Si no me acuerdo, no pasó

admin

“Me voy un par de semanitas y vuelvo. Tranqui que el tema lo sigo yo”, le dije a un colega preocupado porque se avecinaban las elecciones bonaerenses y a mí se me ocurría calzarme las ojotas para ir al mar. El hecho de que no pudiera usar las ojotas porque la mayoría de los días hizo 2 grados de mínima fue una clara alerta temprana de que nada iba a ser “tranqui”. Pero la subestimé.

Salvo el índice de inflación, que andaba y sigue clavado como chinche a la cartelera, me fui con encuestas que vaticinaban un empate técnico cuando no un triunfo libertario en la provincia de Buenos Aires y una escasa concurrencia a las urnas; el caso $Libra empezaba a tomar vuelo, pero rasante, y el dólar apenas si se sacudía mientras había muchos agoreros que adelantaban que les iba a costar caro a los candidatos testimoniales la mentira de postularse para negarse a asumir. Había calma chicha en la vereda de San José 1111, solo le habían volteado un veto a Milei, Insfrán conseguía intentar quedarse 36 años como gobernador en Formosa y a hermanita Karina la habían grabado hasta en la ducha, donde tarareaba villancicos. Nada muy revelador.

El problema fue cuando saqué el celular, que había decidido confinar a la cartera para que el descanso fuera realmente reparador, y retomé las lecturas de noticias. El peronismo unido –como el pavor aconseja- le había sacado 13 puntos de ventaja a los candidatos del Gobierno, mucha gente fue a votar, los testimoniales que ganaron una banca cumplieron con su promesa de que ¡minga! van a asumir, el riesgo país y el dólar pegaban saltos, bajaban y volvían a saltar, el Congreso se envalentonó, los gobernadores se abroquelaron, volvieron los piquetes y las marchas, y Kicillof se agrandó como ojota barata pensando en 2027.

Si Milei no cambia, la sociedad lo va a echar”, afirmó el senador kirchnerista bonaerense Sergio Berni. “No creo que este gobierno llegue al 26 de octubre”, sentenció su par nacional Sandra Mendoza. “Ya puedo escuchar el tic-tac desde San José 1111”, se sumó la lideresa detenida que, como Roberto Carlos, “tiene un millón de amigos” y pareciera que los está recibiendo a todos para mostrarles la tobillera y sacarse fotos, menos con Axelito. Vaya a saber por qué.

Los mileístas adjudicaron el intento de corrida cambiaria al “riesgo kuka” y el kirchnerismo ya estaba pensando en desempolvar los muebles que la esposa de Massa aspiraba a instalar en la Quinta de Olivos, pero apareció el Donald presidente con el QR mediante el que prometió hacer una transferencia que de inmediato hizo bajar el dólar y el riesgo país mientras le declaraba apoyo al León para que rugiera un período más sin olvidarse de rescatar al gato porque todo suma y no es momento de andar a los arañazos.

Ni qué hablar de la última semanita ya de vuelta en el trabajo: el dólar estuvo tan activo como el otrora perezoso Congreso que siguió volteándole vetos al Presidente, mientras los dirigentes violetas siguieron siendo cascoteados por denuncias, algunas evidencias y, fundamentalmente, señalados por deditos de manos que en otras épocas solo se metían en latas, y supervisados por ojitos que no hace mucho se cerraban ante la pobreza, la inseguridad, las jubilaciones miserables, la educación horadada y el sostenido trabajo en negro. “Y si no me acuerdo, no pasó”, dice la canción de Thalía.

Ya empezaron las publicidades de campaña y uno no sabe si los eslóganes se los hacen publicistas profesionales o la Desinteligencia Artificial. El que también reapareció fue el profe Alberto para acusar a Fabiola de sus penurias judiciales, reiterarnos que su gobierno fue un éxito y mandarle un mensaje a Trump mediante un posteo en X: “Despertate, Donald (wake up!!!)”, escribió.

Buen regreso, querido lector, a mis costuritas semanales. Que Dios nos ayude y el universo acompañe.

Deja un comentario

Next Post

La revolución de las +50: cuáles son las claves del nuevo paradigma femenino

“Yo vivo los 50 como mi mejor versión. Para mí, culturalmente, esta etapa está dejando de ser el prólogo del final para transformarse en el capítulo más largo de la vida. Antes era la edad de resignarse, ahora es la edad de rediseñarse. Estamos hackeando esa narrativa: hombres y mujeres […]
La revolución de las +50: cuáles son las claves del nuevo paradigma femenino

NOTICIAS RELACIONADAS

error: Content is protected !!