El fondo pecuario Conexión Ganadera, que se dedicaba a la captación de ahorristas para comprar ganado y con ese dinero pagaba una renta fija a los clientes, estaba liderado por dos matrimonios: el de Pablo Carrasco y Ana Iewdiukow, y el de Gustavo Basso y Daniela Cabral. El manejo de la empresa parecía exitoso, al menos según lo que decían en público, hasta fines de 2024 cuando otras empresas del rubro entraron en crisis.
Después de la caída de dos empresas que se dedicaban a una actividad similar, la lupa de la opinión pública pasó a estar sobre Conexión Ganadera, que el 28 de noviembre recibió un fuerte golpe: Basso murió en un accidente de tránsito. Todavía no se sabía que la empresa tenía un pasivo de USD 230 millones, que no tenía dinero para pagarle a sus inversores y que Basso, en realidad, se había suicidado.
El caso derivaría en denuncias penales por estafa contra los socios que quedaron vivos de la empresa, que luego serían imputados: Carrasco espera en la cárcel el juicio por estafa y lavado de activos; Cabral y Iewdiukow aguardan en prisión domiciliaria el juicio por estafa. Pero la esposa de Carrasco ahora también es investigada por lavado de activos y está previsto que sea imputada también por este delito.
Es por esto que, en los últimos días, tuvo que ir a declarar a la sede de Fiscalía ante el fiscal de Lavado de Activos, Enrique Rodríguez. Allí tuvo que explicar a qué se destinó las transferencias de 2,4 millones de euros que el matrimonio hizo a España entre el 29 de junio de 2022 y el 24 de febrero de 2024. En su declaración ante el fiscal también fue inevitable hablar de la caída de la empresa y la estrategia de Iewdiukow estuvo clara: la culpa fue de Gustavo Basso, el socio que se suicidó en un accidente de tránsito.
Ante el fiscal, la esposa de Carrasco dijo que no estaba al tanto de los números de la empresa porque confiaban en la gestión de Basso.
Una de las compras que el matrimonio hizo en Madrid fue la de un apartamento que costó 1,2 millones de euros. Pero había otros 1,2 millones de euros que faltaban: el fiscal quiso saber a qué se destinó el dinero. Iewdiukow dijo, según el audio de la audiencia consignado por La Diaria, que el dinero se destinó a “dos o tres viajes familiares” y “muchísimos viajes a Estados Unidos” por negocios, además de otros viajes familiares y destinos “varios”.
La empresaria dijo que el dinero fue gastado todo.
Iewdiukow contó que enviaron el dinero a España porque consideraban que el euro era una moneda “firme” para invertir, y sostuvo que esos dos millones fue el único retiro que hicieron en la historia de la empresa.
La socia de Conexión Ganadera defendió el modelo de negocio y acusó a Basso de haber robado y estafado no solo a los clientes sino también a ella.
“Después de que se suicidó nuestro socio empecé a meterme en los números de la empresa. Yo antes no me metía. Cuando hice estos números me enteré de la estafa que recibimos mi marido y yo de Gustavo Basso”, dijo la mujer.
Según contó, cada vez que se reunían con el socio, él les mostraba que la empresa estaba funcionando bien. Fue en ese contexto que decidieron retirar cerca de dos millones de dólares. “Yo le voy a mostrar los números para que vea que resiste, y que además tendríamos que haber retirado –si no hubiera habido robo, dolo y estafa de parte de nuestro socio– 13 millones de dólares, y retiramos dos; agradezco haber retirado dos”, dijo la socia de la empresa.
El fiscal también mencionó un préstamo de siete millones de dólares de parte de Conexión Ganadera. Iewdiukow defendió que la empresa tenía “mucha demanda de inversores” y que era “clink-caja”; para ella, se trataba de un “negocio brillante”. “Eso de que era un Ponzi no es verdad (…) Nos fundimos porque Gustavo Basso robó; nos estafaron”, señaló.