POSADAS. Sorpresa e indignación causó ayer en los círculos políticos opositores y en las redes sociales en Misiones, la decisión del Tribunal Electoral de no permitir que los policías, penitenciarios y demás efectivos de fuerzas de seguridad voten en las próximas elecciones del 8 de junio.
Ese día en Misiones se renovará la mitad de la Legislatura unicameral de 40 diputados, y uno de los principales candidatos por la oposición es Ramón Amarilla, el líder de la protesta policial a la que se fueron sumando otros gremios estatales y que tuvo en vilo al país en mayo del año pasado.
Amarilla, como integrante de la Mesa Policial, terminó siendo la cara de un movimiento que representó uno de los mayores desafíos al poder hegemónico de Carlos Rovira desde que el obispo Joaquin Piña le ganó el plebiscito y sepultó la reelección indefinida en 2006.
El Tribunal Electoral resolvió ayer en un acta acuerdo que policías y penitenciarios en actividad y retirados (no pierden el status policial) junto a gendarmes, soldados y otros efectivos que residen en Misiones, quedaron excluidos del padrón. Se estima que en total la medida tacha del padrón a entre 20.000 y 25.000 efectivos.
La decisión se basa en el artículo 48 de la Constitución provincial, sancionada en 1958, que en su inciso 10 prohíbe expresamente a los efectivos de las fuerzas de seguridad que emitan el voto.
“No podrán votar los soldados pertenecientes a las fuerzas armadas ni los agentes de las fuerzas de seguridad nacionales y provinciales”, dice el mencionado inciso.
Sin embargo, en los últimos 20 años, los efectivos pudieron siempre sufragar sin problemas en virtud de una acordada del Superior Tribunal de Justicia que data de 2006.
Desde entonces, según pudo reconstruir LA NACIÓN consultando a fuentes policiales y jurídicas, policías y penitenciarios fueron habilitados a votar, con un trámite ante la Justicia Electoral que se hizo en forma casi automática para cada elección.
“Efectivamente la Constitución de Misiones prohíbe votar a los policías, las actas de los constituyentes referían a que el día de la elección estos agentes debían estar afectados a la seguridad del comicio, ese era el argumento, que me parece insostenible en la actualidad”, explicó a LA NACIÓN, Martin Ayala, extitular del Colegio de Abogados de Misiones.
La abogada Valeria Soyczuk, en nombre de La Libertad Avanza (LLA), el partido que puso en marcha Karina Milei en Misiones, presentó un recurso para que la Justicia Electoral revierta la decisión y habilite a los efectivos a votar.
La hermana del Presidente, además, llega hoy a Iguazú para un acto de apoyo a Diego Hartfield, el extenista profesional que va como cabeza de lista de las Fuerzas del Cielo en Misiones para el 8 de junio.
“La Renovación ya no disimula el miedo: primero metieron preso a Ramón Amarilla, ahora quieren borrar a sus votantes del padrón. Saben que hay mucho voto castigo en el ambiente”, explicó a LA NACIÓN, Lucas Vega, abogado y candidato a concejal en Montecarlo por la lista de Amarilla.
Ramón Amarilla es un suboficial retirado de 58 años, que en los últimos tiempos se dedicó a integrar la Mesa Policial en reclamo de mejoras salariales y laborales para los policías y penitenciarios en activo y retirados.
Está preso desde el 28 de septiembre pasado acusado de “sedición”, por orden del juez de instrucción Verón, acusado de integrar un grupo de Whatsapp llamado “Solo Cola” en el que se planeaban protestas salariales secuestrando autombombas y otros hechos de violencia.
LA NACIÓN entrevistó en dos oportunidades a Amarilla en la Penal VIII de Cerro Azul, a 70 kilómetros de Posadas.
“Yo jamás integré ningún grupo de Whatsapp y nunca planteé un reclamo violento, me retiré con conducta intachable, no tienen nada contra mí pero me dijeron que me iban a dejar libre en diciembre, después el 15 de marzo y todavía sigo acá”, explicó Amarilla, que en dos oportunidades inició huelgas de hambre de varios días.
Candidato por “La Vida y los Valores”, Amarilla desde la cárcel volvió a transformarse en un líder pasivo sin mover un dedo. Tiene una intención de voto alta en las encuestas, aunque no necesariamente la unanimidad de toda la fuerza policial.
Entre otras chicanas que tuvo que soportar pasivamente sin poder hacer nada desde la cárcel, estuvo el acuerdo inconsulto que hizo el apoderado de su sello electoral, Walter Ríos, con la Renovación y por el cual le sembraron a dos candidatos cercanos al oficialismo misionero.
Entre otras chicanas de la política que sufrió estuvo el acuerdo inconsulto que hizo el apoderado de su sello electoral, Walter Ríos, con la Renovación y por el cual le sembraron a dos candidatos cercanos al oficialismo misionero.
Rita Flores, libertaria-renovadora y el propio Rios, también cercano al oficialismo misionero, cuarta está la esposa de Ríos, Debora Mangone, hoy candidatos considerados “parasitarios” y con chances de ingresar por los méritos de Amarilla. Esos cambios se hicieron a último momento y sin consultar al ex suboficial preso.
“Le pregunté a Walter Ríos si trabajaba para la Renovación, y se quedó mudo, no supo qué contestarme, es un sinvergüenza, lo que menos tiene son valores a pesar del nombre de su sello”, le dijo Amarilla a LA NACIÓN, en el patio de la cárcel de Cerro Azul.
“Pero bueno, ya estamos jugados, lo único que quiero es salir de acá, recuperar mi libertad y mi vida, y ver cómo puedo ayudar a otros, a los policías y estatales en su lucha salarial, y también a muchos que cayeron víctimas de este sistema judicial y como yo, están acá, aunque sin la posibilidad de ser candidatos en una elección”, explicó.