Las billeteras digitales como Yape y Plin se han convertido en herramientas clave para pequeños y medianos negocios debido a su comodidad y la preferencia de los clientes por evitar el uso de efectivo. Sin embargo, su creciente popularidad ha llevado a la Sunat a intensificar la fiscalización de estas plataformas, con el objetivo de reducir la informalidad y garantizar el cumplimiento de las obligaciones fiscales.
El abogado tributarista Fernando Zegarra señaló en Latina Noticias que todas las cuentas vinculadas a un número de DNI y celular están siendo fiscalizadas, y que no hay manera de evadir este control bajo el argumento de no tener una cuenta bancaria registrada. Con el uso de tecnologías de la información, la Sunat puede acceder a los datos de las billeteras digitales y realizar un cruce de información con las declaraciones de los contribuyentes.
¿Qué monto activaría la fiscalización?
Si los ingresos de un negocio, ya sea por ventas o servicios, superan los S/ 45,000 al año, la cuenta del contribuyente ya podría estar bajo la lupa del organismo. A partir de este umbral, la entidad revisará los movimientos bancarios, los datos de las billeteras digitales y los comparará con las declaraciones de ingresos. El abogado Zegarra explica que “entra dinero y ese dinero deja una huella que se conoce como ITF (Impuesto a las Transacciones Financieras)”, y los bancos están obligados por ley a reportar montos que superen los límites establecidos.
Un ejemplo común sería una persona que vende desayunos desde casa y recibe S/ 50,000 al año exclusivamente a través de Yape, sin emitir boletas ni declarar estos ingresos. En este caso, la Sunat podría iniciar una fiscalización.
La fiscalización de la Sunat no es un proceso inmediato. La entidad tiene la facultad de fiscalizar hasta cuatro años atrás, lo que implica que incluso si un negocio no está siendo supervisado de manera inmediata, la Sunat podría aplicar sanciones por evasión tributaria al detectar desbalances patrimoniales.
Además, algunos emprendedores han expresado su preocupación por la posibilidad de que se les bloquee la cuenta o se les impongan multas si no están al día con sus obligaciones fiscales. En este sentido, Zegarra subraya que “si bien la fiscalización de la Sunat puede generar inquietud, la mejor manera de evitar problemas es regularizarse y mantener un registro adecuado de los ingresos”.
La importancia de la regularización
La recomendación para los pequeños y medianos empresarios es clara: regularizar sus operaciones lo más pronto posible. Aunque esta medida de fiscalización podría parecer estricta, es parte del proceso de modernización tributaria que impulsa la Sunat. Los comerciantes deben asegurarse de emitir comprobantes de pago y declarar sus ingresos correctamente para evitar problemas futuros.
Es importante tener en cuenta que, si bien la fiscalización de la Sunat se enfoca en aquellos que superan los S/ 45,000 al año, cualquier persona que opere sin declarar sus ingresos de manera correcta podría estar en riesgo de ser fiscalizada.
El abogado recomienda a los dueños de negocios a buscar asesoría legal y fiscal preventiva para asegurarse de que están cumpliendo con las normativas tributarias y evitar sanciones que puedan perjudicar su negocio.
Límites de uso de Yape y Plin
Las billeteras digitales como Yape y Plin tienen límites específicos para las transacciones. Yape establece un límite de S/500 por operación, con topes diarios que varían entre S/500 y S/2.000 según el tipo de cuenta. Los usuarios pueden recibir hasta 5 UIT mensuales, lo que equivale a S/26.750 en 2025. Por su parte, Plin permite envíos de hasta S/500 por operación y S/1.500 diarios, con un límite de recepción de hasta S/20.000 al día.
Ambas plataformas no cobran comisiones dentro de estos límites, lo que las convierte en una opción atractiva para pequeños negocios que buscan alternativas al sistema financiero tradicional. De este modo, mientras las billeteras digitales facilitan los pagos en el país, también promueven una mayor fiscalización tributaria, marcando un avance en la digitalización de la economía.