¿Creés que la clave para adelgazar es eliminar toda la grasa de tu dieta? El Dr. Alexandre Olmos lanza una contundente advertencia: esta estrategia no solo es errónea, sino que produce el efecto contrario, aumentando la ansiedad por comer y ralentizando la quema de grasa.
Durante años, la creencia popular demonizó las grasas. Sin embargo, la ciencia es clara: el cuerpo necesita grasa para poder quemar grasa. Eliminarlas por completo es uno de los mayores errores que puedes cometer en tu plan de pérdida de peso.
¿Por qué las grasas son esenciales para adelgazar?
Según instituciones como la Mayo Clinic, las grasas saludables son vitales para:
· La absorción de vitaminas liposolubles (A, D, E, K).
· La formación y el funcionamiento de todas las células.
· La producción de hormonas, como los estrógenos y la progesterona.
El Dr. Olmos explica que, sin una ingesta adecuada de grasas, el cuerpo entra en un “modo reserva”, ralentizando el metabolismo para ahorrar energía. Esto, sumado a una mayor sensación de hambre, crea un círculo vicioso que impide perder peso de forma efectiva.
Grasas buenas vs. malas: La diferencia crucial
No todas las grasas son iguales. La clave está en elegir las correctas:
Evitar: Grasas saturadas. Presentes en fritos, carnes procesadas, mantequilla y lácteos enteros en exceso. Elevan el colesterol LDL (“malo”) y el riesgo cardiovascular.
·Priorizar: Grasas insaturadas (Grasas Saludables). Son las aliadas de tu metabolismo y tu saciedad.
¿Qué grasas saludables debés comer?
El Dr. Olmos recomienda incluir estos alimentos de forma regular:
· Palta
· Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE)
· Pescados Azules (salmón, sardinas, caballa)
· Frutos secos naturales (nueces, almendras)
· Semillas (chía, lino, calabaza)
Saciedad y azúcar
Uno de los beneficios más importantes de las grasas saludables es su poder saciante. “Si consumimos grasa saludable nos va a ayudar a sentirnos saciados, lo que evitará picos de azúcar y antojos a deshoras», afirma el Dr. Olmos.
Al evitar estos picos de glucosa, se regula mejor el apetito, se reduce la inflamación y se optimiza el funcionamiento metabólico, creando el ambiente ideal para que el cuerpo utilice la grasa acumulada como energía