Los gobernadores tienen “millones” de razones para que el Congreso apruebe cuanto antes el proyecto de ley de su autoría que obligaría al Gobierno a coparticipar de manera diaria y automática el Fondo de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN). Se trata de una caja millonaria –este año recaudaría cerca de $1 billón– que actualmente retiene en su totalidad la Nación y reparte solo una pequeña parte entre las provincias de manera arbitraria.
El proyecto que tiene media sanción del Senado elimina la discrecionalidad política en la distribución de los ATN al plantear un mecanismo automático de reparto acorde a la ley de coparticipación. Así, de ser convertido en ley a la Nación le correspondería el 41,2% de ese fondo mientras que el 58,8% restante se repartiría entre las provincias según los coeficientes de coparticipación. Serían millones de pesos adicionales que recibirían diariamente todos los gobernadores mientras que la Nación solo retendrá un porcentaje, no ya la totalidad del fondo.
Por ser la provincia con mayor índice de coparticipación (21,2%), Buenos Aires recibiría la mayor tajada del fondo de los ATN. Si el proyecto fuese aprobado hoy, al gobernador Axel Kicillof le corresponderían $70.971 millones adicionales durante el segundo semestre de este año, una cifra que supera con creces lo que recibió en promedio su provincia en ATN desde que asumió el gobierno libertario.
En efecto, según detalla la Fundación Mediterránea en un exhaustivo informe, en los últimos 18 meses Buenos Aires recibió en promedio $3.636 millones de ATN por parte del Ministerio del Interior. Ergo, si el proyecto de los gobernadores fuese convertido en ley recibiría un adicional de $67.336 millones. En el podio le siguen Santa Fe y Córdoba: a esta última provincia, de no recibir un peso de ATN desde que asumió Milei pasaría a cobrar $28.697 millones de aquí a fin de año. Santa Fe, en cambio, ya recibió $4.236 millones pero con la ley recibiría siete veces más, $28.883 millones.
Casi todas las provincias se verían beneficiadas este año si se sancionase la ley; la única excepción sería Chubut, señala la Fundación Mediterránea: en lo que va de la gestión libertaria la provincia que comanda Ignacio Torres recibió $5438 millones promedio en ATN, cifra que supera lo que le correspondería en el segundo semestre del año con la ley aprobada.
Más allá de la excepción de Chubut –que sería solo por un semestre-, todos los gobernadores se regodean con la perspectiva de una pronta sanción del proyecto. Serían miles de millones que gotearán diariamente a las arcas provinciales para hacer frente a las estrecheces que les impone la gestión libertaria. De allí la decisión –inédita- de unir filas y dar el primer golpe en el Senado, donde el proyecto salió aprobado con más de los dos tercios de los votos.
La pelota queda ahora en manos de la Cámara de Diputados, donde el oficialismo tiene un mayor margen de maniobra con Pro, la UCR y los legisladores aliados que no tienen terminales en gobernadores. Confía también disuadir a los gobernadores más afines con acuerdos electorales y provocar, así, una cuña en la ofensiva.
De todas maneras, no parece una tarea sencilla: los gobernadores se juramentaron no romper la unidad y jugar la partida hasta el final. Insisten en que el proyecto no alterará el equilibrio fiscal, el argumento que agita el Gobierno para rechazarlo. Sostienen que el Fondo de ATN se nutre de recursos que no son de la Nación y que este cambio normativo no afectará los recursos ni la sustentabilidad de las finanzas nacionales.
En su informe, la Fundación Mediterránea estima que, en efecto, de sancionarse esta ley el impacto fiscal sería del 0,05% del PBI para este año. “La distribución automática entre Nación y Provincias del fondo ATN es una alternativa mucho más eficiente que el esquema actual y tiene un impacto presupuestario acotado en el gobierno nacional. Representa una fracción pequeña del superávit financiero proyectado. Pero para que el proyecto contribuya al desarrollo es clave que esos recursos adicionales no se destinen a aumentar el gasto corriente sino a dinamizar reformas que mejoren la competitividad de la producción nacional”, advierte en su informe.
Doble discrecionalidad
Los gobernadores insisten en que los ATN deberían ser coparticipados ya que se nutren de recursos tributarios. En efecto, este fondo se forma por un 1% de la masa coparticipable neta, a lo que se agrega un 1% de la porción coparticipable del Impuesto a los Bienes Personales. Quiere decir que el fondo se forma automáticamente a partir de la recaudación de impuestos que se sacan de la coparticipación, pero es el gobierno nacional quien discrecionalmente decide cuándo y a qué jurisdicción dirigir los recursos.
Originalmente este fondo fue concebido para atender situaciones de emergencia y desequilibrios financieros de las provincias y es Ministerio del Interior el encargado de su asignación. Empero, desde el gobierno de Carlos Menem en adelante los ATN fueron distribuidos de manera discrecional entre las provincias.
En rigor, hay una doble discrecionalidad. Primero, porque la Nación solo reparte una mínima porción de ese fondo. El resto lo retiene el Tesoro Nacional. De esa mínima porción viene la segunda discrecionalidad, que es la distribución de ATN entre las provincias según su grado de afinidad con el gobierno de turno.
Según la Fundación Mediterránea, entre 2017 y 2025 se transfirió, en promedio, un 26% de los ingresos de fondos de cada año. “Es decir, la tradición es una gran sub ejecución o, dicho de otra manera, que la Nación se apropia de la mayor parte de los recursos que ingresan al fondo. La excepción se da entre 2020 y 2023 cuando la distribución alcanzó un 89% de los fondos devengados, guarismo especialmente influido por la pandemia”, señala.
“Si se considera el período comprendido entre enero de 2017 y junio de 2025, el fondo ATN acumuló ingresos por un total de $8,6 billones (en valores de 2025), de los cuales se transfirieron a provincias cerca de la mitad (48%), mientras que el resto quedó acumulado en las cuentas del gobierno nacional”, agrega.
“En definitiva –sostiene- las evidencias muestran que el fondo ATN es una de las varias deficiencias que adolece el régimen de coparticipación federal de impuestos. Por un lado, porque la tradición es que se sub ejecute, quedando una porción importante de los recursos en las arcas nacionales. Por el otro, por los incentivos perversos que genera la discrecionalidad, estimulado comportamientos oportunistas y la utilización de fondos públicos para inducir o premiar apoyos políticos. Finalmente, porque resultó poco efectivo para afrontar casos de emergencia tal como lo establece la letra de la ley.”