Madrid, 1 may (EFE).- Miles de personas han salido en España a las calles este Primero de Mayo en una jornada marcada por la reivindicación de la reducción de jornada laboral a 37,5 horas semanales, que llegará al Congreso de los Diputados la próxima semana, ante lo que los sindicatos reclaman a los grupos respeto a la norma que llega del diálogo social para no bloquear la tramitación.
Durante el mitin de fin de manifestación de Primero de Mayo en Madrid, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, ha considerado «legítimo» que cada grupo parlamentario aborde «como considere» la reducción de la jornada laboral, pero ha advertido de que coartar su debate en las Cortes mediante una enmienda a la totalidad «sería un fraude democrático de primera magnitud».
Ante la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que ha asistido a la marcha de Madrid, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha considerado «irrenunciable» reducir la jornada laboral desde las 40 horas que se fijaron hace más de 40 años hasta las 37,5 horas de ahora y ha advertido a los partidos de que si impiden el debate «vamos a perseguirles para recordárselo».
Díaz también ha aprovechado esta jornada para reivindicar esta medida.
«Este va a ser el último Primero de Mayo en el que tengamos una jornada laboral máxima de 40 horas en nuestro país. Por tanto, ya no hay vuelta atrás», ha subrayado Díaz, quien ha dicho que está negociando «con discreción con todas las formaciones políticas», incluida Junts.
La vicepresidenta también ha instado al PP a mejorar la vida de los españoles con sus votos en el Congreso.
«Es necesario saber para qué sirven los 137 diputados del PP», afirmó Díaz, que dijo no perder la esperanza de que vuelva la moderación en un PP que, en su opinión, debe dejar de recibir las órdenes de la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, el expresidente del Gobierno José María Aznar y la actual presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Junto a la reducción de jornada, los líderes de UGT y CCOO han urgido a reformar el despido y seguir con las subidas salariales; así como a acabar con la «lacra» de la siniestralidad laboral.
En el plano más internacional, ambos sindicalistas han pedido «levantar la vista» y hablar también de lo que han considerado «el mayor riesgo reaccionario que han vivido España, Europa y el mundo desde el final de la II Guerra Mundial».
«Los aranceles son sólo una parte pequeña de los problemas (…) quieren acabar con nuestros derechos (…) tenemos que conseguir que Europa despierte y haga frente a esta situación», han clamado.
En una manifestación menos concurrida que años anteriores con un puente largo en Madrid y con un día algo nublado, miles de personas -50.000 según organizadores y 12.000 según la delegación de Gobierno- han recorrido la Gran Vía en un ambiente festivo y sin incidentes.
Junto a Yolanda Díaz, a la marcha de Madrid han acudido los ministros del PSOE, Óscar López y Elma Saiz, así como la de Sanidad, de Sumar, Mónica García, que han hecho declaraciones en unas condiciones complicadas para el trabajo de los medios que los sindicatos han achacado a las habituales trabas del Ayuntamiento de Madrid para organizar el acto.
En total, estaban convocadas 81 manifestaciones en España bajo el lema «Proteger las conquistas, ganar el futuro».
En Barcelona, la movilización ha arrancado en la céntrica plaza Urquinaona y recorrido la Via Laietana, con la participación de los secretarios generales de CCOO y UGT de Cataluña, Belén López y Camil Ros, respectivamente.
«Claramente las personas quieren ganar vida y hay recursos económicos suficientes para poder hacerlo», ha declarado a los medios López, nombrada secretaria general el pasado abril y la primera mujer al frente de CCOO en Cataluña.
En el País Vasco, la reivindicación de un salario mínimo interprofesional (SMI) vasco ha marcado la celebración del Primero de Mayo.
En Sevilla, manifestación a la que ha acudido la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, también han salido a la calle cientos de personas.
El sindicato USO ha celebrado en Cáceres su acto central del Primero de Mayo, en el que ha reivindicado «las grandes políticas» que supongan un «cambio de modelo productivo», para apostar por un empleo de valor» en el país y «no solo por el turismo y los servicios», pues ha tachado de «mala calidad» el empleo a nivel nacional.
En Castilla-La Mancha miles de personas han reclamado que se apruebe la reducción de la jornada laboral y se facilite el acceso a la vivienda.
Los sindicatos CNT y CGT también han salido a la calle contra la guerra y la inversión en armamento en Madrid, con una manifestación que ha salido de la Plaza Mayor y terminado en el parque de las Vistillas. EFE
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