
Al cumplirse casi veinticinco años desde la detención de Dawit Isaak en Eritrea, la ministra de Exteriores de Suecia, Maria Malmer Stenergard, reiteró oficialmente que “no hemos recibido ninguna evidencia concreta de vida, pero nuestra evaluación basada en los contactos que hemos tenido y la información que hemos recibido es que todavía está vivo”, según consignó la prensa local. La diplomática explicó que la convicción sobre el estado de Isaak se fundamenta en datos y contactos recientes, pese a la ausencia de pruebas directas, y en el contexto de un reciente diálogo con funcionarios eritreas que aportó cierto dinamismo a las conversaciones, aunque no concluyó con compromisos formales. De acuerdo con información publicada por el medio, el gobierno sueco mantiene la demanda de liberación inmediata del periodista y continúa considerando su prolongado encarcelamiento como “extremadamente grave”, debido a la inexistencia de cargos o juicio desde su arresto.
Según detalló el medio, Dawit Isaak, quien posee la doble nacionalidad sueca-eritrea, permanece privado de libertad desde septiembre de 2001 bajo custodia de las autoridades eritreas, tras haber sido arrestado en la capital, Asmara. Isaak, nacido en Eritrea y exiliado en Suecia desde 1987, adquirió la ciudadanía sueca antes de regresar al país africano con el propósito de contribuir en la fundación del periódico independiente “Setit”. Su captura ocurrió tras la publicación de artículos y denuncias que plantearon cuestionamientos sobre la libertad de expresión y el entorno político nacional.
El medio informó que, en su visita oficial a Eritrea —la primera de un representante ministerial sueco desde la independencia eritrea en 1993—, Stenergard mantuvo conversaciones “francas” con integrantes del gobierno local sobre el caso Isaak. Según la cobertura, la ministra destacó la importancia de ampliar el diálogo diplomático, y expresó: “Estoy convencida de que un diálogo más amplio creará mejores condiciones para promover los intereses suecos”. La titular de Exteriores manifestó su comprensión ante la decepción y la frustración de la familia de Isaak, que insiste en obtener respuestas concretas después de más de dos décadas de incertidumbre.
Tal como publicó el medio, la situación jurídica de Isaak no ha variado desde el momento de su detención inicial. Fuentes de la organización Reporteros sin Fronteras (RSF) informaron que el periodista fue arrestado junto a otros comunicadores y figuras de la oposición, enfrentando acusaciones que han cambiado a lo largo del tiempo, desde presunto espionaje hasta la presunta omisión del servicio militar obligatorio, aunque las autoridades nunca formalizaron cargos ni permitieron la celebración de un juicio. Tras un periodo breve de liberación en noviembre de 2005, Isaak fue nuevamente arrestado pocos días después, y desde entonces se desconoce oficialmente su paradero y estado de salud.
De acuerdo con lo consignado por Reporteros sin Fronteras, surgieron rumores en 2011 en Eritrea sobre la posible muerte de Isaak bajo custodia, versiones que no han sido validadas y que Suecia y diversas organizaciones internacionales de defensa de derechos humanos exigen sean aclaradas con pruebas verificables. El caso continúa integrado en la agenda bilateral entre Suecia y Eritrea, sin haberse permitido el acceso de representantes suecos ni familiares a Isaak, ni haberse autorizado investigación judicial o inspección transparente sobre las condiciones de su detención.
El periodista recibió el Premio Mundial de Libertad de Prensa UNESCO/Guillermo Cano en 2017, un reconocimiento internacional que, según destacó la cobertura, simboliza el respaldo a su trayectoria como periodista, escritor y dramaturgo, así como una denuncia global sobre la represión de los medios independientes en Eritrea. La prolongada detención de Isaak ha sido señalada en reiteradas ocasiones como representación emblemática de la censura y las restricciones a la libertad de prensa en el país, y ha motivado pronunciamientos periódicos de organizaciones internacionales y gobiernos extranjeros demandando esclarecimientos sobre su situación legal.
Desde el inicio de la reclusión de Isaak se han registrado múltiples peticiones formales a las autoridades eritreas por parte de entidades como Reporteros sin Fronteras y representantes del gobierno sueco, quienes solicitan el reconocimiento del debido proceso y el respeto a los derechos humanos básicos en su caso. A pesar del prolongado silencio por parte de Eritrea y de los numerosos intentos diplomáticos, la postura sueca —según el medio— no ha cambiado: continuar la presión internacional, mantener el caso como una de las prioridades de la política exterior del país en relación a Eritrea, y exigir la liberación y el reencuentro de Dawit Isaak con sus seres queridos.
La cobertura recuerda que el gobierno eritreo ha emitido distintas versiones sobre los motivos de la detención, pero nunca ha ofrecido una justificación formal ni permitió la apertura de una investigación judicial transparente. El asunto sigue ocupando espacios en las discusiones políticas bilaterales, y cada oportunidad de diálogo diplomático es vista como un espacio potencial para reabrir el caso Isaak. Según la información divulgada, la estrategia sueca continúa centrada en la obtención de información a través de vías oficiales y en el fortalecimiento de la interlocución directa, mientras las autoridades insisten en la urgencia de una respuesta conclusiva sobre el destino del periodista.
