligaba a trabajar en la construcción de casas sin ningún tipo de salario y bajo la amenaza de ejecutarlos.
Canchola Martínez, según reportes, manejaba la distribución de drogas a través de taxis que sus hermanos conducían. Sus familiares, además, funcionaban como vigías y tenían la responsabilidad de hacer los cobros por extorsiones y secuestros.
La detención de Canchola Martínez ocurrió tras meses de trabajos de inteligencia que rastrearon su ubicación fuera de la Ciudad de México. El arresto se materializó en el centro de Monterrey, Nuevo León, la madrugada del 1 de julio de 2022. El ahora sentenciado se ocultaba dentro de un vehículo, portando presunta droga y un arma de fuego.