Sunderland es la revelación de la Premier League. Sin embargo, ese cartel puede caer al vacío rápidamente; el fútbol suele ser maravillosamente cruel. Se trata, además, del club que llegó a derrumbarse tanto que cayó hasta la tercera categoría. Casi quebró, y lo rescataron los hinchas, los mismos que hoy sienten un orgullo imposible.
Es, también, el equipo que causó asombro a partir de su historia contada en una serie de Netflix y que durante esta temporada volvió a la Premier. Acaba de empaterle a Arsenal con una pirueta de un defensor, en tiempo adicional. Un 2-2 sacado de la galera, al calor de unos 49.000 simpatizantes de pie en el Stadium of Light.
Ningún equipo le había hecho dos goles al líder del torneo. Y Sunderland le había ganado a Chelsea, con un 2-1 conseguido también en tiempo agregado, en otra de sus proezas: nada parece imposible para el noble equipo de bastones rojos y blancos, que ahora está cuarto, en un puesto de Champions League. El puntero sufrió goles por primera vez desde fines de septiembre. Sunderland lo hizo.

El local ganaba por un tanto de Dan Ballard, un defensor formado en el propio Arsenal. Al rato, los Gunners dieron la vuelta al marcador debido a la puntería de Bukayo Saka y Leandro Trossard, antes de la mágica pirueta en el aire de Brian Brobbey, a los 94 minutos, cuando Mikel Arteta conversaba entre risas con Gabriel Heinze, el encargado de la defensa del popular conjunto de Londres.
Arsenal llegó al Stadium of Light con el impulso de 12 victorias, incluidas ocho, las últimas, sin recibir goles. Hasta que apareció la sombra del equipo de las causas perdidas.

Sunderland y su entrenador francés, Régis Le Bris (un desconocido para el gran público), de 49 años y poseedor apenas de un digno pasado en Lorient, lograron romper en dos ocasiones la actualmente mejor defensa de Europa, que había concedido escasos tres tantos en 16 partidos en esta temporada.
Solo Dominik Szoboszlai (Liverpool), Erling Haaland (Manchester City) y Nick Woltemade (Newcastle) habían logrado batir el arco del internacional español David Raya, que suele ser particularmente elogioso para con el preparador argentino. “¿Qué nos ofrece Heinze? Hablando mal, muchos h… Nos aprieta mucho. Solo quiere lo mejor para el grupo, especialmente en lo defensivo”, dijo el arquero. “Es muy importante para nosotros”, agregó.

En la clasificación, Arsenal, con 26 puntos, mantiene una amplia ventaja sobre su primer perseguidor, Chelsea, que suma 20, y sobre Manchester City, que acumula 19 y este domingo se enfrentará con Liverpool (5º, con 18) en el cierre de la 11ª jornada. Sunderland está cuarto, con 19, una unidad por delante de Tottenham Hotspur.
El 24 de mayo pasado, el dueño de esta historia venció por 2-1 a Sheffield United en la final de los playoffs de la segunda categoría inglesa en Wembley y celebró su regreso a la máxima.
La presentación de la serie
Fueron 2925 noches de pesadillas que sus hinchas vivieron con los ojos abiertos, conscientes de pasar por la peor época desde que se fundó el club, en 1879. Eso, en medio de una enorme pasión que los protagonistas intentaron relatar al mundo mediante un documental que se comenzó a filmar en 2017, cuando Sunderland descendió a la segunda.
Todo cambió. La liga Championship fue una tortura: el club sufrió un segundo descenso, consecutivo, y el primero en su historia a la tercera categoría, la League One, en 2018. Sunderland, ‘till I die (De Sunderland hasta la muerte) causó furor en Netflix.
¡FANTÁSTICA PIRUETA DE BROBBEY Y 2-2 ENTRE SUNDERLAND Y ARSENAL!
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— SportsCenter (@SC_ESPN) November 8, 2025
La serie expuso cómo el propietario de entonces empezó a perder la paciencia ante la crisis, el club se llenó de números rojos que impidieron potenciar el plantel y eso lo mantuvo hundido en la tercera categoría. Los empleados temían a la desocupación y los hinchas se preguntaban “¿por qué nunca festejamos nosotros?”, mientras las lágrimas caían ante tanta desventura. Las suyas y las de los espectadores, pantalla por medio.
Era una historia de amor, claro. Como muchas grandes historias. A veces, con una pirueta del destino, como ésta en tiempo adicional contra el poderoso Arsenal.
