Su padre fue una leyenda del cine que se fue demasiado pronto y ahora él se abre paso como actor con nombre propio

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Cooper Hoffman no sabía que la última vez que vería con vida a su padre sería cuando lo dejara en su práctica de básquet. A los 10 años sufrió la peor pérdida que puede experimentar un niño. Tuvo que crecer sin su ídolo, aferrado a una imagen que conocía, a una que le reflejaba el mundo y a las más de 50 películas que lo tuvieron como protagonista. “Cuando experimentás la muerte a una temprana edad, creés que ya lo viviste todo en la vida, pero después no es así”, admitió. Doce años después, le tocó interpretar una historia muy similar a la suya en la pantalla grande. Cuando leyó el guion de un joven que tras la muerte de su padre se inscribe en una letal competencia para encontrarle un nuevo rumbo a su vida, dijo que no y hasta saboteó su audición; pero, luego supo y entendió que él, más que nadie, necesitaba obtener ese papel. El actor de 22 años acaba de estrenar una de las películas más esperadas del 2025, Camina o muere (The Long Walk), una adaptación de la primera obra de Stephen King y con el que mantiene, más vivo que nunca y con nombre propio, el legado de su padre, el gran Philip Seymour Hoffman.

Cooper Alexander Hoffman en Camina o Muere

El 24 de febrero de 2012, Philip Seymour Hoffman llegó al Dolby Theatre de Los Ángeles con su cuarta nominación al Oscar por The Master. Si bien no pudo repetir el triunfo que obtuvo en 2006 por su magistral interpretación de Truman Capote en Capote de Bennet Miller, ese fue el menor de su problema. Toda su atención estaba puesta en su acompañante: Cooper Alexander, el mayor de sus tres hijos con la diseñadora de vestuario Mimi O’Donnell. Se rodearon de celebridades, festejaron y disfrutaron del after party. “Él me cuidaba y me vigilaba. En un momento de la noche, dije: ‘No me gusta esto. Quiero irme. Es abrumador. Hay demasiada gente’. Simplemente, volvimos al hotel, jugamos a la Wii y comimos hamburguesas con queso, y Joaquin Phoenix vino y pasamos un rato con él. Y eso era todo lo que quería hacer”, recordó Cooper Hoffman en una entrevista con Associated Press (AP) en 2022. Esa noche quedó completamente plasmada en su memoria, y sin saberlo sembró la semilla de lo que haría de su vida tan solo nueve años después.

Cooper es el hijo mayor del actor Philip Seymour Hoffman y la diseñadora de vestuario Mimi O’Donnell (Foto: captura Premios Oscar)

Por aquellos años, como era tan pequeño, desconocía el complicado momento que atravesaba su padre. En 2012 el actor de Mi novia Polly (Along Came Polly) recayó en las drogas, lo que le dificultó el vínculo con su esposa y sus hijos, por lo que se fue a vivir solo a un departamento en el barrio Greenwich Village, en Nueva York. Pasaron muchas cosas en sus últimas 24 horas de vida. Dejó a su primogénito en su práctica de básquet, pasó por un cajero y fue a un bar. Si bien no hay exactitudes de lo que aconteció esa noche en aquel departamento, el desenlace fue fatal.

El 2 de febrero de 2014, Hoffman tenía que buscar a sus hijos de la casa de su exesposa pero nunca llegó. Como no respondía las llamadas, su entorno se preocupó y fueron a buscarlo a su departamento. Se encontraron con la peor imagen: el actor de 46 años estaba muerto en el baño con una jeringa en el brazo. Las autoridades confirmaron el descenso y se encontraron además con varias jeringas y bolsas de heroína. La autopsia determinó que murió de una intoxicación por una mezcla de heroína, cocaína, benzodiacepinas y anfetaminas. El funeral fue el 7 de febrero en la Iglesia de San Ignacio de Loyola en Manhattan y, entre los asistentes, estuvieron Meryl Streep, Cate Blanchett, Ethan Hawke, Joaquin Phoenix, Diane Keaton y Paul Thomas Anderson.

“Esta es una pérdida trágica y repentina. Estamos devastados”, expresó su familia en un comunicado, según indicó la revista People. Por decisión de su padre, Cooper y sus hermanas Tallulah y Willa se criaron en Nueva York con su madre.

Philip Seymour fue encontrado muerto en su departamento de Nueva York el 2 de febrero de 2014

Una profesión no buscada, un debut estelar y el reconocimiento internacional

Contra todo pronóstico, Cooper Hoffman siempre tuvo una certeza: no quería, bajo ningún punto de vista, ser actor. Pensó en estudiar diseño de indumentaria en Londres, llegó a verse como arquitecto y hasta fantaseó con jugar para los Knicks, equipo del cual él y su padre siempre fueron fanáticos. El apellido siempre le pesó, y mucho: “Creo que nunca consideré esa posibilidad. Siempre me dio un poco de miedo entrar en ese terreno porque mi padre lo hacía muy bien”. Pero todo cambió cuando le llegó la oportunidad de audicionar para Paul Thomas Anderson, director que trabajó con su padre en cinco películas incluidas Boogie Nights (1997) y The Master (2012), las favoritas de su filmografía. El clima amigable y cuidado, sumado a un atractivo guion, lo compraron desde la primera página.

Licorice Pizza (disponible para ver en streaming a través de Amazon Prime Video) marcó el debut del joven Hoffman no solo como actor, sino también como protagonista. Sin ningún tipo de estudio ni formación previa, de un día para el otro pasó a liderar un largometraje del que también participaron Sean Penn, Bradley Cooper y Tom Waits, y que terminó con tres nominaciones al Oscar, incluída mejor película. Interpretó a Gary Valentine, un adolescente de 15 años de Valle de San Fernando, en Los Ángeles, durante la década del setenta, que se enamora perdidamente de Alana Haim (Alana Kane), una joven diez años mayor que él.

En 2021, Hoffman debutó en el cine como coprotagonista, junto a Alana Haim, de Licorice Pizza, película de Paul Thomas Anderson

En 2021 y con solo 18 años, se dio a conocer al mundo y demostró que heredó de su padre la sensibilidad y la naturalidad para trabajar delante de una cámara. En su debut recibió una nominación al Globo de Oro como mejor actor de comedia o musical y al Critics Choice por mejor actor joven.

“De una forma extraña, sentí casi como si me pusiera en los zapatos de mi padre. Realmente fue como si pensara: ‘Quizás así es como él se sentía. Fue una extraña experiencia extracorpórea. Me sentí increíblemente cerca de mi padre durante todo el rodaje’”, le dijo a AP sobre su trabajo en Licorice Pizza. Su talento nato hizo que los productores y los directores no le perdieran pisada. Tras su debut no paró: trabajó en Wildcat, dirigida por Ethan Hawke, Saturday Night: la noche que cambió la comedia (Saturday Night) de Jason Reitman, El maestro del crimen (Old Guy) con Christoph Waltz y Lucy Liu, y Poetic License de Maude Apatow. Asimismo, a principios de 2025 debutó en el Off Broadway con el revival de Curse of the Starving Class de Sam Shepard, dirigido por Scott Elliott.

Pero, aunque una parte suya estaba feliz y contenta, había otra que sentía un vacío imposible de llenar. “La única persona con la que realmente quería hablar era mi papá. Es mi actor favorito, pero también es mi papá. Además, no está acá. Mucha gente idolatra a sus padres porque son excelentes padres. Otra cosa es idolatrar a tu padre porque amás su arte. Así que, aunque me encantaría que estuviera acá y hablar con él sobre actuación, también me aterrorizaría que viera mi trabajo y lo juzgara, aunque no creo que lo hiciera porque era una persona muy empática. Probablemente, con suerte, me guiaría en todo el proceso. Tengo que resolver esto por mi cuenta. Pero también me encantaría recibir sus consejos”, se sinceró recientemente con GQ.

Camina o muere: una experiencia extrema basada en el primer libro de Stephen King bajo las órdenes del último director de su padre

A los 22 años, Hoffman acaba de estrenar su sexto largometraje. Este 25 de septiembre llegó a los cines argentinos Camina o muere, un thriller de Francis Lawrence, director de Soy Leyenda (I’m Leyend) y cuatro de las cinco películas de la franquicia de Los juegos del hambre (The Hunger Games). Está basada en La larga marcha, la primera novela que publicó Stephen King en 1979 bajo el seudónimo de Richard Bachman. Ambientada en un futuro distópico en los Estados Unidos, trata sobre un grupo de jóvenes que se inscribe en un concurso llamado La larga marcha en el que tendrán que caminar manteniendo el ritmo de cinco kilómetros por hora si no quieren recibir un disparo mortal.

Hoffman acaba de estrenar Camina o muere (The Long Walk), dirigida por Francis Lawrence

El protagonista es Raymond Garraty, un joven que, a pesar de la persuasión de su madre, se inscribe en el concurso para intentar buscar un nuevo propósito en la vida tras la muerte de su padre. Si bien es una historia de ficción, tocó cada una de las fibras sensibles del actor que lo interpreta, Cooper Hoffman. Una parte suya se negaba a involucrarse con estos sentimientos de angustia, tristeza y soledad, al punto tal que cuando fue a la audición, en vez de memorizar el guion lo leyó desde el celular. Sin embargo, rápidamente se dio cuenta de lo que había hecho y avergonzado consigo mismo, se disculpó con Lawrence, quien, paradójicamente, fue el último director que tuvo su padre. Seymour Hoffman murió en 2014 en medio de las grabaciones de Los juegos del hambre: sinsajo (The Hunger Games: Mockingjay), la última parte de la saga que fue dividida en dos películas.

Entre el actor y el director hubo un entendimiento silencioso que dijo más que mil palabras. Cada uno sabía perfectamente lo que pensaba el otro. “Cuando tu trauma se expone al mundo, no hay forma de ocultarlo. Pienso: ‘Mejor hablar de ello, o mejor plasmarlo en algo. Porque si sigo ocultándolo y huyendo de ello, no es justo para nadie que haya pasado por lo mismo’. Estoy acá para mostrar a esta persona y esta experiencia con la mayor honestidad posible, y espero que alguien más lo vea y diga: ‘Me ve, me entiende’. Y esa es, en mi opinión, la única razón para hacer arte”, sostuvo el intérprete.

El rodaje fue una experiencia extenuante y completamente agotadora de 24 kilómetros a pie con 38 grados de sensación térmica. Además de la exigencia física, para su protagonista hubo algo aún más complejo: conectar con el personaje pero distanciándose de su propia historia. Uno de sus mayores temores era que la audiencia que estuviera al tanto de su linaje no pudiera separar a la persona del personaje. Su madre le dio un consejo vital que él compartió con Variety: “Recordá que sos suficiente. Lo más interesante son las cosas que vivís en la vida y cómo las percibís. Tenés que hacerlo también por los demás. Todos experimentamos pérdidas y desamores, creando y perdiendo amistades. Intenta hacerlo por todos los que pasaron por eso”.

Camina o muere recibió una muy buena recepción de parte de la crítica y el público. Debutó en el sitio especializado Rotten Tomatoes con una probación de la crítica del 88 por ciento y del 85 por ciento de parte del público. El largometraje, protagonizado por Hoffman, David Jonsson, Ben Wang, Mark Hamill, Garrett Wareing, Roman Griffin Davis y gran elenco, se encuentra disponible en las salas de cine argentinas. Tiene una duración de 108 minutos y es apta para mayores de 16 años.

Pasado, presente y futuro

A los 22 años, Cooper Hoffman es uno de los actores del momento, no solo por ser la viva imagen de su padre, con el cabello rojizo y todo, sino por su talento actoral, versatilidad y seguridad. Ya se confirmó que sus próximos proyectos son Artificial de Luca Guadagnino con Andrew Garfield, Monica Barbaro y Yura Borisov, The Trashers de Cooper Raiff junto a Olivia DeJonge y David Harbour, The Chaperones donde volverá a formar dupla con David Jonsson bajo la dirección de India Donaldson y I Want Sex de Gregg Araki junto a Olivia Wilde.

“Ahora mismo, por el momento, tengo muchas ganas de ser actor. Y lo estoy haciendo. Estoy feliz de tomar este camino y ver qué pasa. Y lo estoy disfrutando muchísimo. Es hermoso que me comparen con mi padre. Pero también espero que, por ser actor, la gente no me vea solo como su hijo. Espero que puedan diferenciarnos”, reflexionó Hoffman y, sin dudas, va por buen camino.

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