Su frescura, empatía y sensibilidad a la hora de entrevistar a las figuras del deporte le valieron el cariño del público y la posicionaron como una de las periodistas deportivas más destacadas de la actualidad. Trabajadora incansable y apasionada por su profesión, Sofía Martínez (31) tuvo sus inicios como productora de Guido Kaczka antes de llegar a la pantalla de la TV Pública y a la mesa de Perros de la calle (Urbana Play), y de volverse habitué en coberturas importantes como los Juegos Olímpicos 2021 y el Mundial de Qatar 2022, que le valió uno de los momentos más inolvidables de su carrera con un emotivo reportaje a Lionel Messi.
Y aunque ya había coqueteado con el entretenimiento como conductora de la alfombra roja de los premios Martín Fierro, ahora se enfrenta a un nuevo desafío como host digital de La Voz Argentina (Telefe), donde será la encargada de capturar los mejores momentos del detrás de escena de las grabaciones, integrará el “react en vivo” al programa junto a Momi Giardina y Santiago Talledo (desde los estudios de Luzu) y encabezará junto a Karina la Princesita el ciclo El regreso, donde los participantes eliminados tendrán la posibilidad de volver a la competencia.
En diálogo con LA NACION antes del estreno del reality musical, que será este lunes 23, la periodista cuenta qué es lo que más disfruta de su trabajo, cómo se tomó los comentarios que la relacionaron con Messi y cómo combina su intensa agenda laboral con el amor y su fuerte deseo de ser madre.
-¿Cuál es el mayor desafío que encontrás al salir del ámbito deportivo y sumarte a un programa como La Voz?
-Estoy descubriendo el formato porque en mi casa solo se veía deporte. En la radio hablo todo tipo de temas, es lo más general que hago y creo que es una de las cosas que me hacen estar acá. El hecho de tener esa versatilidad de no estar todo el tiempo pegada a un campo de juego me parece que habla mucho de lo que a mí más me gusta hacer, que, en definitiva, no está solamente atado al deporte. Lo que más me gusta son las historias, las emociones, lo que le pasa a cada persona en un momento de competencia, de pasión, de talento, de incertidumbre. Y de repente, llevarlo a un terreno como la música, que tiene tantas similitudes con el deporte, es un gran desafío. Para mí, hay muchas cosas comparables entre jugar un partido importante y subir al escenario de La Voz Argentina, como tener la templanza para poder hacerlo bien y que no te jueguen en contra los nervios ni la emoción.
-Esa empatía que te caracteriza y tu pasión por el costado humano de las historias, ¿siempre se te dieron de forma natural o es algo que desarrollaste a lo largo de tu carrera?
-No sé si lo pienso. A mí me pasa que, cuando veo una familia que está sufriendo por un hijo, hay algo que me conmueve en lo más profundo y creo que esos vínculos son lo más real y lo más importante en la vida. Me maravilla tanto que me termino involucrando, al menos en ese rato, con eso que está pasando, y quizás eso es lo que me da más cercanía con la gente. Mirar a los ojos a una madre y conmoverme con su emoción, tener la genuina curiosidad de saber cuál es su historia, qué le está pasando, por qué se emociona tanto, qué es lo que le diría a su hijo en ese momento. Es algo que me pasa en la vida, no solamente cuando hago un programa, y es lo más maravilloso de mi trabajo.
-¿Y cómo lograste eso en el ámbito deportivo?
-Cuando me tocó hacer las entrevistas a los jugadores de la Selección en el ciclo Llave a la eternidad (TV Pública), lo que yo quería preguntarles era si tuvieron miedo, ansiedad, si lloraron antes de un partido, con quién hablan cuando necesitan descargar. Todo lo ligado a la parte más emocional y a la salud mental, de lo que ahora se habla más, pero que antes no se hacía mucho y a mí es lo que más me interesa.
-¿Fue difícil construir tu camino en un ambiente dominado por hombres?
-Ni bien arranqué, me parece que había nuevas oportunidades. En su momento, en la Televisión Pública tomaron la decisión de poner a mujeres en lugares importantes. Para mí eso fue un empujón enorme y mis compañeros varones fueron los primeros en darme una mano. Y creo que, después del Mundial, cuando empecé a crecer y a ser más conocida, entendí que hay algunas cosas que duelen un poco más, que tienen que ver con los comentarios y las distintas miradas que hay con una periodista mujer respecto a los periodistas hombres. Tuve que empezar a entender que hay algo cultural que es muy profundo, que tenemos la fe y la esperanza y las ganas de que cambie, pero no es inmediato. Así que habrá que ponerle el pecho a algunos comentarios con las ganas de que, algún día, las nuevas generaciones no los tengan que vivir.
-¿Y cómo transitaste eso?
-Para ser cien por ciento sincera, me dolió. Pero, después, cuando leés que hay todo tipo de comentarios, tenés que centrarte un poco más y decir: “Bueno, si esto realmente va conmigo, lo voy a hacer igual”. También es una oportunidad para hacerse fuerte interiormente. A veces, me da cosa por mi mamá y mi papá, por ahí son quienes más sufren. Creo que la sensación de que hay cosas que son injustas te pegan por algún lado. Y también siento que la exposición viene con eso y hay que saber sobrellevarlo, es parte del trabajo.
-Si tuvieras que elegir los mejores momentos de tu profesión, ¿cuáles serían?
-¡Qué difícil! Creo que vivir un juego olímpico es una. También el Mundial y haber hecho un mano a mano con los campeones del mundo en sus casas. Y que mucha gente en la calle me diga: “Le dijiste a Leo [Messi] lo que todos le queríamos decir”; nunca pensé en mi vida que me iba a pasar una cosa semejante. Haber sido un puente entre lo que le quería decir todo un país a una figura tan importante como él en ese momento puntual es algo que me va a quedar marcado para toda la vida.
-¿Qué cosas todavía te quedan por cumplir?
-Dedicarme al entretenimiento y abrir un poco el espectro es algo que me genera muchas ganas y motivación.
-¿Cuántos trabajos tenés hoy?
-Vivo en un caos [se ríe]. Viajé directo de la final de la Champions League a la radio y después vine a las grabaciones de La Voz. También estoy haciendo entrevistas a los jugadores para la pantalla de Telefe y la cobertura de las eliminatorias al Mundial y del Mundial de Clubes.
-¿Cómo manejás esa intensidad?
-A pleno. Soy muy feliz porque la realidad es que disfruto mucho de mi trabajo. Me siento en el avión y digo: “Qué divertido lo que voy a hacer”. No existe mejor lugar que este, por eso siento que elegí bien mi carrera.
-¿Tu familia y tus amigos te reclaman mucho?
-Siempre quiero estar muy presente, la realidad es que a veces me sale mejor y a veces, peor. Me duele mucho perderme por un partido de fútbol el cumpleaños de algún familiar, pero siempre intento estar de alguna manera conectada. Y creo que ellos lo disfrutan mucho conmigo.
No todo es lo que pasa en tu trabajo, también uno en lo personal vive un montón de cosas y con mis amistades siempre fui de abrirme mucho, de compartir cosas muy profundas. Es algo que genera un lazo y también estar presente para la otra persona cuando le está pasando algo. Eso te define como persona. Intento hacerlo y no perderlo nunca de vista ni con mi familia ni con mis amigos. Los vínculos para mí son lo más importante de mi vida.
-¿Hay algún plan personal al que no renunciás por nada del mundo?
-En mi trabajo es muy difícil porque los fines de semana los tenés siempre ocupados [con partidos]. Pero desde un tiempo a esta parte decidí no trabajar los fines de semana por más que ame el periodismo deportivo, porque me gusta mucho el asado del domingo en familia, salir los sábados a la noche con mis amigos, jugar a la pelota. Tengo mis innegociables.
-¿Y para el amor hay tiempo?
-No, la realidad es que ahora mi energía está puesta en el trabajo y en estos desafíos. También en lo social, en la amistad, en la familia.
-¿Pero no te lo permitís o no aparece la persona indicada? ¿O todavía estás con otra historia?
-Creo que estoy más focalizada en mi trabajo y es verdad que quizás en este momento no me lo permito tanto, pero porque no tengo la energía para eso. Siento que es momento para vivir esto intensamente y para lo otro, siempre habrá tiempo. Imagino, quiero, espero.
-Hace un tiempito se habló de tu posible reconciliación con Diego Leuco. ¿Fue así?
-No, no hay reconciliación. Para mí es una persona súper importante, para ser sincera. Lo fue en los últimos años de mi vida. No voy a hablar por él, entiendo que es recíproco y por eso también creo que nos cuesta dejar de hablar. Lo estamos intentando porque en un momento tenés que decidir qué hacer. Aprendí un montón con él, es algo muy profundo. Entonces, yo creo que ahí hay algo que nos pasa a los dos.
-Has hablado de tu fuerte deseo de ser madre, ¿cómo lo pensás en medio de tu intensidad laboral?
-Me pasa que a veces digo: “Bueno, tengo 32, después del próximo Mundial”. Pero después vienen los Juegos Olímpicos, que también me encantaría cubrir. Te juro, lo pienso y me causa gracia, voy contando de a cuatro años, pero sé que quiero armar mi familia. Después, obviamente tenés que encontrar a la persona con la que [formar familia] y todo eso. Y viste lo que pasa, planificás demasiado y después sale todo al revés.
-¿Serías madre por tu cuenta?
-¿Sabés que no lo pensé así todavía? Creo que no tengo ese apuro, esas ganas de adelantarme a ese momento, así que no lo pienso.