Una breve caminata diaria puede mejorar la memoria, la atención y la agilidad mental en personas de entre 65 y 80 años, según un estudio publicado en la revista Age and Aging.
La investigación, difundida por Women’s Health, señala que caminar a paso ligero durante solo cinco minutos al día tiene un impacto positivo en la función cognitiva de adultos mayores, al tratarse de una actividad accesible que eleva la frecuencia cardíaca.
El estudio fue liderado por Audrey Collins, investigadora postdoctoral de AdventHealth, y se basó en datos del ensayo longitudinal IGNITE, que analizó a 585 adultos mayores.
Los participantes fueron evaluados en cuanto a hábitos de sueño, niveles de actividad física, comportamiento sedentario y rendimiento en pruebas cognitivas. Los resultados indicaron que quienes realizaban más ejercicio mostraban una mejor salud cerebral, mientras que una vida sedentaria se vinculaba con un deterioro cognitivo.
Detalles del estudio: participantes, metodología y variables analizadas
La investigación incluyó a personas de entre 65 y 80 años, integrantes del ensayo IGNITE, un proyecto centrado en la salud y el comportamiento de adultos mayores. El análisis abarcó un monitoreo de 24 horas de patrones de sueño, duración e intensidad de la actividad física, tiempo dedicado a conductas sedentarias y desempeño cognitivo.
De acuerdo con Women’s Health, se estableció una relación directa entre la cantidad de ejercicio y la salud cerebral. La actividad física moderada a vigorosa ,como caminar a paso ligero, produjo efectos positivos incluso en lapsos breves.
No solo la cantidad, sino también la intensidad del ejercicio resultó clave: elevar la frecuencia cardíaca mostró ser determinante para obtener beneficios cognitivos.
Resultados principales: beneficios cognitivos del ejercicio breve
Los hallazgos revelaron que tan solo cinco minutos de ejercicio diario que incremente la frecuencia cardíaca puede generar mejoras cognitivas notables. Según el informe publicado por Women’s Health, las áreas con mayor beneficio fueron la velocidad de procesamiento, la función ejecutiva y la memoria de trabajo.
La velocidad de procesamiento se refiere a la rapidez con que el cerebro responde a estímulos; la función ejecutiva abarca planificación, atención y multitarea; mientras que la memoria de trabajo permite retener y manipular información durante cortos periodos.
El equipo de investigación señaló: “Pasar de aproximadamente un minuto a seis minutos diarios de actividad moderada a vigorosa presentó las mayores diferencias en función ejecutiva, velocidad de procesamiento y memoria de trabajo”.
Opinión de expertos: beneficios fisiológicos del ejercicio
Expertos en neurología consultados por Women’s Health explicaron los mecanismos que sustentan estos efectos. El Dr. Clifford Segil, neurólogo del Providence Saint John’s Health Center en California, explicó: “Caminar a paso ligero aumenta el flujo sanguíneo a las piernas y acelera la frecuencia cardíaca. Cada vez que la frecuencia cardíaca aumenta, aumenta el flujo sanguíneo a la cabeza”.
Por su parte, el Dr. Amit Sachdev, director médico de Neurología en la Universidad Estatal de Michigan, remarcó: “Lo que es bueno para el cuerpo suele ser bueno para el cerebro”. Ambos coincidieron en que el movimiento regular es fundamental para mantener la función cerebral a medida que se envejece.
¿Qué significa caminar a paso ligero?
La Dra. Audrey Collins explicó a Women’s Health que caminar a paso ligero implica moverse a un ritmo que incremente de forma perceptible la frecuencia cardíaca y respiratoria, lo cual distingue esta actividad de una caminata pausada. Esta intensidad sitúa la caminata en un rango moderado, con efectos positivos sobre la función cerebral.
El estudio también mencionó otras actividades beneficiosas, como el aeróbic acuático o el trote ligero, que comparten la capacidad de elevar la frecuencia cardíaca al menos durante cinco minutos diarios.
Importancia de evitar el sedentarismo y fomentar hábitos activos
Según Women’s Health, el sedentarismo representa un riesgo para la salud general y cognitiva. Los especialistas advirtieron que la inactividad física afecta negativamente al cuerpo y al cerebro, en particular durante el envejecimiento.
El informe destaca que incluso quienes no disponen de tiempo para largas rutinas pueden obtener beneficios con pequeñas dosis de actividad física diaria.
Este enfoque práctico busca facilitar la adopción de hábitos saludables entre adultos mayores, ayudando a preservar su autonomía y su capacidad cognitiva durante más tiempo.
Una acción simple, con impacto comprobado
La Dra. Collins concluyó que, ante la falta de tiempo, una solución sencilla es dar una vuelta rápida a la manzana, siempre que la caminata se realice con una intensidad suficiente para aumentar la frecuencia cardíaca. Esta recomendación, basada en evidencia científica, propone una alternativa eficaz y accesible para promover la salud cerebral en la vejez.
El estudio refuerza la idea de que cuidar el cerebro no requiere transformaciones radicales en el estilo de vida, sino la incorporación de pequeñas acciones cotidianas que pueden tener un efecto considerable en el bienestar cognitivo de las personas mayores.