Kabul, 3 ago (EFE).- El régimen talibán celebró este domingo el éxito de su programa de rehabilitación forzosa de drogadictos, con más de 30.000 toxicómanos tratados en la provincia de Herat, mientras la ONU advierte de una paradoja de su política antidrogas, con una subida del consumo de drogas sintéticas como la metanfetamina.
En el oeste de Afganistán, las autoridades de Herat anunciaron hoy que miles de adictos han «regresado a una vida normal» tras ser tratados en un campamento de rehabilitación con capacidad para 4.000 personas. «Insto a otros jóvenes a evitar los narcóticos para que su futuro no sea destruido», declaró Qudratullah, un paciente del centro, a la cadena local TOLOnews.
Esta campaña de internamiento es la cara visible de la guerra contra las drogas declarada por los talibanes, que en 2022 prohibieron el cultivo de la amapola (de la que se extrae el opio), en un país que antes de su regreso al poder era el primer productor mundial y donde se estimaba que 3,5 millones de personas consumían drogas.
La prohibición del cultivo de la amapola, decretada por el líder supremo de los talibanes en abril de 2022, consistió en una vasta campaña de erradicación de campos, a menudo por la fuerza, y amenazó a los agricultores con severos castigos.
Según la ONU, la superficie de cultivo de amapola en Afganistán se desplomó más de un 95%, llevando la producción de opio a mínimos históricos y provocando, a su vez, una crisis económica para miles de campesinos que dependían de este cultivo para su subsistencia.
Sin embargo, informes de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) señalan que esta prohibición ha provocado un «cambio en los patrones de consumo», con una caída del uso de opio y un alarmante aumento de la metanfetamina, más barata y accesible.
Fuentes del Programa Nacional de Tratamiento de Drogas de Afganistán confirmaron a EFE este aumento, especialmente en el consumo de pastillas conocidas como «Tablet K» o «Zykap», que contienen metanfetamina o MDMA.
El modelo de rehabilitación de los talibanes se basa en redadas masivas para sacar a los adictos de las calles e internarlos por la fuerza en centros de tratamiento durante al menos 45 días. Sin embargo, con el corte de la ayuda internacional, estos centros operan en condiciones de extremo hacinamiento y con una grave escasez de recursos, según han denunciado en el pasado personal médico e internos. EFE