La separación entre Elvis Presley y Priscilla Presley expuso una compleja red de emociones, resentimientos y riesgos que permanecieron ocultos durante décadas. Los testimonios de Priscilla, incluida una confesión sobre la amenaza de un sicario, han arrojado nueva luz sobre el declive del matrimonio del popular músico estadounidense, revelando lo que realmente sucedía puertas adentro de Graceland.
Infidelidades descubiertas y el inicio de una nueva relación
En su libro Softly, As I Leave You: Life After Elvis, Priscilla Presley narra que la crisis inició cuando confirmó que Elvis mantenía múltiples relaciones con admiradoras. El hallazgo de un buzón repleto de cartas y la negativa de Elvis de dar explicaciones empujaron a Priscilla a cuestionar su lugar en la vida del artista. Sentimientos de dolor y furia se mezclaron, y Priscilla terminó convencida de que tampoco debía limitar sus propios vínculos.
Poco después, la búsqueda de compañía y consuelo la llevó a acercarse a Mike Stone, su instructor de karate. La relación surgió como una amistad, pero la confianza mutua y el afecto terminaron transformándola en un romance. Priscilla justifica esta decisión apelando al sufrimiento provocado por las traiciones de Elvis: fue el dolor lo que la motivó a buscar refugio lejos del círculo íntimo de su marido.
Reacción de Elvis y el escándalo del intento de sicario
La noticia de la relación llegó a oídos de Elvis Presley, quien no pudo soportar la idea de ver a su exesposa con otro hombre. Priscilla relata que, sumido en los celos y la frustración, Elvis afirmó a su entorno más cercano que “Mike tenía que morir”. Fue entonces cuando el artista pidió a Joe Esposito, su tour mánager y parte de la “Mafia de Memphis”, que encontrara a un sicario para eliminar a Stone.
La tensión se agravó y Priscilla describe en sus memorias cómo recibió advertencias directas de Esposito sobre los riesgos que corría. Este le aconsejó que evitara cualquier encuentro con Elvis durante esa etapa turbulenta. Incluso cuando propuso llevar a su hija Lisa Marie Presley a Las Vegas para un concierto, Esposito la disuadió, advirtiendo que la sola presencia de Priscilla podría enfurecer a Elvis. Ante la posibilidad de un incidente violento, Priscilla optó por mantener distancia, pensando primero en la seguridad de su hija y de quienes la rodeaban.
El peligro latente y la intervención salvadora
La idea de asesinar a Mike Stone no prosperó debido a la intervención del padre de Elvis y de amigos cercanos, quienes lograron calmar al cantante y lo convencieron de no seguir adelante. Se destacó la importancia de preservar la integridad familiar, apelando tanto al sentido común como al respeto por la hija de ambos. La presión ejercida por estas figuras claves fue fundamental para frenar las intenciones de Elvis y restaurar, al menos parcialmente, la tranquilidad en el vínculo con Priscilla.
Mientras tanto, el entorno de Graceland vivía bajo la amenaza de reacciones imprevisibles. Muchos allegados señalaron que Elvis se mostraba cada vez más volátil, afectado por el consumo de sustancias y sus propios miedos. El rumor sobre el intento de contratar a un sicario recorrió el círculo íntimo del cantante, creando un clima de máxima desconfianza y alarma.
La distancia emocional y los motivos de la ruptura
Contrario a lo que podría pensarse, Priscilla sostiene que su separación de Elvis no se debió exclusivamente a la aparición de un tercero. Ella enfatiza que la verdadera causa fue una combinación de desgaste emocional y dinámica tóxica. En sus memorias, Priscilla describe el vacío que sintió durante su última experiencia íntima con Elvis: “Me hizo el amor con fuerza, pero sin ternura ni consideración. Aquello dejó una huella dolorosa y un recuerdo desagradable. Pero esa no fue la razón por la que lo dejé”, afirma la autora.
A pesar de la intensidad de los últimos meses de relación, Priscilla insiste en que la decisión de marcharse respondió a la incapacidad de recuperar una convivencia sana, más allá de terceras personas o traiciones puntuales. El final de la pareja estuvo marcado por la imposibilidad de restablecer el respeto y la confianza mutuos.
El legado oculto tras la imagen pública
Este episodio, si bien no terminó en tragedia, exhibió una faceta inquietante de Elvis Presley: la de un hombre asediado por sus propias inseguridades y temores ocultos, muy lejos de la imagen carismática que construyó frente al público. Las memorias de Priscilla revelan que incluso los ídolos poseen vulnerabilidades profundas, y que la celebridad y el talento no garantizan relaciones personales equilibradas o libres de tormentos. La revelación del intento de sicario añade una dimensión sombría a la historia de uno de los artistas más influyentes del siglo XX, recordando que sus conflictos íntimos fueron tan inolvidables e intensos como sus logros en el escenario.