El Gobierno de transición de Siria ha prometido este martes «tolerancia cero» con los responsables del estallido de la violencia en la gobernación de Sueida (sur), incluso si fueron fuerzas gubernamentales, en el marco de los combates registrados entre drusos y beduinos, a los que se sumaron bombardeos israelíes, y que han dejado un balance provisional de más de 1.260 muertos en una semana.
El ministro de Defensa de Siria, Marhaf Abu Qasra, ha anunciado la creación de un comité para investigar lo ocurrido en Sueida, así como la afiliación y antecedentes de los atacantes, y ha asegurado que «se mostrará tolerancia cero con los autores de violaciones, incluso si están afiliados al Ministerio de Defensa», según ha recogido la cartera ministerial en su canal de Telegram.
Abú Qasra, que ha «dado seguimiento a los informes sobre las impactantes y graves violaciones cometidas por un grupo desconocido que vestía uniformes militares», ha reconocido de nuevo que varios grupos estuvieron presentes en la zona «y llevaron a cabo actos de venganza».
«Las investigaciones incluirán a todas las personas que aparecen en los impactantes y terribles informes, y los resultados se presentarán una vez finalizado el trabajo del comité. (…) Se impondrán las máximas penas a los responsables de las violaciones, una vez identificados», ha asegurado.
HERZOG SE REÚNE CON EL LÍDER DRUSO EN ISRAEL
Por su parte, el presidente israelí, Isaac Herzog, se ha reunido durante la jornada con el líder de la comunidad drusa en Israel, Muwafaq Tarif, con quien ha abordado la «horrible masacre y los viles ataques» contra los drusos en Sueida. «La comunidad drusa es parte inseparable del Estado de Israel y de la sociedad israelí», ha dicho.
En este sentido, ha subrayado que hay que «apoyar y proteger a sus hijos e hijas, a sus familiares y seres queridos». «Insto a todos a hacer todo lo posible para evitar una mayor escalada», ha indicado Herzog a través de su perfil en la red social X.
HRW: EMERGENCIA HUMANITARIA EN MEDIO DE LOS COMBATES
La ONG Human Rights Watch (HRW) ha advertido que nueve días de enfrentamientos armados, que han causado cortes generalizados de electricidad, agua y atención sanitaria, han desatado un discurso de odio sectario y el riesgo de represalias contra las comunidades drusas en el país, lo que ha desencadenado en una «grave» crisis humanitaria.
«Mientras las comunidades en Sueida sufren desplazamientos y carecen de alimentos, agua y atención médica; la inseguridad, los obstáculos políticos y la profunda desconfianza frenan la ayuda humanitaria. Independientemente de quién controle el territorio, la ayuda humanitaria debe permitirse de inmediato y sin interferencias», ha declarado el subdirector para Oriente Próximo de HRW, Adam Coogle.
Así, ha pedido que la desescalada vaya acompañada de la protección de la población civil y garantía de retornos seguros, el restablecimiento de servicios y la reconstrucción de la confianza. «El empoderamiento por parte del gobierno de grupos armados fuera de su control solo profundiza la anarquía, cuando Siria necesita fuerzas de seguridad profesionales y responsables que representen y protejan a todas las comunidades sin discriminación», ha advertido.
El Observatorio Sirio para los Derechos humanos cifró en la víspera en 1.265 los muertos desde el inicio de los enfrentamientos la semana pasada entre milicianos drusos y beduinos respaldados por tribus árabes y las fuerzas de seguridad, una situación que llevó a Israel a bombardear objetivos de las tropas gubernamentales en Sueida e incluso la sede del Ministerio de Defensa sirio en Damasco, amenazando con nuevas medidas para «proteger» a los miembros de esta minoría, también presente en Israel.
Las autoridades instauradas tras la caída en diciembre del régimen de Bashar al Assad a causa de una ofensiva de yihadistas y rebeldes encabezados por Hayat Tahrir al Sham (HTS) han hecho frente a diversos problemas de seguridad, algunos de ellos de tinte sectario, pese a las promesas del presidente sirio Ahmed Al Shara –líder del grupo yihadista HTS y anteriormente conocido como Abú Mohamed al Golani– para estabilizar la situación.